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lundi 16 juin 2025
mardi 18 mars 2025
"Amazon, Google y Microsoft proporcionan infraestructura tecnológica crítica al ejército israelí"
Quand on se ballade sur internet, c'est comme si on avait un bonnet fluo dans un magasin. Quand on est palestinien, le magasin c'est un terrain de chasse où l'on est la proie.
Hablamos con la activista del colectivo que investiga y denuncia los intereses y la vinculación de este consorcio público con Israel.

Barcelona-
La Fira en la mira es un colectivo de investigación que nació en 2024 e indaga los vínculos de este consorcio de titularidad pública -está formado por el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Catalunya y la Cambra de Comerç- y gestión empresarial autónoma con compañías israelíes. Uno de los puntos culminantes de esta colaboración es el MWC, celebrado hace apenas unos días, con la participación de hasta 46 empresas israelíes, muchas de ellas con vínculos con el ejército.
Tina Mason es una de las activistas que forma parte del colectivo, y en esta entrevista con Público detalla la importancia estratégica del sector tecnológico para la economía del país: "Hay una puerta giratoria en la que las empresas desarrollan tecnología, la prueban en el ejército israelí y después la llevan al mercado comercial". En este sentido, el Mobile es "un trampolín" para conseguir financiación y desarrollar estas tecnologías, algunas de las cuales se han utilizado durante la guerra en Gaza, como los drones. "La Fira es la institución catalana más implicada con las relaciones comerciales con Israel", afirma Mason.
¿Cuál es el objetivo de La Fira en la mira?
Nos juntamos activistas e individuos y salió un grupo bastante internacional que nos dedicamos a hacer investigación sobre los puntos de entrada de las empresas israelíes en Barcelona. En el Mobile World Congress del año pasado se sabía que Rusia había sido vetada, así que había curiosidad sobre la presencia de Israel. Se confirmó que participaba, y en aquel momento no había muchos grupos investigando esto.
¿Por qué deciden centrarse en la Fira?
Justo después del Mobile World Congress, nos dimos cuenta que muchos congresos y acontecimientos también eran problemáticos, a menudo acogiendo a empresas israelíes o a corporaciones multinacionales cómplices. Uno de los ejemplos más graves fue durante el Aviation Week, cuando Israel Aerospace Industries, una empresa de armamento estatal israelí, expuso. Esto es uno de los máximos niveles de complicidad en términos de genocidio.
¿Cuál ha sido la situación este año en el Mobile World Congress?
Había 46 empresas israelíes: 31 en Pabellón de Israel, mientras que 15 más estaban repartidas por todo el congreso. Hemos investigado estas empresas y hemos descubierto que al menos nuevo tienen CEO o fundadores provenientes de unidades militares israelíes. No se trata solo de personas que han cumplido el servicio militar obligatorio, sino que han hecho carrera dentro del ejército.
¿Qué otros vínculos tienen estas compañías con el ejército?
Seis de estas empresas proveen material al ejército israelí. Algunas no son muy explícitas sobre sus contratos militares, pero basándonos en sus declaraciones lo podemos deducir con seguridad. Una de estas empresas es incluso una derivada de Elbit Systems, una empresa de armamento israelí que ha reutilizado su tecnología militar para el mercado comercial.
¿Qué vínculo tiene el sector tecnológico con el militar a Israel?
El ejército israelí y el sector de la alta tecnología están estrechamente entrelazados. Muchas start-ups son fundadas por personas que cogen tecnología desarrollada por el ejército y la comercializan. Hay una puerta giratoria en que las empresas desarrollan tecnología, la prueban al ejército israelí y después la llevan al mercado comercial. El sector tecnológico también es el eje vertebrador de la economía israelí. Si hablamos de sanciones y boicots como herramienta para exigir responsabilidades a Israel, este es uno de los sectores clave para presionar. Es uno de los pocos sectores de Israel que todavía prospera, así que tiene sentido centrar los esfuerzos en él.
¿El año pasado en el MWC, la situación era similar?
Sí. Identificamos a unas 32 empresas israelíes, a pesar de que quizás había más. Este año nos hemos asegurado de mirar más allá del Pabellón de Israel, así que las cifras son más precisas. Una diferencia importante respecto al año pasado es la plataforma que se dio a Xtend, una start-up israelí de drones que se han utilizado en Gaza durante el genocidio. Después de ser presentada al Mobile World Congress, consiguió entre 30 y 40 millones de dólares en inversión. Esto es un ejemplo claro de cómo lo MWC sirve de trampolín para startups israelíes que buscan financiación internacional.
¿Y este año no se les ha dado tanto espacio?
Este año no he visto a empresas israelíes destacadas como conferenciantes principales, pero todavía hay empresas problemáticas que sí que se les ha dado altavoz, como Palantir, una empresa de software de los EE. UU. los servicios de IA de la cual son utilizados por el ejército israelí, y Skydio, una empresa norteamericana de drones que también ha enviado a Israel. Además, en el último año, se ha generado mucha más información pública sobre el papel de las empresas internacionales en el apoyo a Israel. Ahora es ampliamente conocido que Amazon, Google y Microsoft proporcionan infraestructura tecnológica crítica al ejército israelí.
¿Por qué Rusia está vetada e Israel no?
Creo que se debe a las sanciones de la Unión Europea (UE). La GSMA [Global System for Mobile Communications Association, la organizadora del MWC] la prohíbe porque sigue estas sanciones. A pesar de que se ha pedido un acuerdo a nivel europeo sobre sanciones a Israel, esto no ha pasado porque la UE es cómplice de lo que está pasando, especialmente Alemania, el Reino Unido e Italia. Aunque no se hayan establecido sanciones a nivel de la UE, hay una conversación pendiente sobre las sanciones bilaterales, que han sido completamente ignoradas.
¿Qué intereses tiene la Fira en estas empresas israelíes?
Esta es la gran pregunta. Hay que aclarar que la Fira acoge tanto acontecimientos propios como acontecimientos externos. El Mobile World Congress está organizado por la GSMA, una empresa externa con sede en el Reino Unido, pero con una fuerte identidad europea. Pero las oficinas de GSMA en España están dentro de la Fira, y trabajan de manera muy próxima. Por otro lado, la Fira es propiedad de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y la Cambra de Comerç, pero opera con autonomía en la gestión de negocios. Así que a menudo se pasan la responsabilidad: la Fira dice que es un acontecimiento externo, y la Generalitat dice que es una decisión de la gestión de la Fira. Pero si miramos el marketing del MWC, es claramente una colaboración entre la Generalitat, el Ayuntamiento, la Fira y GSMA.
¿Y por qué esta colaboración con Israel va más allá del MWC, como decía antes?
La Fira tiene incluso un representante de ventas dedicado al negocio israelí. Esta persona es consultora de Israel Export Institute, una colaboración del gobierno israelí con el sector privado. O sea, que digan lo que digan, hay una colaboración de gobierno a gobierno, también para acontecimientos internos. Esta persona tiene un correo electrónico de la Fira Barcelona. No hay muchos otros países con un representante específico así.
¿Esta connivencia con empresas israelíes se da en toda Europa?
Esta complicidad no es exclusiva de España. De hecho, otros países son mucho más cómplices. En toda Europa se facilitan relaciones comerciales con empresas israelíes, pero para Catalunya, la Fira de Barcelona parece ser la institución más implicada.
¿Como responder a esta complicidad que nos afecta diariamente, con el uso de servicios tan globales como Google o Microsoft?
El movimiento BDS [Boicot, Desinversiones y Sanciones] ofrece recomendaciones útiles sobre como presionar a estas empresas. Dividen el boicot en diferentes niveles: uno destinado a consumidores cotidianos, que pueden dejar de usar ciertos productos o servicios, y otro destinado a objetivos más difíciles de boicotear a nivel individual, como Google o Amazon, que son omnipresentes. Estas empresas tendrían que ser objetivo de presión institucional. Hay una responsabilidad individual, pero seguir las recomendaciones del BDS ayuda a gestionar esta carga de manera más efectiva. Aun así, cuando es posible, alejarse de estas empresas es la opción preferible.
¿Corremos el riesgo de normalizar el genocidio a través del consumo, en este caso, tecnológico?
El Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) advierte sobre el apoyo a Israel y la manera en que esto implica una complicidad en el genocidio. Noruega emitió una advertencia basada en las conclusiones del TIJ y una empresa de inversiones llamada Storebrand va desinvertir sus participaciones en Palantir, una de las empresas que participa en el Mobile World Congress de este año. O sea que es posible escuchar las advertencias del TIJ respecto a los crímenes internacionales y crímenes de guerra. Quizás España, como Irlanda, se ha posicionado mucho en relación con Palestina, pero no ha hecho mucho en un sentido material.
En los últimos días, algunos partidos políticos del Parlament de Catalunya han enviado una carta a la Generalitat pidiendo medidas y explicaciones sobre la participación de empresas israelíes al MWC.
Parece que hay más movimiento político al respeto en comparación con el año pasado. A pesar de que Ada Colau ya habló sobre el tema, este año parece que hay más diputados implicados. Es positivo porque la Fira de Barcelona es un espacio público, y por tanto, tiene que ser un tema de interés político y gubernamental.
¿Qué reclaman?
Una de las demandas es que aquellos acontecimientos que puedan cambiar de lugar lo hagan y que los individuos eviten asistir a actos en la Fira. Sabemos que es poco probable que acontecimientos masivos se trasladen, pero sí que podría funcionar con reuniones más pequeñas. A menudo, cuando estamos en la Fira repartiendo folletos, muchas personas no saben que es una institución pública. Hay que aumentar esta conciencia porque se cuestione si el crecimiento económico debe tener límites y responsabilidad.
Lattaquié - Butcha, comparaison de l’information
Contexte "spectaculaire" à la mi-mars 2025 au Proche-orient:
En quelques jours 7000 personnes ont été tuées en Syrie par les égorgeurs inclusifs. Que répond Bruxelles? Lundi 17 mars, le coeur du jardin mondial des saints herbivores européens versus la jungle de carnivores du monde extérieur (pour reprendre les éléments de langage de Josep Borrell, Haut représentant de l'Union européenne pour les affaires étrangères de 2019 à 2024) annonce un aide de 2.500 millions d'euros pour l'égorgeur en chef (qui sait bien tailler sa barbe et mettre une cravate, pas comme Zelenski!). De quoi le tenir en laisse tout en lui lâchant suffisament la bride pour continuer.
Israel vient aujourd'hui d'assassiner 400 palestiniens, visés dans leurs voitures, tirés comme des lapins. Hier, l'US army faisait de même au Yemen (depuis le Quatar): 50 femmes et enfants versus missiles.








PS: la mission d'enquête de gendarmes français dépêchée à Butcha n'a toujours pas remis son rapport sur le dit "massacre" qui occasionna la rupture des négociations de paix entre ukrainiens (un des négociateurs reçut à une balle dans la tête, trop pro-russe) et russes en avril 2023, après que Boris Johnson vint mettre son grain de sel pour les faire capoter. | |||
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dimanche 16 mars 2025
Des soldats israéliens admettent écraser des Palestiniens morts ou vivants avec leurs bulldozers, selon CNN
Le réserviste de l’armée israélienne est revenu différent, traumatisé par ce qu’il avait vu dans la guerre contre le Hamas dans la bande de Gaza, a déclaré sa famille à CNN. Six mois après avoir été envoyé au combat, il luttait contre le syndrome de stress post-traumatique (SSPT) une fois rentré chez lui. Avant son redéploiement, il s’est suicidé. « Il est sorti de Gaza, mais Gaza n’est pas sortie de lui. Et il en est mort, à cause du post-traumatisme », a déclaré sa mère, Jenny Mizrahi.
Source : CNN, Nadeen Ebrahim, Mike Schwartz
Traduit par les lecteurs du site Les-Crises
Note de la rédaction : cette histoire contient des détails sur le suicide et la violence qui pourraient déranger certains lecteurs.
Tel Aviv et Ma’ale Adumim (CNN) – Eliran Mizrahi, 40 ans et père de quatre enfants, a été déployé à Gaza après l’attaque meurtrière du Hamas contre Israël, le 7 octobre 2023. Le réserviste de l’armée israélienne est revenu différent, traumatisé par ce qu’il avait vu dans la guerre contre le Hamas dans la bande de Gaza, a déclaré sa famille à CNN. Six mois après avoir été envoyé au combat, il luttait contre le syndrome de stress post-traumatique (SSPT) une fois rentré chez lui. Avant son redéploiement, il s’est suicidé. « Il est sorti de Gaza, mais Gaza n’est pas sortie de lui. Et il en est mort, à cause du post-traumatisme », a déclaré sa mère, Jenny Mizrahi.
L’armée israélienne a déclaré qu’elle fournissait des soins à des milliers de soldats souffrant de SSPT ou de maladies mentales causées par les traumatismes subis pendant la guerre. Le nombre de ceux qui se sont suicidés n’est pas clair, car les Forces de défense israéliennes (FDI) n’ont pas fourni de chiffres officiels.
Un an après, la guerre d’Israël à Gaza a fait plus de 42 000 morts, selon le ministère de la santé de la bande de Gaza, et les Nations unies signalent que la plupart des morts sont des femmes et des enfants.
La guerre, lancée après que le Hamas a tué 1 200 personnes et en a pris plus de 250 en otage, est déjà la plus longue qu’ait connue Israël depuis la création de l’État juif. Alors qu’elle s’étend désormais au Liban, certains soldats disent redouter d’être enrôlés dans un nouveau conflit.
« Beaucoup d’entre nous ont très peur d’être à nouveau enrôlés dans une guerre au Liban », a déclaré à CNN un infirmier des FDI qui a servi quatre mois à Gaza, sous le couvert de l’anonymat en raison du caractère sensible de la question. « Beaucoup d’entre nous ne font pas confiance au gouvernement en ce moment. »
À de rares exceptions près, les autorités israéliennes ont interdit l’accès à Gaza aux journalistes étrangers, à moins qu’ils ne soient escortés par les FDI. Il est donc difficile de rendre compte de l’ampleur des souffrances des Palestiniens ou de l’expérience des soldats sur place. Les soldats israéliens qui ont combattu dans l’enclave ont déclaré à CNN qu’ils ont été témoins d’horreurs que le monde extérieur ne pourra jamais vraiment comprendre. Leurs récits offrent un rare aperçu de la brutalité de ce que les critiques ont appelé la « guerre éternelle » du Premier ministre israélien Benjamin Netanyahu, et du tribut intangible qu’elle prélève sur les soldats qui y participent.
Pour de nombreux soldats, la guerre à Gaza est une lutte pour la survie d’Israël et doit être gagnée par tous les moyens. Mais cette bataille a également des conséquences psychologiques qui, en raison de la stigmatisation, restent largement cachées. Des entretiens avec des soldats israéliens, un médecin et la famille de Mizrahi, le réserviste qui s’est suicidé, permettent de comprendre le fardeau psychologique que la guerre fait peser sur la société israélienne.
Le bilan en matière de santé mentale
Mizrahi a été déployé à Gaza le 8 octobre de l’année dernière et a été chargé de conduire un bulldozer D-9, un véhicule blindé de 62 tonnes qui peut résister aux balles et aux explosifs.
Il a passé la majeure partie de sa vie dans la vie civile, travaillant comme directeur dans une entreprise de construction israélienne. Après avoir été témoin des massacres commis par le Hamas, il a ressenti le besoin de se battre, a déclaré Jenny à CNN.
Le réserviste a passé 186 jours dans l’enclave jusqu’à ce qu’il soit blessé au genou et qu’il subisse des lésions auditives en février lorsqu’une grenade propulsée par une roquette (RPG) a touché son véhicule, a indiqué sa famille. Il a été retiré de Gaza pour être soigné et, en avril, on lui a diagnostiqué un syndrome de stress post-traumatique, pour lequel il suit une thérapie hebdomadaire.
Son traitement n’a rien donné.
« Ils ne savaient pas comment les traiter (les soldats) », a déclaré Jenny, qui vit dans la colonie israélienne de Ma’ale Adumim, en Cisjordanie occupée. « Ils (les soldats) ont dit que la guerre était très différente. Ils ont vu des choses qui n’ont jamais été vues en Israël. »
Lorsque Mizrahi était en permission, il souffrait d’accès de colère, de transpiration, d’insomnie et de retrait social, a déclaré sa famille. Il disait à sa famille que seuls ceux qui étaient à Gaza avec lui pouvaient comprendre ce qu’il vivait.
« Il disait toujours que personne ne comprendrait ce que j’ai vu », a déclaré sa sœur, Shir, à CNN.
Jenny se demande si son fils a tué quelqu’un et s’il n’a pas pu le supporter.
« Il a vu beaucoup de gens mourir. Il a peut-être même tué quelqu’un. (Mais) nous n’apprenons pas à nos enfants à faire ce genre de choses », a-t-elle déclaré. « Alors, quand il a fait ça, quelque chose comme ça, peut-être que ça a été un choc pour lui. »
Guy Zaken, l’ami de Mizrahi et copilote du bulldozer, a apporté des précisions sur leur expérience à Gaza. « Nous avons vu des choses très, très, très difficiles », a déclaré M. Zaken à CNN. « Des choses difficiles à accepter. »
L’ancien soldat a parlé publiquement des traumatismes psychologiques subis par les troupes israéliennes à Gaza. Lors d’un témoignage devant la Knesset, le parlement israélien, en juin, Zaken a déclaré qu’à de nombreuses reprises, les soldats ont dû « écraser des terroristes, morts ou vivants, par centaines. »
« Tout gicle », a-t-il ajouté.
Zaken dit qu’il ne peut plus manger de viande, car cela lui rappelle les scènes horribles dont il a été témoin depuis son bulldozer à Gaza, et qu’il a du mal à dormir la nuit, le bruit des explosions résonnant dans sa tête.
« Lorsque vous voyez beaucoup de viande à l’extérieur, et du sang… à la fois le nôtre et le leur (Hamas), cela vous affecte vraiment lorsque vous mangez », a-t-il déclaré à CNN, faisant référence aux corps comme à de la « viande. »
Il affirme que la grande majorité des personnes qu’il a rencontrées étaient des « terroristes. »
« Les civils que nous avons vus, nous les avons arrêtés et leur avons apporté de l’eau à boire, et nous les avons laissés manger de notre nourriture », a-t-il rappelé, ajoutant que même dans de telles situations, les combattants du Hamas leur tiraient dessus.
« Il n’y a donc pas de citoyens », a-t-il déclaré, faisant référence à la capacité des combattants du Hamas à se fondre dans la population civile. « C’est du terrorisme. »
Cependant, lorsque les soldats rencontrent des civils, beaucoup sont confrontés à un dilemme moral, selon l’infirmier des FDI qui a parlé à CNN sous le couvert de l’anonymat.
Les soldats israéliens avaient une « attitude collective très forte » de méfiance à l’égard des Palestiniens de Gaza, en particulier au début de la guerre, a déclaré l’infirmier.
Il y avait l’idée que les habitants de Gaza, y compris les civils, « sont mauvais, qu’ils soutiennent le Hamas, qu’ils aident le Hamas, qu’ils cachent des munitions », a déclaré l’infirmier.
Sur le terrain, cependant, certaines de ces attitudes ont changé « lorsque l’on a des civils gazaouis sous nos yeux », ont-ils déclaré.
Les FDI ont déclaré qu’elles faisaient tout leur possible pour minimiser les pertes civiles à Gaza, notamment en envoyant des messages textuels, en passant des appels téléphoniques et en larguant des tracts d’évacuation pour avertir les civils avant les attaques.
Malgré cela, les civils de Gaza ont été tués à plusieurs reprises et en grand nombre, y compris lorsqu’ils s’abritaient dans des zones que l’armée a elle-même désignées comme des « zones de sécurité. »
Le bilan en matière de santé mentale à Gaza risque d’être énorme. Les organisations humanitaires et les Nations unies ont souligné à plusieurs reprises les conséquences catastrophiques de la guerre sur la santé mentale des civils de Gaza, dont beaucoup avaient déjà été marqués par un blocus de 17 ans et plusieurs guerres avec Israël. Dans un rapport publié en août, les Nations unies ont déclaré que les expériences des habitants de Gaza défiaient « les définitions biomédicales traditionnelles des troubles de stress post-traumatique (TSPT), dans la mesure où dans le contexte de Gaza, le mot post de post-trumatique n’a pas le loisir d’exister.
Après que Mizrahi a mis fin à ses jours, des vidéos et des photos ont fait surface sur les médias sociaux montrant le réserviste en train de raser des maisons et des bâtiments à Gaza et posant devant des structures vandalisées. Certaines de ces images, qui auraient été postées sur ses comptes de médias sociaux aujourd’hui supprimés, sont visibles dans un documentaire au cours duquel il avait été interviewé sur la chaîne israélienne Channel 13.
Sa sœur, Shir, a déclaré avoir vu de nombreux commentaires sur les réseaux sociaux accusant Mizrahi d’être « un meurtrier », l’injuriant et réagissant par des émojis hostiles.
« C’était difficile », a-t-elle déclaré, ajoutant qu’elle faisait de son mieux pour l’oublier. « Je sais qu’il avait bon cœur. »
Dégager les morts des débris
Ahron Bregman, politologue au King’s College de Londres, qui a servi dans l’armée israélienne pendant six ans, notamment lors de la guerre du Liban en 1982, a déclaré que la guerre de Gaza ne ressemble à aucune autre guerre menée par Israël.
« C’est très long », a-t-il dit, et c’est une zone urbaine, ce qui signifie que les soldats se battent au milieu de nombreuses personnes, « dont la grande majorité sont des civils. »
Les conducteurs de bulldozers font partie de ceux qui sont le plus directement exposés à la brutalité de la guerre, a déclaré M. Bregman. « Ce qu’ils voient, ce sont des morts, et ils les dégagent (avec) les débris », a-t-il déclaré à CNN. « Ils passent par dessus. »
Pour beaucoup, la transition du champ de bataille à la vie civile peut être accablante, surtout après une guerre urbaine qui a entraîné la mort de femmes et d’enfants, a déclaré Bregman.
« Comment pouvez-vous mettre vos enfants au lit alors que vous avez vu des enfants tués à Gaza ? »
Malgré le syndrome de stress post-traumatique de Mizrahi, sa famille a déclaré qu’il avait accepté de retourner à Gaza lorsqu’il a été rappelé. Deux jours avant son redéploiement, il s’est suicidé.
Dans sa maison, Jenny a consacré une pièce à la mémoire de son fils décédé, avec des photos de son enfance et de son travail dans le bâtiment. Parmi les objets que sa mère a conservés figure la casquette que portait Mizrahi lorsqu’il s’est tiré une balle dans la tête, dont les impacts sont clairement visibles.
La famille de Mizrahi a commencé à parler de sa mort après que les Forces de défense israéliennes (FDI) lui ont refusé un enterrement militaire, arguant qu’il n’avait pas été « en service de réserve actif ». Elles sont ensuite revenues sur leur décision.
Le journal israélien Haaretz a rapporté que 10 soldats ont mis fin à leurs jours entre le 7 octobre et le 11 mai, selon des données militaires obtenues par le journal.
Interrogé par CNN sur le nombre de suicides au sein des FDI depuis la guerre, Uzi Bechor, psychologue et commandant de l’unité de réponse au combat des FDI, a déclaré que le corps médical n’était pas autorisé à fournir un chiffre et que l’armée considérait que le taux de suicide n’avait pratiquement pas changé.
« Le taux de suicide dans l’armée est plus ou moins stable au cours des cinq ou six dernières années », a déclaré Bechor, précisant qu’il avait en fait diminué au cours des dix dernières années.
Même si le nombre de suicides est plus élevé, a-t-il dit, le ratio jusqu’à présent « est assez semblable à celui de l’année précédente parce que nous avons plus de soldats. »
« Cela ne signifie pas qu’il y a une tendance à l’augmentation des suicides », a déclaré Bechor à CNN.
Il n’a pas communiqué à CNN le nombre de suicides ni leur taux. « Chaque cas nous brise le cœur », a-t-il déclaré.
Pourtant, plus d’un tiers des soldats éloignés du combat souffrent de problèmes de santé mentale. Dans une déclaration faite en août, la division de réhabilitation du ministère israélien de la défense a indiqué que chaque mois, plus de 1 000 nouveaux soldats blessés sont rappelés des combats pour être soignés. 35 % d’entre eux se plaignent de leur état mental, et 27 % développent « une réaction mentale ou un syndrome de stress post-traumatique. »
Elle ajoute que d’ici la fin de l’année, 14 000 combattants blessés seront probablement admis pour être soignés, et qu’environ 40 % d’entre eux devraient être confrontés à des problèmes de santé mentale.
Plus de 500 personnes meurent par suicide en Israël et plus de 6 000 autres tentent de se suicider chaque année, selon le ministère de la santé du pays, qui note que « les chiffres mentionnés sont sous-estimés d’environ 23 %. »
En 2021, le suicide a été la principale cause de décès parmi les soldats de Tsahal, a rapporté le Times of Israel, citant des données militaires qui montrent qu’au moins 11 soldats ont mis fin à leurs jours cette année-là.
Au début de l’année, le ministère de la santé a cherché à « démentir les rumeurs d’augmentation des taux de suicide depuis le 7 octobre », affirmant que les cas signalés sont des « incidents isolés dans les médias et les réseaux sociaux ». Sans fournir de chiffres, le ministère a déclaré qu’il y avait eu une « diminution du nombre de suicides en Israël entre octobre et décembre par rapport aux mêmes mois de ces dernières années. »
M. Bregman, vétéran de la guerre du Liban, a déclaré qu’il était désormais plus facile de parler du syndrome de stress post-traumatique et d’autres problèmes de santé mentale que dans les années 1970 et 1980, grâce à la diminution de la stigmatisation. Néanmoins, il a ajouté que les soldats qui sortent de Gaza « porteront (leurs expériences) pour le reste de leur vie. »
L’infirmier des FDI qui a parlé à CNN a déclaré qu’un responsable de la santé mentale était désigné pour chaque unité de l’armée pendant et après le déploiement. L’impact de la guerre persiste néanmoins, a déclaré l’infirmier, avec des soldats aussi jeunes que 18 ans souffrant de traumatismes mentaux à Gaza. Ils pleuraient souvent ou semblaient émotionnellement engourdis, a ajouté l’infirmier.
Normaliser l’anormal
Bechor, le psychologue de Tsahal, a déclaré que l’un des moyens utilisés par l’armée pour aider les troupes traumatisées à reprendre leur vie est d’essayer de « normaliser » ce qu’elles ont vécu, en partie en leur rappelant les horreurs commises le 7 octobre.
« Cette situation n’est pas normale pour les êtres humains », a déclaré Bechor, ajoutant que lorsque les soldats reviennent du champ de bataille avec des symptômes de stress post-traumatique, ils se demandent : « Comment puis-je rentrer chez moi après ce que j’ai vu ? Comment puis-je m’engager avec mes enfants après ce que j’ai vu ? »
« Nous essayons de normaliser la situation et de les aider à se souvenir de leurs valeurs et des raisons pour lesquelles ils sont allés là-bas (à Gaza) », a-t-il déclaré à CNN.
Pour les dizaines de milliers d’Israéliens qui se sont portés volontaires ou qui ont été appelés à combattre, la guerre à Gaza a été perçue non seulement comme un acte d’autodéfense, mais aussi comme une bataille existentielle. Cette notion a été vantée par les principaux dirigeants politiques et militaires israéliens, ainsi que par les alliés internationaux d’Israël.
Netanyahu a qualifié le Hamas de « nouveaux nazis » et le président américain Joe Biden a déclaré que « l’ancienne haine des Juifs » entérinée par les nazis avait été « ramenée à la vie » le 7 octobre.
Les menaces extérieures qui pèsent sur leur pays ont unifié de nombreux Israéliens, mettant en veilleuse les querelles politiques internes qui divisaient la société depuis des mois. Pendant ce temps, les souffrances des Palestiniens ont été largement absentes des écrans de télévision israéliens, dominés par les nouvelles concernant les otages de Gaza.
Après les attaques du Hamas, les sondages ont montré que la plupart des Israéliens soutenaient la guerre à Gaza et ne voulaient pas que leur gouvernement arrête les combats, même en négociant la libération des otages kidnappés. À l’occasion du premier anniversaire de l’attaque du 7 octobre, un sondage publié par l’Institut israélien de la démocratie a révélé que seuls 6 % des Israéliens pensent que la guerre à Gaza devrait être arrêtée en raison du « coût élevé en vies humaines. »
Certains soldats, cependant, ne pouvaient rationaliser les horreurs qu’ils ont vues.
À son retour de Gaza, Mizrahi disait souvent à sa famille qu’il sentait un « sang invisible » sortir de lui, a déclaré sa mère.
Shir, sa sœur, accuse la guerre d’être à l’origine de la mort de son frère. « À cause de l’armée, à cause de cette guerre, mon frère n’est pas là », a-t-elle déclaré. « Il n’est peut-être pas mort d’une balle (de combat) ou d’une grenade, mais d’une balle invisible », a-t-elle ajouté, faisant référence à ses souffrances psychologiques.
*
Qu’est-ce que le syndrome de stress post-traumatique (SSPT) ? Le SSPT est un trouble de la santé mentale causé par des événements très stressants, effrayants ou pénibles, selon le Service national de santé britannique. Une personne atteinte de SSPT revit souvent l’événement traumatique sous forme de cauchemars et de flashbacks, et peut éprouver des sentiments d’isolement, d’irritabilité et de culpabilité. Le SSPT peut se développer immédiatement après l’expérience d’un événement perturbant, ou se manifester des semaines, des mois, voire des années plus tard.
Source : CNN, Nadeen Ebrahim, Mike Schwartz, 21-10-2024
Traduit par les lecteurs du site Les-Crises
jeudi 13 mars 2025
De quoi Murray Bookchin était-il réellement le nom ?
SOURCE: https://www.librairie-tropiques.fr/2020/10/de-quoi-murray-bookchin-etait-il-reellement-le-nom.html
Le héros anarchiste Murray Bookchin
était un sioniste
qui dissimulait le colonialisme
et les crimes de guerre israéliens
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Voilà qui devrait intéresser les apologistes d’Apo (surnom d’Abdullah Öcalan) et du « Rojava », ce nouvel Israël en terre syrienne. Il est légitime de comparer la création d’Israël à celle du « Rojava » : dans les deux cas, l’idéologie gauchiste a été utilisée pour créer un état ethnique aux mains de l’Occident. Dans les deux cas, des agents d’influence ont présenté le nouvel état comme une formidable expérience d’autogestion. Des gauchistes du monde entier ont afflué en Israël pour travailler dans les kibboutz, pensant faire ainsi la révolution sociale ; des gauchistes du monde entier ont également afflué au « Rojava », dans le même but.
Notons qu’en France, c’est une orga auparavant appelée Alternative Libertaire et maintenant Union Communiste Libertaire, qui promeut cet assemblage idéologique ; l’UCL a envoyé de l’argent mais aussi des combattants vers la Syrie, elle a organisé une tournée de promotion des YPG dans toute la France pour inciter les jeunes « déters » à partir en Syrie tuer des Arabes avec des armes US, au nom de l’anarchisme.
Et l’UCL, c’est quoi ? Une orga d’à peine plus de 500 militants, créée à l’origine par George Fontenis, celui qui dans les années 50 a traumatisé la Fédération Anarchiste en y créant un comité secret qui prenait toutes les décisions dans le dos des adhérents… voilà d’où vient l’anti-complotisme de l’UCL : elle a été créée par un comploteur dénué de honte (il assuma cette trahison jusqu’à la fin de sa vie). Mais Fontenis a-t-il fait ça par soif de pouvoir ou simplement parce qu’il travaillait pour d’autres forces ? L’histoire ne le dit pas. Toujours est-il que l’UCL est une orga ridiculement petite qui malgré ses discours « anarchistes », « libertaires » ou « communistes libertaires », bénéficie de la promotion du Monde, traque les horribles « conspirationnistes », a soutenu les guerres de l’OTAN en Libye et en Syrie, et à l’heure actuelle réagit à l’arrivée du technofascisme de la même manière que la CGT (dont elle est proche) : ils valident le récit officiel de la « terrible pandémie ».
Avec des amis comme ça, le prolétariat n’a pas besoin d’ennemis !
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article original : https://bennorton.com/anarchist-murray-bookchin-zionist-israel-colonialism/
traduction : Pierre Royer et Vincent Lenormant
14 juin 2019 – Ben Norton
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Pour les anarchistes, Murray Bookchin est une sorte de saint. Ses idées à propos de l’écologie sociale et de ce qu’il nommait le « municipalisme libertaire » et le « communalisme » ont influencé des générations de gauchistes auto-proclamés, et il était souvent cité comme l’une des forces idéologiques soutenant les mouvements anti-mondialisation ainsi que Occupy Wall Street.
Bookchin devint particulièrement influent au sein des milieux kurdophiles après qu’Abdullah Öcalan, le chef emprisonné [par la Turquie] du Parti des Travailleurs du Kurdistan (PKK) a adopté sa conception du « confédéralisme démocratique ». Conception que ses partisans tenteront plus tard de mettre en pratique dans le nord-est de la Syrie – avec l’aide de l’armée américaine.
Ce que l’on omet le plus souvent de dire, cependant, c’est que - à l’instar de nombre de ses pairs anarchistes et « communistes libertaires » - Bookchin se montrait très tendre vis-à-vis de l’impérialisme, voire dans certains cas carrément élogieux.
En particulier, Bookchin, sioniste, dissimulait ou pire légitimait les crimes contre l’humanité commis par Israël. De plus, il diabolisait souvent les gouvernements issus de l’accession à l’indépendance des pays du Sud, se faisant ainsi l’écho de la propagande impérialiste et des légendes chauvines ciblant les pays dont les États-Unis entendent « changer le régime » .
En 1986, Bookchin publie un long laïus libéral-sioniste qu’un éditocrate néoconservateur du New York Times n’aurait pas renié. La tribune (intégralement reproduite ci-dessous) débite sans aucune distance critique l’argumentaire de la Hasbara [Mot hébreu qui désigne la propagande israélienne.], escamote l’histoire de l’épuration ethnique des Palestiniens indigènes et fait porter l’échec des pourparlers paix aux États arabes voisins ainsi qu’aux « irrédentistes arabes ».
L’article de Bookchin propage une vision raciste des Arabes, présentés comme une horde fanatique d’antisémites sanguinaires. Ce héros de la gauche anticommuniste présente les nations arabes indépendantes comme les véritables « impérialistes » du Proche-Orient et compare les dirigeants anti-impérialistes de cette région aux juntes militaires de droite soutenues par les États-Unis en Amérique latine.
Le chauvinisme de cette vision sommaire des pays du Sud explique peut-être pourquoi la solution mise en avant par Bookchin pour mettre fin aux carnages causés par la machine à massacrer capitaliste fut de s’installer à Burlington dans le Vermont, au sein d’une communauté presque entièrement blanche et d’y organiser des « community councils » avec ses amis anarchistes issus de la classe moyenne – pendant que son gouvernement bombardait et torturait des pauvres partout sur la planète, y compris de nombreux communistes et socialistes du Tiers-Monde qu’il dénigrait comme « autoritaires ».
Ceci explique peut-être aussi pourquoi Murray Bookchin considérait les libertariens de droite, apologètes du libre marché, comme ses alliés politiques, et pourquoi il qualifiait la gauche internationale communiste et socialiste de « totalitaire ». (« Les libertariens qui promeuvent le concept de capitalisme ne me posent aucun problème », affirmait Bookchin au magazine Reason, propriété des frères Koch. « Permettez-moi d’être très clair à ce propos : si le socialisme, ce que j’appelle la version autoritaire du collectivisme, advenait, je rejoindrais votre communauté [libertariens de droite]. » Et d’ajouter : « Que ce soient les anarcho-communistes, les anarcho-syndicalistes ou les libertariens qui croient en la liberté d’entreprendre, je considère leur héritage comme le véritable héritage de la gauche, et je me sens beaucoup plus proche idéologiquement de ces individus-là que des gens de la gauche totalitaire ou des marxistes-léninistes d’aujourd’hui. »)
Les anarchistes soutenus par l’impérialisme étasunien
Le soutien public explicite que Murray Bookchin apporte au colonialisme israélien ainsi que ses véhémentes réprobations à l’encontre des anti-sionistes de gauche sont occultés par une gauche occidentale « libertaire » avide de présenter les alliés de l’impérialisme états-unien comme les véritables forces progressistes.
Grâce à la guerre internationale par proxies interposés qui débuta en Syrie en 2011, la renommée de Bookchin atteignit de nouveaux sommets. Les Unités de Protection du Peuple (YPG), des milices kurdes liées au Parti des Travailleurs du Kurdistan (PKK) et dont le programme politique s’est largement inspiré de la pensée de Bookchin, ont bénéficié du soutien de l’empire américain.
En 2015, à la demande directe du Pentagone, les YPG changèrent leur nom en « Forces Démocratiques Syriennes » (FDS). Elles donnèrent par la suite leur aval pour la construction de plus d’une douzaine de bases militaires américaines dans le nord-est de la Syrie.
En 2017, le porte-parole des YPG persiste et signe : les troupes américaines resteront dans la région « pour des décennies » car le maintien de cette occupation militaire est d’intérêt stratégique pour Washington.
Il s’agit bel et bien d’un intérêt stratégique pour les États-Unis car la plupart des réserves pétrolières syriennes sont situées dans cette région qui joue aussi le rôle de grenier à blé national.
Des nationalistes kurdes soutenus par les États-Unis, fiers zélotes de l’idéologie anarchiste de Bookchin, ont même cédé aux exigences de Washington en séquestrant la production céréalière régionale et en refusant de vendre du blé à Damas, instrumentalisant ainsi la privation de nourriture comme arme politique et économique.
Dans cette région sous occupation étasunienne qui constitue environ 30 % du territoire syrien souverain, une zone composite aux plans ethnique et religieux, où vivent non seulement des Kurdes mais aussi des Assyriens, des Arméniens, des Turkmènes, des Arabes, etc...
Dans cette région, donc, des nationalistes kurdes soutenus par les États-Unis ont créé une région autonome qu’ils appellent Rojava.
Le Rojava fit l’objet d’une propagande agressive de la part de l’appareil idéologique des médias visant à le présenter comme une expérience sociale utopiste égalitaire. Pour percevoir l’ironie de la chose, rappelons que ce même appareil médiatique publie depuis des décennies la propagande servant à justifier les guerres d’agression menées contre toute trace de socialisme défiant l’impérialisme capitaliste dirigé par les États-Unis.
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De larges fractions de la gauche occidentale continuent de vénérer comme un fétiche les groupes kurdes présents en Syrie, idéalisés dans le style ripoliné des orientalistes, si bien que les journalistes de la grande presse, d’habitude viscéralement hostiles à la gauche socialiste, rivalisent d’emphase, compte rendu après compte rendu, pour conter la geste incroyable, courageuse, éclairée, démocratique et féministe des YPG et de leur branche féminine (les YPJ). Ces éloges sont arrivés, comme par hasard, au moment précis où ces forces se sont alliées aux États-Unis et ont autorisé l’occupation militaire états-unienne de près d’un tiers de la Syrie. (D’ailleurs, dans l’armée syrienne aussi, il y a des femmes, et dans les milices qui lui sont alliées. Mais ces femmes-ci sont déshumanisées et qualifiées avec mépris de « combattantes de Bashar al-Assad », comme si elles lui appartenaient.)
L’écrivain David Mizner a remarqué que l’organe de propagande Voice of America, qui depuis longtemps se fait le porte-voix des mensonges et de la guerre de désinformation orchestrée par la CIA contre la gauche internationale, avait « félicité Bookchin » [https://twitter.com/DavidMizner/status/898224991010922496] pour avoir servi d’inspiration aux alliés kurdes de Washington en Syrie.
Le penchant que le prétendu « socialisme libertaire » a pour l’impérialisme – et celui que les impérialistes ont réciproquement pour les « communistes libertaires » - explique peut-être pourquoi les figures dominantes de l’anarchisme contemporain, y compris Noam Chomsky et David Graeber, ont signé en 2018 une lettre ouverte dans la New York Review of Books pour appeler l’empire américain à « poursuivre son soutien militaire aux FDS ».
David Harvey, l’universitaire marxiste reconnu, Michael Walzer, un social-démocrate sioniste qui avait soutenu la guerre d’Irak en 2003, Gloria Steinem, sommité féministe de gauche et ancien agent de la CIA, de même que Debbie Bookchin, la fille de Murray qui a dédié sa vie au Rojava, tous ont signé l’appel militariste avec Chomsky et Graeber.
La tribune sioniste de Murray Bookchin et la déshumanisation des Arabes
A ce stade, il ne surprendra personne d’apprendre que ce « communiste libertaire » états-unien et ouvertement anti-communiste, dont les écrits ont façonné l’idéologie d’une milice ouvertement alliée à l’impérialisme états-unien, avait effectivement soutenu le sionisme et les projets impérialistes au Proche-Orient.
Le 4 mai 1986, Murray Bookchin publia un article intitulé « Les attaques contre Israël ignorent la longue histoire du conflit arabe » dans le Burlington Free Press, un quotidien du Vermont.
Une traduction de cette article est proposée ci-dessous.
À la lecture, le laïus de cette grande figure de l’anarchisme prétendument radical ne se distingue guère de la rhétorique néo-conservatrice des éditocrates de la « grande presse » bourgeoise.
Bookchin dépeint Israël comme un phare de la démocratie au milieu d’un désert obscurantiste. Ainsi la Syrie, la Libye, l’Iran, l’Irak, l’Égypte et les autres… ne sont que des bastions de l’indécrottable despotisme oriental.
Il condamne « le sentiment anti-israélien qui émerge dans la presse locale ainsi que l’équation entre sionisme et racisme anti-arabe. Il présente également les Arabes comme des sauvages violents.
Bookchin supplie le lecteur de ne jamais « oublier les hommes et les femmes juifs massacrés par les partisans du nationalisme arabe » et rend les « irrédentistes arabes » responsables de l’échec du processus de paix (que ni Israël ni son loyal protecteur l’empire étasunien ne souhaitaient sincèrement voir aboutir).
Il condamne également « l’invasion du pays par les armées arabes » sans même mentionner la Nakba : l’épuration ethnique meurtrière perpétrée entre 1947 et 1948 par les milices sionistes à l’encontre de la population indigène de Palestine, à l’origine de la crise des réfugiés qui précipita la guerre israélo-arabe de 1948-1949.
En fait, l’icône « communiste libertaire » va jusqu’à qualifier l’Égypte, la Syrie et la Jordanie d’ « impérialistes » lorsqu’il affirme que sans leur guerre contre Israël, il y aurait aujourd’hui un état palestinien indépendant.
La tribune de Bookchin renverse la réalité en présentant les colonialistes israéliens comme de malheureuses victimes de la brutalité « impérialiste » d’Arabes autoritaires.
Il assimile le dirigeant nationaliste palestinien Yasser Arafat au Grand Mufti de Jérusalem qui avait collaboré avec les nazis et compare les anciens dirigeants libyen Mouammar Kadhafi et syrien Hafez al-Assad aux dictateurs fascisants d’Amérique latine alliés à Washington.
Bookchin régurgite la propagande impérialiste mensongère lorsqu’il prétend qu’Assad « a massacré entre 6.000 et 10.000 personnes à Kama en février 1982 car elles menaçaient son pouvoir sur le pays ».
Ce qu’il ne dit pas, bien sûr, c’est que la prétendue révolte de Hama (qu’il orthographie mal) n’avait rien à voir avec la démocratie ou la liberté. Elle était dirigée par des extrémistes islamistes, violents et sectaires, et directement soutenue par une bienveillante démocratie située au nord, la Turquie, avec l’appui des services de renseignement étasunien et britannique – de même que la prétendue révolte syrienne de 2011 – avec un air de déjà-vu impérialiste…
Bookchin n’est pas de ceux qui s’embarrassent des faits têtus qui pourraient démentir son apologie du sionisme. Au contraire, Bookchin condamne ce qu’il nomme « l’impérialisme syrien », et parle d’Hafez al Assad, laïc revendiqué, comme d’un alaouite sectaire semblable au théocrate fasciste israélien Meir Kahane.
Dans l’article, Bookchin écrit même qu’il souhaitait que le projet colonial israélien soit un modèle de sa vision décentralisée de la société : « Pendant des années, j’avais espéré qu’Israël ou la Palestine puissent évoluer en une confédération de Juifs et d’Arabes sur le modèle suisse ».
Mais l’icône anarchiste ne parvient pas à cacher son profond mépris à l’égard des Arabes. Il se fait ainsi l’écho de clichés racistes lorsqu’il déplore que les Arabes se servent de la cause palestinienne pour masquer leurs propres « problèmes culturels ».
Voici l’article de Bookchin :
Les attaques contre Israël ignorent
l’histoire longue du conflit arabe
Murray Bookchin
Il y aurait certainement beaucoup à dire sur la politique israélienne, et encore plus avec le Likoud au gouvernement, parti qui a orchestré l’invasion du Liban. Mais le torrent de haine contre Israël qu’on a pu observer dans la presse locale et l’équation entre sionisme et racisme anti-arabe m’obligent à y répondre avec vigueur.
Pendant des années j’ai nourri l’espoir qu’Israël ou la Palestine puissent évoluer en une confédération de Juifs et d’Arabes, sur le modèle suisse, au sein de laquelle les deux peuples pourraient vivre en paix et développer leur culture créativement et harmonieusement.
Tragiquement, ça ne s’est pas passé comme ça. La résolution des Nations Unies de 1947, qui partagea la Palestine entre des états juif et arabe, fut suivie de l’invasion du pays pat les armées arabes, plus précisément les armées égyptienne, syrienne, et la très bien entrainée « Légion Arabe » de Jordanie, avec l’aide directe ou indirecte de l’Iraq et d’autres nations arabes.
Dans certains cas ces armées, et en particulier les milices arabes qui les accompagnaient, ne faisaient pas de prisonniers au cours de leurs assauts contre les communautés juives. En général, ils essayaient de raser systématiquement tout village juif se trouvant sur leur chemin, jusqu’à ce qu’ils soient arrêtés par la résistance acharnée et coûteuse des Juifs.
L’invasion et le combat à mort qu’elle a entrainé ont créé un sentiment de peur et d’amertume difficile à oublier pour les Juifs israéliens. Le fait que quelques Juifs cinglés et fanatiques se soient comportés de la même manière avant d’être arrêtés par les toutes nouvelles forces armées israéliennes ne doit pas nous faire oublier les Juifs et les Juives massacrés par les représentants du nationalisme arabe, alors qu’ils avaient levé le drapeau blanc de la capitulation.
Je n’ai pas beaucoup entendu parler de ces terrifiantes façons de « combattre », qui ont entaché les invasions arabes de la Palestine et qui ont si profondément influencé la confiance des Juifs envers les « pourparlers » et les accords de paix avec les irrédentistes arabes. En effet, les frontières établies après les invasions de 1948 sont le fruit de combats sanglants, elles ne sont pas le fait des « sionistes impérialistes » « voleurs de terre », pour utiliser le langage en vogue aujourd’hui.
Je n’entends pas non plus parler des tentatives sincères de la Haganah (la milice citoyenne juive de la zone de partition) pour encourager les Arabes à rester dans leurs quartiers et leurs villes, ni des véhicules israéliens qui circulaient avec des hauts parleurs à Jaffa par exemple, pour exhorter les Arabes à ne pas succomber au sentiment de panique engendré par la guerre et par les extrémistes des deux côtés.
Le fait que de nombreux Arabes soient restés en Israël remet clairement en cause le mythe des Juifs israéliens vidant le pays de ses habitants musulmans. Ce qui est passé sous silence, c’est la certitude qu’il aurait pu y avoir un état arabe en Palestine, côte à côte avec l’état juif, si les armées égyptienne au sud, syrienne au nord, et jordanienne à l’est n’avaient pas tenté d’envahir les deux zones délimitées par l’ONU, avec leurs propres intérêts impérialistes, et si après leur échec elles n’avaient pas utilisé les réfugiés palestiniens pour négocier avec Israël et ses soutiens occidentaux.
Un autre mythe doit être abattu : celui selon lequel la situation délétère actuelle découlerait des conflits israélo-arabes ; la relation entre Juifs et Arabes aurait été « parfaite » avant d’être empoisonnée par les « ambitions sionistes ». Si on met de côté l’image simpliste du Moyen-Orient véhiculée par cette idée, il s’agit d’une très grave distorsion des faits au sujet des relations israélo-arabes.
Doit-on oublier que la persécution arabe des Juifs, bien que moins génocidaire que son pendant européen, est vieille de plusieurs siècles, à l’exception de l’Espagne musulmane et de la Turquie ottomane ? Que les pogroms contre les Juifs n’ont jamais cessé dans la Palestine d’avant-guerre, culminant dans l’extermination de la très vieille communauté juive d’Hébron (l’ancien siège de la confédération des tribus hébraïques) à la fin des années 20 ? Que dans les années 30, le Grand Mufti de Jérusalem (précurseur de Yasser Arafat deux générations plus tôt) était un admirateur d’Hitler et appelait à une « guerre sainte » d’extermination des Juifs de Palestine, avant et pendant la seconde guerre mondiale ? Que la Légion Arabe jordanienne a rasé Jérusalem Est en 1948, et a transformé le mur occidental du Temple d’Hérode en écurie, profanant l’endroit le plus sacré du judaïsme ?
Doit-on oublier que le général Hafez Assad, le soi-disant « président » syrien (élu par une « majorité » de 99 ,97 % de l’ « électorat » syrien) a massacré entre 6000 et 10000 personnes à Kama en février 1982, pour avoir osé défier son pouvoir ?
On se demande pourquoi il n’y a pas eu de protestations quand Amnesty International déclara en 1983 que « les forces de sécurité syriennes violaient systématiquement les droits humains, pratiquaient la torture et l’assassinat politique en toute impunité grâce aux lois d’exception ? Pourquoi personne ne s’inquiète de l’impérialisme syrien ? Assad nourrit le fantasme d’absorber le Liban et la Palestine, Israël inclus, s’il vous plaît, au sein d’un empire syrien ; un objectif que tout expert du Moyen-Orient reconnaît comme la version arabe du projet fou de « Grand Israël » de Rabi Kahane, qui est vigoureusement rejeté par les organisations juives et sionistes responsables, en Israël comme ailleurs.
Au Moyen-Orient, si le « coeur du problème » est la confiscation des territoires palestinien par Israël, à quoi ressemblerait la région entière si Israël et toute la population juive disparaissait d’un coup de baguette magique ? La Syrie serait-elle un état moins policier ? Sa majorité sunnite se sentirait-elle moins dominée, exploitée, manipulée par le général Assad, qui représente la minorité alaouite du pays ?
Les princes saoudiens arrêteraient-ils de gaspiller la richesse de leur pays en limousines, en palais, en bijoux, en biens immobiliers à l’étranger, apporteraient-ils un minimum de liberté à leur peuple ? Les propriétaires égyptiens, qui vivent dans l’opulence au milieu d’une misère noire, rendraient-ils une partie de leurs terres à la paysannerie égyptienne affamée ? L’Iraq libérerait-il sa population kurde, pour ne parler que de sa minorité la plus rebelle, lui accorderait-il une véritable autonomie ?
La guerre Iran-Iraq, qui a emporté un million de vies au cours des dernières années, prendrait-elle fin ? Le colonel Kadhafi cesserait-il d’être un militariste vaniteux qui essaye de grapiller le territoire de ses voisins ? Khomenei et son fondamentalisme musulman, qui se dresse contre toute forme de modernité et de culture occidentale, donnerait-il l’égalité aux femmes et la liberté aux critiques du régime théocratique actuel ?
Le plus perturbant avec ces attaques continues contre Israël, c’est qu’elles contribuent à brouiller le vrai « coeur du problème » du peuple palestinien. Ce peuple abandonné est utilisé de manière déraisonnable par les états arabes pour escamoter leurs graves problèmes économiques, sociaux et culturels chez eux et au Moyen-Orient en général. Il va sans dire que les différents entre Israéliens et Palestiniens doivent être résolus de manière équitable afin que chaque peuple puisse vivre en sécurité et en oubliant les traumatismes du passé pour atteindre une harmonie constructive.
Je ne sais pas quelle sera la solution. Mais on ne la trouvera ni dans les actes de terrorisme de l’OLP contre des maires arabes indépendants qui cherchent à négocier des arrangements entre les deux peuple, ni chez des fous comme Rabi Kahane qui veulent expulser les Palestiniens de leurs propriétés et de leurs communautés.
Même si un accord de paix est crucial, il ne faut pas oublier le véritable « coeur du problème » du Moyen-Orient : ses politiciens cyniques, ses propriétaires, ses barons du pétrole, ses juntes militaires, ses religieux fanatiques, ses prédateurs impérialistes qui profitent de la confusion, et les problèmes tragiques qui sont apparus entre Israéliens et Palestiniens.
Ceci étant posé, on serait bien avisé de se souvenir que les deux peuples ont plus d’intérêts en commun que de différences. Ce serait un splendide exemple d’indépendance politique si ceux qui ont légitimement conspué les juntes militaires d’Amérique Latine se rendaient compte que la situation est exactement la même au Moyen-Orient, du colonel Kadhafi au général Assad.
Pour en savoir plus : sur le "ROJAVA"
Stratégie du chaos 4 : Rojava toi d'là que j'm'y mette
"Rojava toi d'là que j'm'y mette ! " proclament aujourd'hui haut et fort les libertaires, les post-trotskystes citoyens, et la gauche morale (et "radicale") française, à l'unissons des émirats, des sionistes israéliens les plus cyniques, du Pentagone,...