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dimanche 6 avril 2025

Les artistes DEVANT les guerres mondiales (en dérivant dans ma bibliothèque et ailleurs)

 
 
Dès la veille de la Première Guerre mondiale, les premiers conflits dans les Balkans avaient laissé entrevoir l'apocalypse qui s'annonçait. Parmi d'autres, les "prophètes" du Blaue Reiter avaient anticipé le chaos et promis une destinée messianique aux artistes. Partagés entre l'attente de "l'homme nouveau" et la peur de la destruction, ils s'étaient résolus à prendre part au grand bouleversement. Beaucoup d'artistes ont alors partagé la volonté de s'emparer des armes nouvellement forgées par la politique, avec l'espoir de prendre part au combat et de regagner par là la légitimité sociale dont l'art pour l'art les avait privés.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ce n'est toutefois qu'après la guerre que le combat symbolique, devenu réel et éprouvé pour certains dans les tranchées, prit la forme organisée de groupes constitués sur le principe des formations politiques radicales. A Berlin, Dada s'était emparé des armes, et promettait dès ses débuts par les voix de Richard Huelsenbeck, Raoul Hausmann, Jefim Golyscheff, la formation d'une "union internationale et révolutionnaire de tous les hommes et femmes créateurs et intellectuels fondée sur un communisme radical".  











 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
À COMPARER AVEC AUJOURD'HUI,
notamment après la visite à la foire d'art contemporain Art Paris au Grand Palais. Il semblerait que tous les artistes se sont donnés pour mot d'ordre d'éviter le réel. C'est de l'art qui ressemble aux acheteurs, de l'art macronien. Le bâtiment est beau avec ce soleil, mais l'esprit l'a d'autant plus déserté. Un temps maussade, parigot, m'aurait rendu mélancolique, mais là c'est ce vide qui frappe: une serre à rien.
 



Brigitte Macron y a fait son petit tour samedi 5, elle est dans la ligne de ses ouailles: le savoir-vivre bidon, bidonné. Je retiens le travail de Marcos Carrasquer, peintre d'histoire contemporaine. Il le voit le réel, et celui de 2020 ressemble beaucoup à celui qu'annonce 2025. Ça sent la guerre, toujours plus vrai et spectaculaire, avec ses personnages qui s'entretuent pour trois rouleaux de papier-cul: c'est le struggle for life du ventre mou vraiment totalitaire, celui de l'occident terminal croqué et recroqué dans chacune de ses peintures. Les critiques de la foire et d'ailleurs disent de sa peinture qu'elle est grotesque, ironique, sarcastique, etc. Que l'humour soit une singularité, parmi le concours permanent des subjectivités spectacularisées, en dit suffisamment sur le nouveau désert, car l'humour a toujours été capture du réel (le "spectacle" est une socialisation et notamment par l'image: les séries de Netflix et d'autres plateformes similaires ont plus de poids dans la socialisation des nouvelles générations aux quatre coins du monde que d'autres, plus régionales, comme l'école - une socialisation globale devenue le règne de la séparation achevée).
 
On pouvait acheter dans la foire du vieux Bretécher, du vieux Wolinski, de l'humour de gôche, cette gauche qui voulut "changer la vie" avec le cagoulard Mitterrand mais surtout pas les rapports de production. De l'humour bien mort donc, mais toujours revendable à un autre mort-vivant à écharpe colorée (il faisait 24º). Et effectivement, c'est le réel qui s'amenuise quand toutes les stratégies l'évite. 

                   Marcos Carrasquer, The 2020 toilet paper rush, 2021

 

dimanche 15 décembre 2024

Er und Sein Mileu (Hannah Höch, 1919)

                                            Watercolor and pen on paper, 49,6x39,7cm, Henie-Onstad Art Center

 

samedi 26 octobre 2024

Bruno Taut, precursor del Urbanisme Unitario


 FUENTE : http://www.mindeguia.com/dibex/Taut_Alpine.htm



        Bruno Taut, Arquitectura en los Alpes, vista desde el Monte Generoso, 1919

El dibujo aparece en Alpine Architektur, un libro de Bruno Taut en el que expone su proyecto utópico para construir una ciudad en los Alpes. Ésta es la vista desde el Monte Generoso (lámina 17). Arquitectura alpina era un proyecto libre, resuelto sin restricciones aparentes, sin limitaciones por cuestiones de lugar, material o economía. Eran casas de cristal en lo alto de las montañas, diseñadas sólo para la contemplación silenciosa, junto a lagos que reflejaban los edificios y el brillo centelleante del Sol. Son edificios que han de ser construidos por la comunidad de sus habitantes, tal como se entendía que habían sido construidas las catedrales de la Edad Media. Una visión fantástica de construcción de templos de cristal en los Alpes. En su exposición incorpora ideas de transparencia, transformación, movimiento, nociones de cambio constante y de disolución. El proyecto no tiene una justificación utilitaria, es claramente una reacción contra la industria. Su única utilidad era construir y dar paz. En una parte del libro se dice,

¡PUEBLOS DE EUROPA!
¡CREAD PARA VOSOTROS POSESIONES SAGRADAS - CONSTRUID!
.   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .
El Monte Rosa y sus estribaciones hasta las verdes llanuras han de ser reconstruidos.
   ¡Sí, ineficaz y sin utilidad! ¿Pero hemos llegado a ser felices con la utilidad?
¡Siempre utilidad y utilidad, comodidad, conveniencia -
buena comida, cultura - cuchillo, tenedor, trenes, lavabos e incluso también-
cañones, bombas, instrumentos de asesinato!
Querer solamente lo utilitario y confortable sin ideales más altos es aburrimiento.
El aburrimiento trae pelea, lucha y guerra...
Predica la idea social...
Ocupa a las masas en una gran tarea, que satisfaga a todo el mundo,
del más humilde al principal ... Cada uno ve en la gran comunidad
claramente el trabajo de sus propias manos: cada uno construye -
en el verdadero sentido
...

(Taut, Alpine Architektur, lámina 16);

El proyecto hay que entenderlo como una reacción a los procesos que habían conducido a la Primera Guerra Mundial y a la situación que había quedado tras ella. Parte del convencimiento de que las grandes aglomeraciones industriales perpetúan el viejo orden social y tienen que reemplazarse por una forma descentralizada de comunidad, siguiendo las ideas que, antes de la guerra, habían tenido aceptación en círculos socialistas. Los Alpes era un lugar suficientemente lejano como para construir una nueva sociedad. Aquí el cristal, la transparencia y la flexibilidad significan una sociedad purificada y cambiada. Una reacción contra los efectos devastadores de la guerra. El proyecto era una utopía y Taut nunca creyó que se fuera que ejecutar.

Años antes, en 1912, Taut había conocido a Paul Scheerbart, un escritor visionario de novelas e historias cortas que describía una arquitectura de cristal, de casas móviles, que rotan, y edificios que pueden subir y bajar, estructuras que flotan y se transportan por el aire, e incluso de ciudades sobre ruedas. En 1914 publicó el libro Glasarchitektur (Arquitectura de cristal), que dedicó a Taut. La Alpine Architektur de Taut era también un homenaje a Scheerbart, que había muerto en 1915.

Es una arquitectura de cristal pero también de luz, a la vista de la luz que emana de esta arquitectura. Esta imagen luminosa aparece también en otros dibujos de Taut.

Éste es un cuadro de Giacomo Balla, Interpenetración iridiscente radial (Vibraciones prismáticas), de 1913-14.

Estos proyectos hay que inscribirlos en las actividades del Arbeitsrat für Kunst (Consejo de Trabajo para el Arte), que Taut había fundado en 1918, como un vehículo político con el que esperaba alcanzar su visión de una nueva armonía social, ordenada e inspirada por una nueva arquitectura, una nueva obra de arte total, creada con la participación activa del pueblo. En el Consejo estaba formado por arquitectos, artistas y críticos radicales del ámbito berlinés. Entre los arquitectos estaban Otto Bartning, Walter Gropius, Ludwig Hilberseimer, Hans y Wassili Luckhardt, Erich Mendelsohn, Adolf Meyer, Hans Poelzig y Max Taut. Entre los pintores, Lyonel Feininger, Hermann Finsterlin, Erich Heckel, Käthe Kollwitz, Emil Nolde, Max Pechstein y Karl Schmidt-Rotluff. Entre los escultores, Rudolph Belling, Georg Kolbe y Gerhard Marcks. A principios de 1919, Taut dimitió y asumió la dirección Gropius.

Después de esta fecha, 14 de los miembros del Arbeitsrat für Kunst iniciaron una especie de correspondencia utópica sobre la que Taut hizo una sugerencia: "todos y cada uno de nosotros dibujaremos o anotaremos, con breves intervalos de tiempo, de manera informal y a medida que el espíritu nos impulse... las ideas que nos gustaría compartir con nuestro círculo". Las cartas se conocieron como Die gläserne Kette (La cadena de cristal), estaban firmadas con apodos y duraron hasta diciembre de 1920. Muchas de ellas se publicaron en Frühlicht, la revista que dirigía Taut.

La iluminación de las montañas era una idea que estaba también en los escritos de Paul Scheerbart, pero tiene implicaciones muy anteriores en el tiempo. En la historia del arte, la luz siempre tuvo un claro significado religioso que tiene su origen en la Biblia. Su contenido expresivo fue aprovechado ampliamente durante el barroco, en la pintura, la arquitectura y la literatura. En el siglo XVII, la luz se relacionó con el poder, durante el reinado de Luis XV (el Rey Sol) y, en el siglo XVIII con el conocimiento (el Siglo de las Luces). La luz de estos dibujos es más la luz del nacimiento, del deslumbramiento, de la aparición de una nueva sociedad,... de lo sublime.

Antes de la Primera Guerra Mundial, los futuristas italianos ya habían adoptado el valor expresivo-simbólico de la luz.

 

Este dibujo es una xilografía de Lyonel Feininger, de 1919, que aparecía en el manifiesto de la Bauhaus de Weimar. Representa una catedral, de cuyas torres, que representan la pintura, la escultura y la arquitectura, surge la luz que se irradia por todas partes. La imagen de la catedral proviene del libro de Wilhelm Worringer, Problemas formales del gótico, de 1912, y simboliza la obra común, de la unión social.
 

Después de la guerra, la luz fue adoptada por la mayoría de los artistas expresionistas. A la experiencia de Taut se sumaron después Hans Scharoun, los hermanos Luckhardt y otros.


En su Arquitectura de Cristal, y en su defensa de la arquitectura de cristal, Paúl Scheerbat ya insistía en el efecto que su interior iluminado daría al edificio por la noche. El mismo año Bruno Taut expuso su Glass House, en la Cologne Werkbund Exhibition, y decía, en el catálogo de la exposición, que después del atardecer los edificios de vidrio se convertían en antorchas incandescentes sólo con la luz que procedía de su interior. 

(Ver la iluminación artificial en el exterior de los edificios en Georgia O'Keeffe, Iluminación nocturna)
 

Bibliografía recomendada:
- Dennis Sharp, Modern architecture and expressionism, Londres, Longmans, 1966.
- Franco Borsi, Architettura dell'espressionismo, Génova y París, Vitali e Ghianda y Vincent Fréal, 1967.
- Oswald Mathias Ungers, "Tres opiniones sobre el fenómeno expresionista", Nueva Forma, nº 68 (Sep. 1971), p. 2-5.
- Wolfgang Pehnt, Architecture expressionniste, París, Hazan, 1998 (original 1973)
- Rosemarie Haag Bletter, "Paul Scheerbart's Architectural Fantasies", The Journal of the Society of Architectural Historians, vol. 34, nº 2, 1975, pp. 83-97.
- Tim Benton, Las Raíces del Expresionismo, Madrid, ADIR, 1983 (original 1977).
- Rosemarie Haag Bletter, "The Interpretation of the Glass Dream-Expressionist Architecture and the History of the Crystal Metaphor", The Journal of the Society of Architectural Historians, vol. 40, nº 1, 1981, pp. 20-43.
- Ignasi de Solà-Morales i Rubió, La Arquitectura del expresionismo, Barcelona, ETSAV, 1982
- Rosemarie Haag Bletter, "Expressionism and the New Objectivity", Art Journal, vol. 43, nº 2, 1983, pp. 108-120.
- Wolfgang Pehnt, Expressionist architecture in drawings, Londres, Thames and Hudson, 1985
- Ada Francesca Marcianò, Hans Scharoun 1893-1972, Roma, Officina Edizioni, 1992.
- Winfried Nerdinguer et alt., Bruno Taut 1880-1938, Milán, Electa, 2001.

© de los textos Francisco Martínez Mindeguía 


 







 

   





  









 






























jeudi 26 septembre 2024

Les villes et décors psychédéliques de Wenzel Hablik (synthèse de arts)

 

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Wenzel Hablik 
(1881, Brüx, Bohème, Autriche-Hongrie ; 
1934, Itzehoe, Allemagne)
 
 
       Self-Supporting Cupola with five Mountain Peaks as Basis, 1925
 
À l'âge de six ans, il trouve un cristal dans lequel il voit des "châteaux et montagnes magiques". Plus tard, il s'en rappelera dans son art (ou ses arts: arts visuels, peinture, graphisme, architecture, design textil), Expressioniste, constructiviste, membre de l'Arbeitsrat für Kunst (Conseil des travailleurs pour l'Art ou encore Soviet des Arts) et de la Gläserne Kette (la chaîne de verre ou la chaîne de cristal). 

Archivo:Wenzel Hablik, Křišťálový zámek v moři, 1914, Národní galerie v Praze.jpg   
Crystal Castle in the Sea, 1914, National Gallery in Prague

Dans ses peintures il laisse libre cours à ses utopies urbaines en dehors de toute considération pratique, et ramène ses décors dans l'espace intérieur concret. Fascinant.

Archivo:Wenzel Hablik.jpg  
Cycle's Utopian Architectures, Airplane Towers, Silos, Artist Apartments, 1921, huile sur châssis, 94x189.5 cm
 
 On pense tout de suite à L'Age de cristal (le film des années 1970) en voyant ses villes volantes, ses châteaux, de cristal: mais en beaucoup plus "large".



Grandes construcciones utópicas coloridas, (1922) 
Grandes construcciones utópicas coloridas, 1922

Je me demande si Roger Caillois, qui aimait lui aussi pierres et cristaux, connaissait son oeuvre? 

 Exhibition Space Wallpapers by Wenzel Hablik | Obelisk Art History  
Design pour une salle de bal, 1924, Wenzel-Hablik-Stiftung, Itzehoe

Évidemment on pense au Formulaire de Chtcheglov, à La Nouvelle Babylone de Constant, et plus largement à la synthèse des arts, des romantiques aux situationnistes.

No hay ninguna descripción de la foto disponible.  
La maison de Wenzel Hablik à Itzehoe    
  

lundi 26 août 2024

paysage apocalyptique (Ludwig Meidner, 1913)

 

Apocalyptic City 1913 - Ludwig Meidner reproduction oil painting
Avant la WWI. Cette vision de la métropole moderne en tant que lieu d'apocalypse et de destruction incarne la conviction expressionniste que construire un monde nouveau implique la destruction du monde ancien (régénération).

mardi 12 mars 2024

La Rue (Die Strasse, Karl GRUNE, Allemagne, 1923)


 La rue, comme lieu de tentation et de mauvaises rencontres. Un petit bourgeois à la vie monotone se fait aspirer par les trépidations noctambules de la grande ville. Ombrée de traits expressionnistes, l'œuvre de Grune tire sa modernité des superbes séquences avant-gardistes. Un modèle de Strassenfilm (film de rue), avant les fleurons du genre, La Rue sans joie (Pabst) et Asphalte (Joe May).

samedi 27 janvier 2024

Aux sources de la psychogéographie: une première occurrence du "fantastique social" en 1924

Il semble que l'on puisse remonter jusqu'à 1924, dans l'article suivant de Mac Orlan sur le peintre George Grosz, pour trouver la première mention du "fantastique social" en France (la fiche wikipédia signale une de ces conférences au Théâtre du Vieux colombier –dédié aux films d'avant-garde– sur le cinéma fantastique en 1926). Mac Orlan l'a repéré chez d'autres, mais il est surtout lui-même le principal exposant de cette notion par ses chansons et ses récits: un grand créateur d'atmosphères, amplement distillées dans le cinéma des années 1930-40. 

Le fantastique social est l'une des sources majeures du sentiment psychogéographique, il conforme le pathos inhérent aux premières dérives et induit une esthétique attendue. Cette forme de "tragique d'aventure" correspond notoirement au moi romantique de Debord, unifiant son oeuvre et sa vie dans le temps –et jusqu'à l'automythographie de soi. 

À cet égard, Mac Orlan occupe une place importante dans son panthéon littéraire ( alors qu'il s'agit d'un auteur habituellement considéré comme mineur). Mais ce qui m'interpelle pour l'instant c'est cette filiation plastique allemande; à travers la fragmentation cubofuturiste et l'enfièvrement expressionniste, elle détermine une vision conflictuelle et riche de la nouvelle vie urbaine née dans la ville la plus moderne d'Europe, Berlin. Entre aliénation et spectacle permanent.

 
George Grosz, Metropolis, 1916-17 (musée Thyssen-Bornemisza, Madrid)

 PIERRE MAC ORLAN 

George Grosz 

L'Europe attentive, les passions dont elle dispose, la révolte assoupie, le jeu triomphant de filles sottement éprises de voluptés chimiques, les médiocres bourgeois lâchés en liberté et la rue  elle-même ont trouvé leur poète dans l'étrange et puissante personnalité de George Grosz, que Frans Masereel et Joseph Billiet présentent aujourd'hui au public français, et pour la première fois.

Depuis la guerre, une sorte de fantastique social a été créé un peu partout chez tous les peuples européens qui se sont battus. Le sang des hommes a perdu sa valeur tragique et le mystère des visages s'est accru. Les classes sociales qui, il y a encore dix ans, possédaient des traditions respectives qui les différenciaient, se sont mêlées dans les nouvelles combinaisons des lumières de la rue, dans la malhonnêteté provisoire qui mène les hommes à la conquête du plaisir réalisé le plus rapidement possible. Si les hommes, depuis la guerre, peuvent se distinguer de ceux qui les précédèrent, c'est un peu par leur obéissance passive aux lois de la vitesse. Tout tourne plus vite. Et les anciens mots qui tournaient autrefois à 120 tours par exemple, tournent aujourd'hui à 2000 tours. Le mécanisme de la langue ne peut les suivre. Nous manquons de mot pour réaliser l' “expressionnisme” de notre époque. 

Grosz a trouvé la langue nécessaire à l'épanouissement de sa vision. Qu'il découpe une photographie et qu'il l'associe à son extraordinaire intelligence du fantastique et de la misère homicide, c'est, par tous les moyens la lutte pour arriver directement au but. Il voit les choses et les hommes en transparence, il mêle aux éléments nobles de la révolution les odeurs essentielles de la vie populaire où le sang se chambre à la température de la rue. Je ne connais rien de plus tragique que l'oeuvre  de ce jeune homme émouvant et affectueux. Toute la rue et les intermédiaires de la rue s'animent dans une frénésie féerique, ordurière et brutale, celle de la vie quotidienne. [...]

Pierre Mac Orlan, George Grosz, préface du catalogue du catalogue de l'exposition George Grosz, Joseph Billiet, Paris, 1924.