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dimanche 20 avril 2025

Operación Gladio: cómo la CIA y la OTAN llevaron a cabo ataques terroristas en Italia

 FUENTE: https://nuevarevolucion.es/operacion-gladio-como-la-cia-y-la-otan-llevaron-a-cabo-ataques-terroristas-en-italia/

A pesar de que estos hechos impactantes fueron expuestos hace 30 años y afectaron a todos los gobiernos europeos de la OTAN, siguen siendo en gran medida desconocidos fuera de Italia.

Por Massimo Innamorati | 21/01/2025

En 1990, el primer ministro italiano Giulio Andreotti se vio obligado a revelar la existencia de una vasta red paramilitar clandestina que operaba en Italia desde hacía décadas bajo el mando de la OTAN . Esta red, llamada Gladio, había sido responsable de varios atentados terroristas que habían causado cientos de víctimas civiles, así como de dos intentos de golpe de Estado (1964 y 1970).

Estas revelaciones, que implicaban a muchos países europeos, entre ellos Gran Bretaña y Estados Unidos, dieron lugar a una serie de investigaciones nacionales y durante meses provocaron una tormenta política internacional que compitió con la Guerra del Golfo por conseguir atención en la prensa. Sin embargo, hoy esas revelaciones parecen haber sido borradas de la memoria histórica.

Sin duda, las lecciones políticas que se deben extraer de estos acontecimientos son la razón de su eliminación. Los acontecimientos de la Operación Gladio demostraron cómo responde la burguesía imperialista cuando siente que su dominio está amenazado, incluso si la oposición juega según las reglas de las propias instituciones de la burguesía.

Raíces de la operación

Durante la mayor parte del siglo XX, los comunistas en Italia gozaron de un apoyo masivo, siendo reconocidos como la primera línea de la resistencia partidista contra el fascismo , y el Partido Comunista Italiano (PCI) creció hasta tener más de dos millones de miembros (más que cualquier otro partido en Europa durante la mayor parte del período de posguerra), obteniendo más del 34 por ciento del voto electoral en su apogeo y desempeñando un papel clave en la vida social y cultural de la clase trabajadora.

Tras la caída del fascismo, el PCI contó también con el apoyo de miles de hombres y mujeres armados, antiguos miembros de la resistencia partisana y también de las fuerzas policiales de la nueva república. Si bien esa base podría haberse movilizado para hacer avanzar la posición de la clase obrera, el líder del PCI, Palmiro Togliatti, optó por mantener la línea de guerra de un frente único con las fuerzas democrático-burguesas, que se había establecido como parte de la lucha contra el fascismo.

Según su línea, que convertía de manera oportunista el frente único de una táctica antifascista en un principio general, el partido debía obtener el poder por medios parlamentarios burgueses y sólo entonces sus fuerzas armadas serían movilizadas defensivamente. Pero para la burguesía incluso estas condiciones eran inaceptables.

Esta fue la situación en la que el imperialismo intentó montar una ofensiva aprovechando las fuerzas más reaccionarias de la sociedad italiana: el fascismo, la mafia y la Iglesia.

Tras el desembarco aliado en Sicilia en 1943 durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos había reclutado los servicios de la mafia a través de la Operación Underworld. En 1945, el comandante fascista Príncipe Junio ​​Valerio Borghese, que había sido capturado por los partisanos y estaba a la espera de ser ejecutado, fue rescatado por la predecesora de la CIA (la OSS) y absuelto de sus crímenes de guerra.

Muchos de estos casos de colaboración permitieron a Estados Unidos establecer una red de agentes fascistas en el país que podrían emplear como fuerzas anticomunistas. Licio Gelli fue otro de los camisas negras fascistas que escapó de la justicia partidaria gracias a la protección de Estados Unidos. Más tarde, la CIA le encargó que dirigiera el ala política secreta de Gladio, una sociedad secreta conocida como Propaganda Due o P2, que fue descubierta en 1981 y que contaba con más de 900 miembros, entre los que se encontraban altos oficiales del ejército, la policía y los servicios secretos, así como industriales, políticos y jueces (uno de los miembros más conocidos fue el ex primer ministro Silvio Berlusconi).

En las elecciones de 1948, las primeras desde la caída del fascismo, compitió el Frente Democrático Popular (FDP) del PCI contra los Demócratas Cristianos (DCI), respaldados por Estados Unidos. Aunque aparentemente se le dio al pueblo la opción de elegir entre dos coaliciones, en la práctica quedó claro que la elección era entre la continuación del gobierno burgués bajo el DCI o la guerra civil, ya que la dirección del DCI dejó en claro que no concedería la victoria al PCI ni siquiera si obtenía la proporción necesaria de votos.

Tras las revelaciones de los años 90, el presidente Francesco Cossiga admitió que la DCI había creado su propia organización paramilitar, lista para entrar en acción en caso de una victoria comunista, y que él mismo estaba “armado hasta los dientes”.

La victoria del DCI en estas elecciones dudosas, caracterizadas por una tremenda injerencia norteamericana , fue seguida por una larga serie de protestas, durante las cuales más de 60 trabajadores, la mayoría de ellos comunistas, fueron asesinados por el Estado. El líder del PCI, Togliatti, sobrevivió a un intento de asesinato durante este período, pero mientras los militantes comunistas se rebelaban, Togliatti llamó a la calma.

Ya en los años 50, los “Gladiadores” (como se denominaba internamente a los agentes de Gladio) empezaron a recibir entrenamiento en Gran Bretaña y armas de los Estados Unidos. Se hicieron planes para iniciar un conflicto e incluso invadir el país si los comunistas ganaban las elecciones o se les permitía participar en algún gobierno. Se instaló una base de Gladio en Cerdeña donde los gladiadores podían recibir entrenamiento británico y estadounidense.

A medida que la organización de la clase trabajadora aumentaba y el PCI continuaba ganando mayor apoyo en las elecciones siguientes, amenazando finalmente el monopolio del DCI en los puestos del gabinete en 1963, la clase dominante dependió de sus activos de Gladio para responder con una violencia cada vez mayor, tanto de manera dirigida como indiscriminada.

Golpes de Estado, atentados y asesinato de Aldo Moro

En 1963, por primera vez en la historia de la República, la DCI tuvo que ceder puestos en el gabinete al Partido Socialista Reformista (PSI) y al PCI. Preocupada por que el líder de la DCI, Aldo Moro, estuviera haciendo demasiadas concesiones al PSI reformista, un sector de la burguesía organizó un golpe de Estado conocido como «Piano Solo», con la colaboración de la CIA, el jefe de la policía paramilitar De Lorenzo y los servicios secretos italianos, encargados de dirigir las operaciones de Gladio bajo el mando del coronel Renzo Rocca.

La primera fase del golpe consistió en atentados con bandera falsa contra las oficinas de la DCI, de los que se atribuyó la culpa a grupos comunistas. La segunda fase, en junio de 1964, comenzó bajo la apariencia de un desfile militar. Después del desfile, las tropas permanecieron en Roma con el falso pretexto de «cuestiones logísticas», preparándose para llevar a cabo el golpe. Tras una reunión entre Aldo Moro y el general De Lorenzo, el golpista, el gobierno anunció la intención del PSI de renegar de muchas de sus demandas reformistas. Esta genuflexión ante la clase dominante por parte del PSI socialdemócrata fue suficiente para calmar la situación y abortar el golpe.

A finales de los años 60, cuando la lucha de clases se intensificó, las huelgas masivas exitosas permitieron a la clase obrera italiana obligar al Estado a hacer varias concesiones, entre ellas, protección legal contra el despido por razones políticas (como la actividad sindical) y protección contra la vigilancia en el lugar de trabajo. Al mismo tiempo, los operadores de Gladio llevaron a cabo varias acciones terroristas.

Una de ellas fue la masacre de la Piazza Fontana (1969), un atentado indiscriminado contra los trabajadores agrícolas del Banco Nacional de Agricultura. En un principio se atribuyó la acción a grupos anarquistas, pero, aunque más tarde se descubrió a los autores fascistas, ninguno fue castigado. Como testificó más tarde Vincenzo Vinciguerra, miembro de la organización fascista responsable, Ordine Nuovo (Orden Nuevo):

“Había que atacar a los civiles, a la población, a las mujeres, a los niños, a gente inocente, a gente desconocida, alejada de cualquier juego político. El motivo era muy sencillo: se pretendía obligar a esa gente, a la opinión pública italiana, a dirigirse al Estado para pedir más seguridad.

“Éste fue precisamente el papel de la derecha en Italia: ponerse al servicio del Estado, que creó una estrategia llamada acertadamente “Estrategia de la tensión”, en la medida en que tuvo que hacer aceptar a la gente común que en cualquier momento durante un período de 30 años, desde 1960 hasta mediados de los años ochenta, podía declararse el estado de excepción.

“Así, la gente estaría dispuesta a cambiar parte de su libertad por la seguridad de poder caminar por la calle, viajar en tren o entrar en un banco. Ésta es la lógica política que se esconde detrás de todos los atentados. Quedan impunes porque el Estado no puede condenarse a sí mismo.” [1]

En documentos desclasificados de la P2, Renzo Rocca también afirmó: “Una acción anticomunista eficaz y global… requiere la creación de grupos activistas, grupos de jóvenes, pandillas que puedan utilizar todos los métodos, incluidos los no ortodoxos como la intimidación, las amenazas, el chantaje, las peleas callejeras, los asaltos, el sabotaje y el terrorismo”. [2]

En el frente político, la clase dominante también encargó al ex fascista y agente de la CIA Junio ​​Valerio Borghese que liderara otra operación golpista en diciembre de 1970. Bajo el nombre clave Tora Tora, varios grupos armados se reunieron en Roma y Milán con el plan de ocupar edificios gubernamentales, arrestar a figuras políticas y reprimir la resistencia en zonas obreras.

Pero el golpe fue abortado en el último momento en circunstancias misteriosas. El agente de la CIA y mafioso Tommaso Buscetta especuló más tarde que el golpe había sido detenido debido a la presencia de barcos soviéticos en el Mediterráneo. De hecho, durante las investigaciones sobre la masacre de Gladio en Piazza Fontana, se supo que el golpe había sido abortado por órdenes de los EE.UU.

Durante las investigaciones también se descubrió la complicidad de la sociedad secreta P2 y de los grandes grupos mafiosos. De los más de 100 conspiradores, todos fueron finalmente absueltos, mientras que el líder del golpe Borghese pudo huir a España, demostrando una vez más la complicidad de todas las instituciones del Estado burgués.

Tras las elecciones de 1976, el PCI y el DCI estaban empatados, obteniendo alrededor del 34% y el 38% de los votos respectivamente. Incapaz de marginar legítimamente al PCI en ese momento, el líder del DCI, Aldo Moro, se abrió a la teoría revisionista del PCI de lo que llamó el «Compromiso Histórico» (Compromesso Storico).

Esta teoría, creada por el líder del PCI Enrico Berlinguer, sostenía que la experiencia chilena del líder marxista Salvador Allende, que había sido asesinado en un golpe de estado tras su victoria electoral, demostraba la necesidad de que los comunistas impidieran una alianza entre el “centro” y la “derecha” burguesa “colaborando con fuerzas de orientación católica u otra orientación democrática”. [3]

En otras palabras, el PCI pretendía cortejar al ala “moderada” de la burguesía para impedir que se aliara con los golpistas fascistas (lo que no sabía era que todos los jefes de gobierno habían sido informados secretamente de Gladio, y más tarde incluso Bettino Craxi del supuestamente “izquierdista” PSI).

Para este propósito, el partido rompió oficialmente sus vínculos con el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), dando paso a la tendencia corrupta y traidora del eurocomunismo.

A pesar de la debilidad de esa posición antimarxista, el gobierno estadounidense seguía insistiendo ante Moro en que no se toleraría ninguna apertura hacia el PCI. No obstante, Moro decidió desafiar las directivas estadounidenses e incluir al PCI en su gobierno. Sin embargo, el 16 de marzo de 1978, Moro fue secuestrado y asesinado después de 55 días de cautiverio por el grupo guerrillero urbano comunista conocido como las Brigadas Rojas (BR).

Los BR pensaron que acorralando a la DCI podrían hacer estallar las contradicciones entre la base proletaria del PCI y su dirección oportunista. Sin embargo, el PCI se mantuvo firme junto a la DCI y al Estado al negarse a cualquier compromiso para rescatar a Moro. Cerca del momento de su ejecución, Moro, que comprendió que las instituciones del Estado no tenían intención de organizar su liberación, exigió que nadie de su propio partido, la DCI, pudiera asistir a su funeral.

Un informe oficial de 1995 afirmaba que las Brigadas Rojas habían sido convertidas en instrumentos de un complot político más amplio. En 1979, Carmine Pecorelli, periodista de investigación y miembro de la P2, fue asesinado por la mafia por su trabajo, lo que indicaba la complicidad del Estado en el caso Moro (el líder de la DCI, Andreotti, fue posteriormente juzgado y condenado por ordenar el asesinato, pero fue absuelto en 2003).

Hasta el día de hoy, el panorama completo del caso de Moro sigue siendo oscuro. No obstante, es revelador comparar el caso de Moro con el secuestro del oficial de la OTAN estadounidense James L. Dozier por parte de los BR en 1981. En el caso de Dozier, el Estado movilizó todas las fuerzas e incluso llevó a cabo una campaña de tortura salvaje contra los brigadistas encarcelados, con el fin de lograr la liberación del cautivo.

El terrorismo de Estado continuó, a menudo con motivos poco claros, y alcanzó su punto álgido en la masacre de la estación de trenes de Bolonia en los años 80. Un grupo de fascistas atacó a la gente que esperaba en la sala de espera de la clase económica y colocó una bomba que mató a más de 80 personas. El jefe de la P2, Licio Gelli, fue acusado de intentar desbaratar las investigaciones, mientras que los dos fascistas encarcelados por el crimen, Francesca Mambro y Valerio Fioravanti, fueron liberados en 2004 y 2008. Aunque admitieron otros asesinatos, siguen negando cualquier implicación en la masacre de Bolonia.

El revisionismo del PCI acabó dando sus frutos amargos. El número de miembros del partido había ido disminuyendo de forma lenta y constante desde el XX Congreso del PCUS de 1956, en el que Nikita Khrushchev denunció el legado de Stalin . Creció en la década posterior a las exitosas luchas de finales de los años 1960, pero volvió a declinar a partir de finales de los años 1970.

En aquella época, el ritmo acelerado de las exportaciones de capital, que trasladaban al exterior una proporción cada vez mayor de la producción, estaba llevando a un desempoderamiento constante del proletariado en todos los países imperialistas occidentales. Durante los años eurocomunistas de 1980, el PCI perdió apoyo y finalmente se liquidó con la caída de la URSS en 1991.

Tras estos acontecimientos, la estrategia de tensión y terrorismo de Estado también llegó a su fin.

Cómo se deshizo el nudo

A partir de los años 60, los funcionarios de la OTAN comenzaron a cultivar relaciones con organizaciones terroristas fascistas como Ordine Nuovo (ON), entre otras. En esa época, ya se había formado una división dentro del campo fascista entre los llamados «fascistas» y los «neofascistas». Los primeros acusaban a los segundos de traicionar al fascismo al convertirse en agentes de la OTAN y del régimen liberal burgués.

Estos fascistas, a diferencia de los «neofascistas», expresaban una posición estrictamente nacionalista burguesa y consideraban al régimen liberal de posguerra como un enemigo (a pesar de que tanto los estados fascistas como los liberales eran formas de gobierno burgués). Como resultado, también entraron ocasionalmente en conflicto armado con las fuerzas estatales. A este grupo pertenecían Valerio Fioravanti, su esposa Francesca Mambro y Vincenzo Vinciguerra.

En 1972, Vinciguerra colocó una bomba en la ciudad nororiental de Peteano (muy cerca de la frontera con Eslovenia) que mató a tres policías, una acción que él consideraba parte de una lucha contra el Estado y una ruptura con el movimiento neofascista que estaba “dirigido por el Estado y los poderes internacionales”. Esta acción fue encubierta por un agente de la ON que operaba dentro de las fuerzas policiales y reutilizada como una operación de bandera falsa.

Durante diez años estuvo atribuido oficialmente a un grupo militante comunista, hasta que el juez de instrucción Felice Casson, al revisar el caso, descubrió sus irregularidades y ordenó la detención de Vinciguerra.

La desilusión de Vinciguerra con el «neofascismo» de ON lo motivó a revelar lo que sabía sobre la operación Gladio, la naturaleza organizada de la violencia política y el terrorismo y los vínculos profundos e insolubles entre las organizaciones fascistas y el aparato estatal italiano. Sus declaraciones se destacan porque no fueron realizadas a cambio de una reducción de la pena, sino por convicción política.

Fue el trabajo del juez Casson el que acabó implicando al propio primer ministro Andreotti. Las revelaciones de Andreotti también introdujeron una narrativa oficial, según la cual esta red secreta existía para “ser activada en caso de agresión soviética”. De hecho, la clase obrera italiana organizada era el objetivo de la operación, que no estaba latente sino extremadamente activa, y la clase dominante italiana y sus amos imperialistas estadounidenses estaban dispuestos a calificar cualquier avance de los trabajadores de “intervención soviética”.

A principios de los años 90, cuando la batalla legal se intensificó, Andreotti se dio cuenta de que sus superiores podrían estar preparándose para sacrificarlo como chivo expiatorio para poner fin al creciente escándalo. Para protegerse, comenzó a quitarle la alfombra a otros funcionarios estatales involucrados, así como a los gobiernos de Estados Unidos y otros países europeos. Se reveló que la CIA había distribuido alijos de armas por todo el país para que las usaran gladiadores seleccionados ideológicamente. Además, los líderes de todos los países de la OTAN estaban al tanto de las reuniones de Gladio y habían participado en ellas .

Al final, incluso el Parlamento Europeo se vio obligado a reconocer la existencia de Gladio, sus vínculos con los servicios secretos europeos, la OTAN y los Estados Unidos, así como sus arsenales de armas. En 1990, una resolución exigía que se realizaran investigaciones parlamentarias en todos los Estados miembros, así como procesos judiciales y el desmantelamiento de todas las redes de Gladio. Como era de esperar, ninguna de esas demandas se llevó a cabo.

Una profunda lección política

La Operación Gladio demuestra claramente el vínculo inquebrantable que existe entre el poder burgués y las instituciones burguesas, que la clase dominante está dispuesta a proteger mediante los crímenes más atroces. También pone al descubierto los cuentos de hadas revisionistas sobre «vías parlamentarias al socialismo» como ingenuos e idealistas temerarios.

Mientras el Partido Comunista italiano se ocupaba de la reconciliación de clases, el Estado burgués llevaba a cabo acciones terroristas para evitar incluso reformas socialdemócratas moderadas. Mientras el revisionismo quería dejar de lado el antagonismo de clases, la clase dominante nunca cuestionó ni por un momento su necesidad de aplastar a la clase obrera organizada por cualquier medio necesario.

Al promover la idea de que el parlamento burgués podía ofrecer a los trabajadores un camino hacia el socialismo, el PCI no sólo desvió las energías de sus miembros y del movimiento en general, sino que también concedió un argumento ideológico central de la burguesía: que la democracia formal que se había restaurado después de la guerra era lo suficientemente buena para todas las clases. En el contexto de una militancia generalizada de la clase obrera, no es difícil entender que la renegación de la dirección del PCI contribuyó a la formación espontánea de grupos guerrilleros urbanos comunistas como las Brigadas Rojas, que al final estaban desesperadamente mal equipados para participar en una confrontación prolongada con el Estado.

Los acontecimientos de Gladio también pusieron de manifiesto la íntima relación entre el Estado, las organizaciones fascistas y la mafia. Estas últimas eran instrumentos utilizados en la lucha de clases, a veces sin saberlo, pero a menudo con complicidad explícita. Se podía confiar en ellas para llevar a cabo operaciones que las fuerzas estatales oficiales no podían permitirse asumir sin dañar su legitimidad, como ataques violentos contra trabajadores y manifestantes e incluso actos de terrorismo.

Esta actividad requería un apego ideológico inquebrantable a la clase dominante y un desprecio absoluto por el proletariado (es decir, anticomunismo). Por esta razón, surgió un sistema de dos capas dentro de las instituciones estatales italianas, una de las cuales era encubierta y operaba sobre una base anticomunista y otra que abierta pero ciegamente buscaba defender nociones burguesas de legalidad y democracia que, de hecho, ya no eran sostenibles ni siquiera para la propia burguesía.

Fueron las contradicciones dentro del propio sistema burgués las que finalmente llevaron a los activos fascistas como Vinciguerra a volverse contra el Estado. La clase dominante pretendía representar los intereses de «la nación», pero en realidad actuó como un voluntario asistente de una burguesía extranjera más fuerte con el fin de mantener su lugar en la mesa del capital financiero global y su papel en la cadena imperialista. Esto alienó a los elementos pequeñoburgueses del movimiento fascista que adherían a un nacionalismo puramente idealista muy similar a los «pequeños ingleses» que imaginan que hay algún camino de regreso a los «días de gloria» del imperio británico.

Para las masas italianas, estos acontecimientos expusieron la perversidad de las instituciones estatales y la vacuidad de su democracia. Nociones como el «estragismo di stato» (doctrina de las masacres estatales) ganaron popularidad y quedaron grabadas en la comprensión popular de la historia italiana. El papel de liderazgo de la CIA en la supervisión de la Operación Gladio expuso la naturaleza limitada de la soberanía italiana desde la Segunda Guerra Mundial, y de los países de Europa occidental en general.

Si queremos honrar a los trabajadores que perdieron la vida durante esas décadas, y si queremos evitar una repetición de las terribles calamidades causadas a nuestro movimiento por la traición revisionista, debemos recordar y difundir la conciencia de la memoria de esta historia y sus profundas lecciones.


Notas:

[1] Allan Francovich, entrevista con Vinciguerra para BBC2 Timewatch, 1992.

[2] Informe sobre la masacre de Piazza della Loggia expediente n. 1962-2-21-32: “Aspetti dell’azione anticomunista in Italia e suggerimenti per attuare una politica anticomunista”.

[3] Enrico Berlinguer, Riflessioni sull’Italia dopo i fatti del Cile , publicado en Rinascita, 12 de octubre de 1973.

 

samedi 8 février 2025

Centenares de mujeres violadas y quemadas en los combates en República Democrática del Congo

 Fuente: https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/centenares-mujeres-violadas-quemadas-combates-republica-democratica-congo_1_12027740.html

“Las violaron a todas y luego prendieron fuego al ala de mujeres de la prisión. Después murieron todas”, ha señalado la jefa adjunta de la misión de paz de la ONU en República Democrática del Congo 

Cientos de mujeres fueron violadas y quemadas vivas durante el caos desatado tras la entrada de un grupo rebelde apoyado por Ruanda en la ciudad congoleña de Goma la semana pasada.

Las reclusas fueron atacadas en su ala dentro de la prisión Munzenze de Goma durante una fuga masiva, según un alto funcionario de la ONU. 

La jefa adjunta de la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU con base en Goma, Vivian van de Perre, declaró que mientras varios miles de hombres consiguieron escapar de la prisión, la zona reservada a las mujeres fue incendiada.

Las imágenes tomadas poco después de que los rebeldes del M23, apoyados por Ruanda, alcanzaran el centro de Goma mostraban enormes columnas de humo negro que se elevaban desde la prisión en la mañana del 27 de enero.

Aunque los detalles del incidente son escasos, la atrocidad parece ser la peor del reciente conflicto liderado por el M23 en el este de la República Democrática del Congo (RDC). Sin embargo, las fuerzas de paz de la ONU no han podido visitar la prisión para investigar más a fondo debido a las restricciones impuestas por los rebeldes del M23, lo que significa que la identidad de los autores sigue sin estar clara.

El martes se supo que unos 2.000 cadáveres seguían a la espera de ser enterrados en Goma después de que los combatientes del M23 tomaran la ciudad, capital de la provincia de Kivu Norte, el 27 de enero.

Van de Perre, que ahora se encuentra en Goma con miles de tropas de mantenimiento de la paz de la ONU desplegadas para proteger a los ciudadanos, declaró: “Hubo una gran fuga de 4.000 presos. También había unos cientos de mujeres en esa prisión”.

“Las violaron a todas y luego prendieron fuego al ala de mujeres. Después murieron todas”, añadió.

Esta semana, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) advirtió de que los grupos armados rivales estaban utilizando la violencia sexual como arma de guerra en Goma.

La ciudad, donde viven más de un millón de personas, está bajo el control total de las fuerzas del M23. Pero en un acontecimiento imprevisto a última hora del lunes, la milicia anunció un “alto el fuego” unilateral.

Hasta entonces, se temía que Ruanda estuviera decidida a arrebatar más territorio a su vasto vecino, ya que las fuerzas del M23 se dirigían constantemente hacia el sur, en dirección a Bukavu, capital de la provincia de Kivu del Sur, a 190 kilómetros de Goma.

La coalición político-militar Alianza del Río Congo, de la que forma parte el M23, anunció en un comunicado que “no tiene intención de tomar el control de Bukavu ni de otras localidades”.

En respuesta a la noticia del inesperado alto el fuego. Van de Perre declaró: “Espero que siga así, porque ellos [el M23] ya se estaban moviendo en dirección a Bukavu con refuerzos y armamento pesado, que se puede ver pasar [por] las calles de Goma.

“Si se retiran, es una buena noticia. De lo contrario, tendremos un nuevo enfrentamiento con la posibilidad de miles de muertos más”.

Dijo que el M23 podría haber recapacitado repentinamente tras la llegada de refuerzos de Burundi a Bukavu y la utilización de un aeropuerto cercano por parte de la fuerza aérea congoleña.

“Los burundeses han enviado 2.000 soldados más a Bukavu y son muy buenos combatientes. Creo que el M23 se está replanteando sus próximos pasos”, explica la jefa adjunta de la misión de la ONU.

A pesar de las pruebas, Ruanda niega estar respaldando al M23 o que sus fuerzas hayan cruzado al este de R.D. Congo.

Sin embargo, Van de Perre, que forma parte de la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU conocida como Monusco, afirmó que sus colegas habían visto a soldados ruandeses durante las patrullas, un comportamiento tan descarado que sugiere que no les preocupan las repercusiones internacionales.

Van de Perre instó al Consejo de Seguridad de la ONU a aumentar la presión sobre Ruanda. “Realmente necesitamos volver a la mesa de negociaciones. Y eso sólo es posible si los miembros del Consejo de Seguridad y otros países importantes ejercen suficiente presión sobre Ruanda y R.D. Congo”, afirmó.

Anteriormente, otro alto funcionario de la ONU había especulado con que el vecino de la RDC quería anexionarse un trozo de RDC mayor que la propia Ruanda. “Se trata de una política a largo plazo para conseguir que la zona más amplia de Kivu pase a la esfera de influencia ruandesa y, más adelante, quede bajo control administrativo total”, afirmaron.

Antes de que se anunciara el alto el fuego a última hora del lunes, Van de Perre dijo que estaba preocupada por los informes de que los grupos se estaban preparando para un contraataque. “Ya tenemos noticias de que en algunos lugares la gente se está reuniendo y organizando”, declaró.

Van de Perre afirmó que mantiene un “diálogo constante” con los oficiales del M23 a cargo de Goma y que las condiciones humanitarias en la ciudad eran terribles. 

Dijo que era difícil cruzar la ciudad. “Ellos [el M23] nos permiten llevar comida y agua a nuestras bases, pero aparte de eso apenas podemos movernos”. 

 

 

lundi 9 décembre 2024

Sur Cioran: stratégie "littéraire" du fascisme roumain au nihilisme bon teint (bourgeois occidental)

 Source (extrait): https://jeune-nation.com/kultur/culture/commentaire-sur-codreanu-et-emil-cioran-par-yurie-rosca

Oui, il est l’un des brillants disciples du professeur de philosophie et de logique, le grand publiciste et doctrinaire du nationalisme Nae Ionescu, avec Mircea Eliade, Mircea Vulcănescu, Constantin Noica, Petre Țuțea, et bien d’autres. Oui, il a écrit un essai célèbre sur le Capitaine Corneliu Codreanu en 1940 deux ans après son assassinat.  Son livre  « La Transfiguration de la Roumanie » écrit en 1936 dans un style radicalement nationalisé le met mal à l’aise une fois parti en France, il préfère s’en distancier. Réfugié en France, il a préféré faire carrière en tant que philosophe « français », c’est-à-dire un philosophe qui a renoncé au Christ, à la tradition orthodoxe et au roumanisme,  errant dans la nébuleuse du nihilisme occidental. Il a renié sa jeunesse d’admirateur du mouvement légionnaire et s’est rendu célèbre en abandonnant sa propre nation au profit d’une identité artificielle et d’une attitude politiquement correcte. Après la chute du communisme, j’ai lu environ trois de ses livres, mais j’ai été dégoûté par sa polémique avec Saint Paul, ainsi que par sa prétention à rivaliser avec les auteurs français modernes en esthétisant le désespoir, le néant, le dégoût de tout, etc. 

En d’autres termes, Cioran est un snob très doué, un conformiste avec un talent remarquable qui a nié sa propre identité religieuse, ethnique et culturelle pour satisfaire la fierté de l’auteur français accepté dans les salons littéraires de Paris comme un philosophe raffiné qui pratique sa plume dans une sorte de décadence si chère aux Français. Et clairement, lorsqu’il répand la modernité ou les maladies de la société dans laquelle il s’est intégré, il le fait d’un point de vue profondément «moderne» de l’école européenne des rationalistes et des illuministes qui ont irrémédiablement déformé la culture traditionnelle française. 

Contrairement à ses collègues de l’autre génération, Cioran est devenu célèbre, mais c’est en niant son propre passé et les valeurs qu’il professait au profit d’une renommée de philosophe subtil et de connaisseur raffiné de la langue française. Peut-être que les Français ont gagné un auteur supplémentaire, mais le courant de pensée nationaliste roumain a perdu une plume redoutable. 

Yurie Roșca 

dimanche 8 décembre 2024

Panteras Negras comunistas en Madrid

 FUENTE: http://www.agenteprovocador.es/publicaciones/una-pantera-negra-en-el-madrid-franquista-27hd7

Militante de los Panteras Negras en una mesa de propaganda (1969). Fotografía: David Fenton Militante de los Panteras Negras en una mesa de propaganda (1969). Fotografía: David Fenton                                                                                                                                                                                                                      

En 1967 Roberta Alexander, militante de Panteras Negras, dio un mitin en la universidad madrileña contra la guerra de Vietnam. El acto acabó con cargas, banderas comunistas y disturbios en las calles del centro. Tras cantar «We shall overcome» en los sótanos de la DGS fue expulsada del país.

 
    Es un capítulo insólito de la disidencia franquista en el corazón del franquismo: una militante negra de los por entonces recién constituidos Panteras Negras que dio un mitin en una universidad madrileña y que, durante varias semanas, tuvo en jaque el franquismo. Su testimonio nos habla de los famosos «saltos» (quedadas con intención de manifestarse que duraban minutos hasta que llegaba la policía armada y dispersaba a sangre y fuego), pero también del ímpetu de los estudiantes radicalizados, que no dudaron en tomar el campus y manifestarse ante las instituciones de Estados Unidos en Madrid para protestar por la guerra de Vietnam, convertida en la gran causa internacionalista de la segunda mitad de los sesenta. 


DEL PACIFISMO DE BERKELEY AL MADRID DE LOS GRISES


    Roberta no era una recién llegada a la militancia. Antes de entrar en los Panteras había participado en el Free Speech Movement, el movimiento por los derechos civiles surgido en Berkeley. Sin embargo, su visita a España en plena dictadura fue una experiencia que le impactó. No sabía nada de nuestro país. Estaba fascinada por la Guerra Civil y el papel de las Brigadas Internacionales (su tío había pertenecido a la Brigada Lincoln, formada totalmente por negros), pero poco más.                                                                                                                                                 

    No viajó sola. La acompañaban dos amigas, todas ellos comunistas. Tras una gran travesía en barco (salió de Nueva York y, después de hacer escala en Dover, llegaron a Le Havre, Francia, desde donde tomaron un tren y se plantaron en Madrid), llegó como estudiante de intercambio de la Facultad de Filosofía y Letras, lo cual le daba cierta protección. Al fin y al cabo era extranjera nacional de un país como Estados Unidos, con el que a partir de 1960 el franquismo, consciente de la necesidad de buscar una apertura económica, firmó un acuerdo comercial. Franco intentaba «normalizar» sus relaciones internacionales. Entre otras cosas, el pacto supuso la publicación de numerosos escritores estadounidenses a través del Servicio de Informaciones de los Estados Unidos de la Embajada (John Dos Passos, Ernest Hemingway, William Faulkner, Erskine Cladwell, John Steinbeck, James T. Farrell, Pearl S. Buck o John P. Marquand, entre otros). Nada más llegar, fue recibida por Carlos Blanco, marxista, escritor, crítico literario y director del programa de intercambio. Entonces Roberta no sabía que él sería fundamental en los sucesos que estaban por venir. Las primeras semanas fueron extrañas. Estaba decidida a implicarse en el activismo político a pesar de la represión, pero no lograba dar con grupos izquierdistas. «Al principio no pude encontrar a la gente política, porque los estudiantes tiraban unas octavillas y desaparecían, había una manifestación y desaparecían, no era capaz de averiguar quién estaba detrás, conocer a alguien», contó a Luis Martín-Cabrera, en una entrevista publicada en Rebelión en octubre de 2011. Carlos Blanco, secretamente, organizaba a los estudiantes, que planeaban un boicot a la visita de Ronald Reagan a Madrid. Irían hasta el aeropuerto a recibirlo con pancartas, pero finalmente el viaje se canceló. Sin dudarlo, algunas mañanas colocó varias mesas informativas a la entrada de la facultad que denunciaban la guerra. Fue entonces cuando, para presionar al gobierno español para que no renovase sus acuerdos con Estados Unidos en el uso de sus bases militares en España, sobre todo en Torrejón de Ardoz, se organizó una campaña contra la guerra de Vietnam y el imperialismo que daría comienzo el 28 de abril.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  

LA PANTERA NEGRA QUE HABLÓ A LOS ESTUDIANTES MADRILEÑOS


    Roberta, aunque con reservas, aceptó hablar en un mitin en la universidad. La idea era hacerlo solamente de Estados Unidos pero no hacer referencia alguna a Franco. Fuera, algunos grupos quemaban banderas de Estados Unidos, mientras la sala estaba a rebosar (entre 400 y 500 personas). Todos miraban hacia la puerta, a la espera de ver entrar a las fuerzas del orden. Roberta habló emocionada. El público, que tenía delante a una auténtica pantera, estalló en una gran ovación.
Al terminar, llegó lo que parecía casi inevitable:
 «Me estaba ya preparando para marcharme cuando un pequeño grupo de estudiantes, encabezados por Fini Rubio, se me acerca y me dice: “Te tienes que marchar por detrás de esos matorrales, tenemos un taxi esperándote; lo mejor es que te vayas un par de semanas a Andalucía hasta que se olviden de ti”. Aquello no parecía un plan muy prometedor [risas]. A mí no me había dado por pensar mucho más allá, no se me había ocurrido pensar que pasaría después del discurso, hasta que estos estudiantes me dijeron que tenían un taxi esperando por mí. En este sentido, era bastante ingenua. Sabía que el plan de Andalucía no iba a funcionar, por eso me fui a mi pequeño apartamento y después le hablé a mi amiga, Karen Winn, que todavía vivía en una pensión. Karen era rubia y Carol Watanabe de origen japonés. Las dos me habían ayudado a poner las mesas para la petición de firmas, pero no habían pronunciado ningún discurso. La mujer de la pensión de Karen nos dijo que la policía había venido a buscarnos y que les había dicho que volveríamos en cuatro horas para que tuviéramos tiempo de escaparnos. Hicimos las maletas rápidamente y llamamos a Carlos Blanco y le preguntamos: “¿Qué hacemos ahora?”. “Veniros inmediatamente a mi casa”, nos dijo. Agarramos un taxi justo a la hora de la siesta y, de repente, en la radio se escucha algo sobre “la chica de color, la rubia y la japonesa de Berkeley que han insultado a la hospitalidad española”. El taxista debía ser un tipo legal, porque miró por el retrovisor y se dio cuenta de quiénes eran sus clientas. Nos dejó en la casa de Carlos Blanco, donde pasamos 2 o 3 días. En casa de los Blanco se hizo evidente que no se iban a olvidar simplemente de nosotras, así que decidimos volver a nuestros respectivos lugares de alojamiento. Regresé a mi apartamento y allí me estaba comiendo un yogur cuando llamaron a la puerta dos hombres vestidos de paisano y dijeron: “¿Eres tu Roberta Alexander?”, lo cual era poco menos que una broma. Dije que sí y me dijeron que quedaba bajo arresto, pregunté por qué y me dijeron: “No sabemos por qué, la Embajada Americana nos lo ha mandado”».


DISTURBIOS EN EL CENTRO: EL PUÑO NEGRO SOBREVUELA LA CAPITAL


    Roberta estaba detenida, primera y última vez que una pantera negra fue arrestada en la España franquista. Sin embargo, mientras era conducida a comisaría en varios puntos de Madrid sucedían más cosas. El Diario de Burgos, en su edición del 29 de abril, narra así lo que pasó: 

Manifestación estudiantil en Madrid «contra la política de los Estados Unidos en el Vietnam» Parece que fueron jóvenes norteamericanos los que llevaron la iniciativa de la organización

Madrid (Cifra).— Esta ma­ñana se han reunido varios centenares de estudiantes en la Facultad de Ciencias Po­líticas y Económicas para manifestarse en contra de la política norteamericana en el Vietnam. En el aula donde tuvo lu­gar la reunión se habían desplegado banderas de Viet­nam del Norte, retratos del presidente Johnson y eslóganes contra la política y la acción de los Estados Uni­dos en el Suroeste asiático. Se leyeron recortes de pe­riódicos extranjeros sobre «bombardeos de población civil», declaraciones de Ho-Chi-Minh, del inglés Bertrand Russell y de un gru­po de llamados Intelectuales españoles que se adherían al acto. Una estudiante norte­americana de color, proce­dente de la Universidad de Berkeley, Roberta Alexander, que se encuentra en Espa­ña en régimen de inter­cambio universitario, se pro­nunció contra la interven­ción norteamericana en el Vietnam y se refirió a las discriminaciones raciales en Estados Unidos. Entre los asistentes a la re­unión se observaba un nú­mero elevado de estudiantes norteamericanos que realizan sus estudios en España en virtud de convenios estable­cidos para intercambio es­tudiantil. Se tiene entendido que ha sido de estos grupos de es­tudiantes de donde ha sur­gido la directiva para la preparación y organización de estas manifestaciones con­tra la política de su propio país en el Vietnam, buscan­do la colaboración de algu­nos estudiantes españoles. La estudiante Roberta Ale­xander había publicado re­cientemente una carta en el New York Herald Tribune en la que pretendía justifi­car los disturbios de Ma­drid. Confirmantes de la car­ta eran otras estudiantes norteamericanas Carol Batanave y Karen Win. Esta procede de la Universidad californiana de Berkeley y ha manifestado a una agencia extranjera en Madrid: «No intervendremos en la mani­festación porque si el pelo ru­bio se destaca demasiado», aunque admitió que estu­diantes americanos habían intervenido en la organiza­ción de esta manifestación contra los Estados Unidos, por su política en el Viet­nam.

    Al acabar esta reunión, alrededor de un centenar de estudiantes encabezados por otros que llevaban pancar­tas contra el presidente Johnson y la política de los Es­tados Unidos, se dirigieron hacia la explanada de la Fa­cultad de Filosofía y Letras, donde quemaron unas bande­ras norteamericanas que lle­vaban pintadas y unos re­tratos dibujados del presi­dente Johnson. El humo producido por la hoguera se aproximó al grupo de la fuerza pública de servicio normal de orden, momento en que los estudiantes se dispersaron sin que hi­ciera falta requerimiento ni intervención de la autoridad. Por la tarde, alrededor de las ocho, algunos centenares de estudiantes, fraccionados en grupos reducidos, se situa­ron en los alrededores de la Embajada de los Estados Uni­dos sita en la calle Serra­no en un intento de ma­nifestación. La fuerza pú­blica custodiaba la repre­sentación política y, ante la actitud de algunos de los grupos de no disolverse a la vez que proferían gritos de «imperialistas», se vio obli­gada a dar algunas cargas. Los incidentes se fracciona­ron a lo largo de la calle de Serrano y afluentes a ella como, por ejemplo, el cruce de la citada calle con Goya, donde un pequeño gru­po pegó fuego a unos cuan­tos periódicos. También aquí la fuerza pública se vio obli­gada a intervenir, al igual que también lo hizo ante la actitud de otro grupo situa­do en la confluencia de las calles de Serrano y Hermosilla y en la de Claudio Coello con la Goya. Se sabe que a consecuencia de todas es­tas algaradas, la Policía ha realizado diversas detencio­nes. Las algaradas, de otro la­do, afectaron al tráfico de la zona, siempre muy inten­so y más a la hora en que aquéllas se produjeron con lo que hubo diversos tapo­namientos en la circulación. A primeras horas de la no­che, la normalidad se ha­bía restablecido totalmente.


 SUENA «WE SHALL OVERCOME» EN LA DIRECCIÓN GENERAL DE SEGURIDAD

    Continúa el relato la propia Roberta en su entrevista:

«Aunque parezca increíble caminamos desde mi apartamentito en Callao hasta la Puerta del Sol y en mi memoria incluso paramos para tomar un café. Qué raro, ¿no? Ahora me parece increíble, pero así es cómo lo recuerdo y cómo lo he contado, caminando con la policía franquista hasta la Puerta del Sol. En fin, me metieron en la Dirección General de Seguridad y realmente era como bajar a las mazmorras de un castillo. Me pusieron en una celda a mi sola y para aquel entonces estaba empezando a asustarme un poco, aunque Carlos nos había dicho que si nos arrestaban iba a estar pendiente de nosotras, era la única conexión que tenía con el mundo exterior que nos pudiera proteger en ese momento […] Me acuerdo de que alguien empezó a cantar una canción que me sonaba del movimiento, pero como soy de una generación norteamericana posterior, no la reconocí inmediatamente, pero empecé a tararearla con él y uno de los guardias vino enfadadísimo a decirme: “¿Por qué cantas esa canción?” Y ahí me di cuenta de que era “La internacional”. Mientras estuve detenida fingí cuanto pude que no podía hablar español, les decía, “no sé que es eso” y se iban. No me pasó nada ni físicamente ni en ningún otro sentido. Después alguien se dio cuenta de que había una americana en los calabozos. Yo no vi a otros prisioneros, pero aquello estaba lleno, porque habían detenido a un montón de gente justo antes del Primero de Mayo, eran arrestos preventivos. Entonces alguien empezó a cantar “We shall overcome” [el himno del Movimiento de los Derechos Civiles encabezado por Martin Luther King], ¡no pudieron hacernos callar y eso que cantábamos en inglés! Creo que era en inglés».
La embajada logró presionar para su puesta en libertad. Estuvo en arresto domiciliario a la espera de su deportación, que sucedió a comienzos de mayo. Una decena de grises la acompañó hasta el tren que la llevaría hasta Irún. En la estación de Madrid, al parecer, hubo algunas cargas contra estudiantes que se acercaron a despedirse de ella y protestar por su expulsión. En la frontera de Irún los agentes comprobaron que habían cruzado la frontera. Ya en Hendaya, un grupo de personas la esperaba con algo de dinero y el contacto de amigos en París, que también la ayudarían. En la capital francesa concedió una entrevista a la CBS y, ya en su país, su caso fue portada en Los Angeles Times

Roberta Alexander, en 1976

 Tiempo después, escribió una carta al director del Diario Ya, que se publicó en su sección «Verlo y... contarlo». Una estadounidense simpatizante del régimen había escrito una carta acusándola de deslealtad y traición. La respuesta es esta:  
 
Muy distinguido señor:

 Escribo esta carta como respuesta a la carta publicada en su periódico el catorce de junio que se refirió a la «mala conducta» mía y de las otras dos chicas expulsadas de España. No creo que entienda bien la señora que escribió la carta nuestra posición en cuanto a la guerra de Vietnam. Yo creo que el pueblo americano tene­mos que expresar nuestras opiniones siempre. Decimos que tenemos una democracia, pero hay que tener en cuenta que la palabra democracia no tiene ningún sentido sin la libertad de expresar opiniones diferentes. Los que criticamos el papel de los EE. UU. en la guerra y los que protestamos antes las injusticias de nuestra socie­dad no somos «defectos sociales» sino los verdaderos patriotas y demócratas. Pienso que el pueblo vietnamita, como todos los pueblos del mundo, tiene el derecho de determinar su propio gobierno sin la intervención militar de los EE.UU. ¿Quién reci­be las ventajas y quién paga el pre­cio de la guerra? El joven negro puede luchar en el Vietnam contra gente de color, pero en su propio país vive como un ciudadano in­ferior. Por eso protesto contra la guerra. Sólo espero que la gente del mundo, so­bre todo la gente americana, examine de nuevo y piense un poco más la política de nuestro país en Vietnam.
 

mardi 19 novembre 2024

Reconceptualizar la “modernidad” desde la perspectiva de la historia global

  FUENTE: https://politica-china.org/areas/sociedad/reconceptualizar-la-modernidad-desde-la-perspectiva-de-la-historia-global

Song Nianshen es profesor del Instituto de Estudios Avanzados en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Tsinghua.

In Análisis, Sociedad by Xulio Ríos

¿Quién está pagando el precio en el proceso de alcanzar la modernidad en Occidente? 

Hoy en día muchos académicos entienden la “modernidad” en un sentido estricto, interpretando su esencia en dos elementos: la “ciencia” y la “democracia”. En la historia, se suele plantear una pregunta: ¿por qué algunas sociedades desarrollaron el espíritu de la ciencia y la democracia mientras que otras no? De este modo, la “modernidad” se convierte en una característica exclusiva de ciertas razas o determinadas culturas.

Esta forma de interpretación es ahistórica e ignora también el papel decisivo del flujo material global en la promoción del espíritu moderno. Lo más importante es que esta interpretación no responde a una pregunta clave: ¿quién o qué está pagando el precio por estos aparentes “espléndidos” progresos?

La modernidad significa una evolución hacia la industrialización. Se habla a menudo de la Revolución Industrial en Gran Bretaña, donde gracias al espíritu científico y a los grandes genios, se inventó la máquina de vapor y la hiladora. No obstante, hay que señalar que, el uso de máquinas en la producción en masa se debe al ambiente específico de la globalización.

La condición más esencial se generó cuando Gran Bretaña colonizó la India, lo que le permitió obtener materia prima de algodón muy barata, para luego transportar estas materias por vías marítimas controladas por los británicos, hacia ciudades industriales como Liverpool y Manchester, donde se utilizaban hiladoras para producir tejidos de algodón de buena calidad y a bajo costo, y que luego se vendían de nuevo en las colonias. De este modo, la Revolución Industrial se pudo realizar gracias al sacrificio de los trabajadores agrícolas de algodón en las colonias indias británicas y Egipto, así como el de los esclavos en los campos del sur de Estados Unidos.

Con la formación de la clase obrera en los países precursores del capitalismo, el panorama político cambió y muchos pensadores empezaron a reflexionar sobre la nueva distribución del poder. El historiador francés Tocqueville escribió La Democracia en América, mientras que filósofos británicos como John Locke y James Mill, junto con su hijo John Stuart Mill, publicaron obras muy famosas como Dos tratados de gobierno (Two Treatises of Government), Gobierno (Government), y Sobre la Libertad (On Liberty). Pero no olvidemos que mientras Tocqueville escribía La Democracia en América, también abogaba fervientemente por la colonización de Argelia por parte de Francia para resolver sus problemas de identidad política, y Locke y Mill padre e hijo participaron activamente en la empresa colonial británica. Estas ideas y corrientes de pensamiento están interconectadas con el sistema de producción capitalista global. Y para conocer completamente el valor democrático de estas obras, no debemos ignorar su orientación colonial.

La modernización es un sistema global

La modernización no se limita simplemente al camino hacia la ciencia y la democracia, sino que sucede en un contexto histórico específico, es decir, se trata de una red creada en la Era de los Descubrimientos que entrelaza toda sociedad humana global.

Durante las dinastías Ming y Qing en China (1368-1912), la circulación de la plata americana estimuló la comercialización de la sociedad china, y muchas mercancías chinas se comercializaron en América y Europa, estimulando la producción y el consumo locales. En el ámbito del pensamiento, se dio un intercambio cultural mutuo entre Occidente y Oriente. Y la introducción del pensamiento y la cultura china en Europa por los jesuitas estimuló el surgimiento del humanismo y el desarrollo de nuevas ideas en Europa.

Una vez que cambiamos de perspectiva, nos damos cuenta de que la “modernidad” no se limita solo a su origen y desarrollo en Europa para luego expandirse por todo el mundo. Diferentes grupos de personas han participado en la modernidad de su propia manera. Por ejemplo, para los esclavos del oeste de África, su experiencia de ser vendidos constituye su “modernidad”; para los indígenas americanos, la masacre y la ocupación de sus tierras es su “modernidad”; para los indios colonizados, la dominación británica también es su “modernidad”. Por eso, al interpretar la “modernidad”, es importante tener en cuenta que su proceso involucra a diferentes personas, que todos desempeñan sus roles diversos y ejercen sus diferentes funciones.

Considero que esta modernidad es una “modernidad colonial”, que ha constituido la estructura básica de poder de la sociedad humana hasta hoy. Durante más de 500 años transcurridos desde el descubrimiento geográfico de América por Colón en 1492, la “modernidad” ha sido una “tríada” compuesta de capitalismo, colonialismo e imperialismo: el capitalismo es su objetivo; el colonialismo es el medio para la expansión ilimitada del capital para su acumulación; y el imperialismo, el cual resulta en la estructura de poder hegemónica y monopolística generada por aquellos países bajo el control del capital para competir por los privilegios coloniales.

¿Cuál es la diferencia entre la modernización china y la “modernidad” colonial?

¿Puede China liberarse de la trayectoria de la modernidad colonial? Si nos fijamos únicamente en el proceso de su industrialización, China ha seguido efectivamente un camino diferente. Podemos decir que, entre las principales naciones industriales del mundo, China sería la única que no aprovecha el colonialismo como medio para conseguir su industrialización autónoma.

¿La modernización de China intenta establecer un monopolio imperialista del poder hegemónico? Clara que no. China no persigue una estructura de poder unipolar y hegemónica. Entonces, ¿qué o quién ha pagado el precio por esto? El pueblo chino mismo. En los primeros 30 años tras la fundación de la Nueva China, nuestras generaciones anteriores, con ingresos y consumo bajos a largo plazo, acumulaban el capital social utilizando la plusvalía. Y la razón por la cual China pudo lograr esto es que el sistema socialista garantizaba los derechos básicos como la atención médica y la educación. Por lo tanto, durante estos 30 años, tanto la esperanza de vida como la población aumentaron considerablemente. Puede decirse que el camino hacia la modernización de China no se basa en el colonialismo como medio, sino en el sacrificio realizado por su propio pueblo. Tampoco busca el imperialismo o la acumulación ilimitada del capital como objetivo. Tal modernización, en mi opinión, señala una nueva posibilidad histórica.

Por lo tanto, al hablar de la modernización de China, personalmente no me gusta usar palabras como “civilización” y “cultura”, porque en el contexto occidental y en inglés, la palabra “Civilization” siempre hace referencia a la oposición entre civilización y barbarie, lo que implica “civilizar” a pueblos “bárbaros”. La “modernidad” china o la modernización al estilo chino no busca establecer jerarquías de civilización para luego civilizar u oprimir a otros.

Por supuesto, al decir esto no es para oponerse a Occidente ni establecer un camino separado y de autosuficiencia. Muchos elementos de progreso y desarrollo occidentales ya han sido interiorizados en la experiencia moderna china desde los siglos XV y XVI. La sociedad humana incluye muchas otras comunidades además de China y Occidente. Los elementos de modernidad propuestos por China no pueden descartar los efectos ejemplificadores en el Tercer Mundo y en el Sur Global. Esperamos que China explore y aporte referencias para el desarrollo integral de la sociedad humana.

 

Autor: Song Nianshen, profesor del Instituto de Estudios Avanzados en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Tsinghua.

Redactora: Qiu Tingting, doctora y profesora de la Facultad del Idioma Español de la Universidad Normal de Jiangsu.

Revisor: Zhu Lun, profesor distinguido de la Universidad Normal de Jiangsu, investigador del Instituto de Etnología y Antropología de la Academia China de las Ciencias Sociales.

Procedencia del artículo: DeepChina

jeudi 14 novembre 2024

Israel ou le spectaculaire durci

 

Pour le petit segment de citoyens américains qui regarde au-delà des médias grand public, Lawrence Davidson affirme que l’écart entre les perceptions populaires et la réalité factuelle est relativement facile à repérer.

Marche de la Maison Blanche au Washington Post pour commémorer 
une année de génocide, le 5 octobre. (Diane Krauthamer, Flickr, CC BY-NC)

By Laurent Davidson 
TothePointAnalysis.com

 

Début octobre 2024, le professeur Joseph Massad de l'Université de Columbia a donné une interview au site d'actualités en ligne Intifada électronique.

Il y affirme qu’il existe un « fossé énorme » entre la compréhension académique (fondée sur des preuves) des aspects du conflit israélo-palestinien (comme la nature suprémaciste juive de la société israélienne et les politiques d’apartheid qui en résultent) et les hypothèses des médias grand public sur un Israël « démocratique » et « progressiste ».

Ces derniers définissent les reportages populaires et officiels sur ce pays et son idéologie sioniste. L’observation de Massad décrit un problème qui déforme bien plus que la simple vision d’Israël.

Les États-Unis ont une perception populaire et officielle, encore une fois promue par les médias grand public, d’eux-mêmes et du monde, résumée par des mots-clés tels que liberté, capitalisme, progrès, individualisme, moralité, etc.

D’autres pays développent leur propre image fantaisiste d’eux-mêmes. Cependant, dans le cas des États-Unis et d’Israël, les deux images se sont confondues dans le scénario proposé aux citoyens américains par les médias de masse depuis au moins un siècle. (Voir mon livre de 2001, La Palestine américaine : perceptions populaires et officielles, de Balfour à l’État israélien.)

Cette fusion est si forte que, dans le cas du président Joe Biden et de son gouvernement, cette identité partagée nécessite un soutien inconditionnel au « droit de légitime défense » d’Israël, même lorsque la « défense » dissimule une offense et que l’offense équivaut au nettoyage ethnique et au meurtre de masse des Palestiniens.

Le produit final de cet acte remarquable d’auto-illusion collective est la complicité du gouvernement américain dans le génocide israélien en cours dans l’enclave de Gaza, et l’approbation intérieure des États-Unis de la répression des manifestations pro-palestiniennes – en violation des propres normes américaines de liberté d’expression.

Le monde façonné par les médias en Israël

Il existe néanmoins un segment croissant, mais encore restreint, de citoyens américains disposés à regarder au-delà des médias grand public. Pour ceux qui le font, l’écart entre les perceptions populaires et la réalité factuelle est relativement facile à repérer. En effet, il existe d’autres sources d’information en périphérie (qui ne sont pas toutes fiables, bien sûr) et, combinées à un minimum de capacité de réflexion critique, on peut apprendre à juger les preuves. 

C'est beaucoup plus difficile pour les juifs israéliens. Dans l'État sioniste, non seulement les médias nationaux, à quelques rares exceptions près, ont été cooptés pour promouvoir une mythologie populaire, mais aussi toutes les écoles, collèges et universités.

La plupart des informations liées au conflit avec les Palestiniens sont censurées et l’environnement informationnel fermé qui en résulte est devenu de plus en plus restrictif.

Des instructeurs d'autodéfense s'entraînent sur le toit du quartier général 
de Tsahal à Tel Aviv, en 2017. (Forces de défense israéliennes, Flickr, CC BY-NC 2.0)

En effet, au cours des 20 dernières années (et avec une forte augmentation depuis octobre 2023), les opinions opposées aux opinions officielles sont considérées comme séditieuses. Et cela a à son tour ouvert la voie à l'approbation populaire sioniste actuelle de la barbarie. Voici comment le journaliste israélien Gideon Levy (l'une des dernières voix critiques des médias du pays) décrit L’état d’esprit actuel d’Israël :

« Au cours de l’année écoulée, Israël s’est uni autour de plusieurs hypothèses : premièrement, le massacre du 7 octobre n’avait aucun contexte, il s’est produit uniquement à cause de la soif de sang innée des Palestiniens de Gaza. Deuxièmement, tous les Palestiniens portent le fardeau de la culpabilité du massacre de civils israéliens par le Hamas. Troisièmement, après ce terrible massacre, Israël a le droit de faire ce qu’il veut.

Personne, où que ce soit, n’a le droit de tenter de l’arrêter. [Par exemple], de semer la destruction sans discrimination sur tout le territoire [de Gaza] et de tuer plus de 40,000 XNUMX personnes, dont de nombreuses femmes et enfants. La barbarie est devenue légitime à la fois dans le discours israélien et dans le comportement de l’armée. L’humanité a été écartée du débat public. »

Les faits à l'appui des jugements de Levy sont facilement disponibles en anglais sur des sites Web internationaux tels que Al Jazeera, Middle East Eye, Electronic Intifada, Palestine Chronicle, etc.

Mais il ne s’agit pas de chaînes de télévision grand public et donc la majorité des Américains, et presque aucun juif israélien, ne voient jamais de rapports complets et précis sur ce qui se passe réellement dans les territoires occupés, au sud du Liban et dans d’autres zones régionales soumises aux attaques israéliennes.

L’ignorance n’est pas une bénédiction à cet égard, elle équivaut à vivre dans le mensonge.

[En relation: Rapport de Chris Hedges : Catastrophe au Moyen-Orient]

D'un point de vue probatoire 

Des personnes en deuil avec les corps des morts après l'explosion de l'hôpital Al-Ahli Arab 
le 17 octobre 2023. (Fars Media Corporation, Wikimedia Commons, CC BY 4.0)

Prenons un exemple de la manière dont cette propagande interne crée un état d’esprit délirant, d’abord en Israël, puis aux États-Unis.

À la mi-novembre 2023, le du Royaume-Uni Sky News posté Un pilote israélien de 29 ans, qui pilote des avions de chasse F-15 contre des cibles à Gaza, a interviewé le journaliste. Ce pilote, qui semble être un homme sympathique, a déclaré à l’intervieweur que « chaque victime civile est tragique, que ce soit à Gaza ou en Israël ». 

Il a cependant ajouté que « l’aviation israélienne annule les attaques si des civils sont identifiés au sol ». Le pilote a insisté sur le fait que « toute opération entreprise, aussi bien dans les airs qu’au sol, est 1. liée au Hamas et 2. autorisée afin d’éviter des victimes civiles ».

Dans ces circonstances, ce pilote suit tous les ordres en toute bonne conscience. Et pourquoi ne le ferait-il pas ? Il vit dans un monde où il fait partie de « l’armée la plus morale du monde », où « toutes les opérations militaires sont légitimes et proportionnées et toutes les victimes civiles sont involontaires ».

Il ne fait aucun doute que le pilote croit ce qu’il dit. Il semble en effet beaucoup moins insensible que les Israéliens décrits par Gideon Levy. Bien sûr, les pilotes volent assez vite et assez haut pour ne jamais voir clairement le massacre qu’ils provoquent.

Pour l’infanterie israélienne, les choses sont différentes. Sur le terrain, la force démoralisante des combats incessants va probablement conduire à un problème de moral croissant. Jusqu’à présent, cette tendance a été largement contrée par le fait que ces soldats ont été élevés et éduqués dans un monde façonné par les médias (qui entre maintenant en conflit avec un monde fondé sur les preuves). Cependant, des fissures se forment et on rapporte des refus répétés de retourner sur les lignes de front israéliennes de plus en plus nombreuses.

Vus à travers la fenêtre du monde réel, le pilote et ses compatriotes soldats reproduisent désormais le comportement des oppresseurs des Juifs du passé. Ce faisant, ils contribuent à détruire le droit international et les normes des droits de l'homme. En fait, ils participent tous à une démonstration de barbarie à l'échelle nationale.

Jetons un autre coup d’œil à travers la fenêtre du monde des preuves. Cette fois, nous comparerons la réalité à la performance de Mathew Miller, qui occupe le poste de porte-parole du Département d’État américain depuis 2023.

Son travail consiste à expliquer les actions des États-Unis de manière rationnelle et sa spécialité est de dire des demi-vérités. Son travail est plus difficile que celui du pilote car beaucoup de ses interlocuteurs, principalement la presse de Washington, ont accès à des informations (parfois de première main) qui contredisent la vision du monde que Miller promeut.

Mais les journalistes ne peuvent pas faire grand-chose, à part se moquer et lever les yeux au ciel. La plupart de leurs rédacteurs en chef subissent une énorme pression culturelle et politique pour maintenir le cap et soutenir la ligne pro-israélienne – et peu importe les preuves contraires.

Voici un exemple du genre de demi-vérités trompeuses que Miller et ses patrons diffusent. Le 19 septembre, Miller a été invité à répondre Les critiques ont été accueillies avec enthousiasme, car « l’appel des États-Unis au calme [à Gaza] tout en continuant à armer Israël n’était pas une stratégie efficace pour réduire les tensions au Moyen-Orient ». La contradiction présentée était évidente, alors comment Miller a-t-il réussi à la contourner ? Il a répondu : « Nous sommes mandatés – nous sommes tenus par la loi de garantir qu’Israël dispose d’un avantage militaire qualitatif sur ses rivaux dans la région. Ce n’est pas une question discrétionnaire. »

Ce que Miller omet ici, c'est que, selon la loi, ce mandat est conditionnel. Il existe au moins trois lois américaines qui le prévoient : 

—La loi Leahy, qui interdit au gouvernement américain d’utiliser des fonds pour aider les forces de sécurité étrangères lorsqu’il existe des informations crédibles les impliquant dans la commission de violations flagrantes des droits de l’homme.

—La loi de mise en œuvre de la Convention sur le génocide prévoit des sanctions pénales pour les personnes qui commettent ou incitent d’autres personnes à commettre un génocide.

—La loi sur l’aide étrangère, qui interdit de fournir une assistance à un gouvernement qui « commet de manière systématique des violations flagrantes des droits de l’homme internationalement reconnus ». Cette loi interdit également l’assistance militaire aux États qui entravent l’aide humanitaire américaine. 

En septembre, selon des sources de l’ONU, 90 pour cent de toute l'aide humanitaire L'aide aux Palestiniens, y compris l'aide américaine, a été retardée ou refusée par les Israéliens. La violation par Israël de toutes ces lois américaines a été attestée par toutes les organisations crédibles de défense des droits de l'homme de la planète. L'administration Biden et le Congrès ont ignoré les preuves et les lois humanitaires.

Des Israéliens au passage de Kerem Shalom bloquent l'entrée de l'aide humanitaire à Gaza 
en février. (Yaïr Dov, Wikimedia Commons, CC BY-SA 4.0)

Ironiquement, cette situation générale a généré un sentiment antisioniste dans le monde entier qu’Israël qualifie d’antisémitisme, et qu’il utilise ensuite pour obtenir du soutien à sa barbarie.

Un autre exemple de notre monde façonné par les médias

Bien que l’attitude des États-Unis à l’égard de la situation actuelle dans le conflit israélo-palestinien, et en particulier du génocide à Gaza, soit l’exemple le plus frappant de la façon dont les Américains vivent dans un monde essentiellement façonné par les médias, ce n’est pas le seul cas en cours. La guerre dévastatrice en Ukraine a également été déformée – encore une fois en ne présentant pas l’histoire dans son intégralité. 

L'histoire complète L'invasion russe de l'Ukraine aurait informé le public que, contre l'avis des diplomates américains experts dans les relations avec la Russie, les hommes politiques américains ont poussé l'expansion vers l'Est de l'OTAN après l'effondrement de l'Union soviétique en décembre 1991. 

A l'époque, cela était facile à faire, car la nouvelle République russe était en plein désarroi politique et économique. Aujourd'hui, le désarroi est passé et les Russes ont exprimé à plusieurs reprises le fait qu'ils se sentent menacés par « l'empiétement de l'OTAN ». D'ailleurs, ils ont essayé de négocier la question lorsque l'Ukraine s'est tournée vers l'Occident et a cherché à rejoindre à la fois l'Union européenne et l'OTAN. Le rejet occidental des efforts de négociation de la Russie a contribué à déclencher l'invasion russe.

Les médias grand public aux États-Unis ont été cooptés au point que, du moins sur les questions de politique étrangère, ils ne sont guère plus qu'un véhicule d'agitation politique gouvernementale. Jonathan Cook le dit« Ce ne sont pas des journalistes. Ce sont des propagandistes au service de leur gouvernement. »

La plupart d’entre nous savons faire la différence entre des reportages biaisés et la réalité ? Si ces reportages sont conformes à une vision culturelle du monde établie, la réponse est probablement non. Le problème s’aggrave lorsque la plupart de nos amis, voisins et membres de notre famille considèrent activement les reportages des médias comme véridiques. 

Il est évident à présent à quel point cette situation peut être dangereuse. Les guerres américaines au Vietnam, en Irak, en Afghanistan et en Ukraine (et ce n’est là qu’une courte liste) ont recueilli le soutien populaire grâce à des reportages sélectivement biaisés et à la tromperie gouvernementale. La volonté des Juifs israéliens de se transformer en une approximation des oppresseurs du passé de leurs ancêtres européens, avec le soutien total de nombreuses administrations américaines, repose également sur une histoire incomplète et biaisée, rapportée à maintes reprises, au point qu’elle apparaissait jusqu’à récemment comme vraie à première vue.

On aurait pu espérer qu’une bonne éducation libérale aurait inculqué à la plupart des citoyens la capacité de reconnaître et de résister à cette faille dans les médias et le bavardage politique, mais ce ne fut pas le cas. Le rôle de l’éducation a toujours consisté à former des citoyens loyaux et non des penseurs indépendants. Et aujourd’hui, même l’éducation libérale qui existe est en voie de disparition.

Il n’y a pas de réponse simple. Nous sommes victimes de nos cultures, du pouvoir manipulateur de nos dirigeants alliés aux médias, ainsi que de nos racines génétiques qui nous poussent vers le tribalisme. Ceux qui résistent à tout cela sont peut-être plus sains d’esprit, mais ils sont également considérés comme des « erreurs sociales ».

Lawrence Davidson est professeur émérite d'histoire à la West Chester University en Pennsylvanie. Depuis 2010, il publie ses analyses sur des sujets liés à la politique intérieure et étrangère des États-Unis, au droit international et humanitaire et aux pratiques et politiques israélo-sionistes. 

Cet article provient du site de l'auteur TothePointAnalysis.com.

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