Article épinglé

Affichage des articles dont le libellé est Ourense. Afficher tous les articles
Affichage des articles dont le libellé est Ourense. Afficher tous les articles

mercredi 10 septembre 2025

Por qué el eje Zamora-León-Ourense se convirtió en un gran triángulo de fuego en solo diez días

 

En menos de dos semanas, los incendios han arrasado más de 350.000 hectáreas en esta zona del oeste de la península; los expertos analizan las circunstancias que la han convertido en un polvorín

Antonio Martínez Ron 
Victòria Oliveres

 

Después de dos semanas de incendios, la franja al oeste de la península ibérica que va desde Extremadura a Galicia sigue siendo una mancha humeante visible desde el espacio y 20 focos continúan en el máximo nivel de alerta. La gráfica que muestra la evolución de la superficie quemada asombra a los propios especialistas: una barra vertical que pasa de las 46.000 hectáreas que se habían quemado en España a principios de agosto a las más de 400.000 hectáreas, un umbral que no alcanzábamos desde 1994.

La gran mayoría del territorio calcinado se acumula en el eje Zamora-León-Ourense y, paradójicamente, este triángulo infernal incluye algunas regiones que consideramos parte de la España húmeda: ¿qué pasó en esta zona en este corto intervalo de tiempo y cuáles son las causas que convirtieron la zona en un polvorín?

Fuegos en la frontera entre Galicia y Portugal, vistos desde el satélite Sentinel-2 de la ESA. Copernicus Sentinel data (2025), ESA

La receta de la catástrofe


Francisco Martín Azcárate, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y experto en ecología, desglosaba en redes sociales algunos de los factores. Además del cambio climático y la falta de prevención, explica a elDiario.es, hay una serie de elementos que contribuyeron a que se convirtiera, en sus propias palabras, en una “bomba de relojería”.

El mapa de los incendios del noroeste peninsular

Mapa con la superficie quemada de los incendios de +500 hectáreas en el noroeste de la Península según las últimas estimaciones a través de imágenes satelitales

El primer factor es el propio clima de la zona, propenso a un fuerte contraste entre la humedad del periodo de lluvias y la sequedad del verano. “Es un clima mediterráneo, sobre todo hacia Zamora, con un verano muy seco y un fuerte periodo de lluvias que produce una biomasa muy importante durante una parte del año”, señala Martín Azcárate.

Los incendios en 2025 en el sur de Europa

Evolución de la superficie forestal quemada en 2025 en cada país, en hectáreas absolutas y cómo porcentaje de la superficie del país. Solo incluye la superficie quemada y detectadas por satélite de incendios de más de 30 hectáreas. Actualizado con últimos datos hasta 20-ago.

“Es el mix perfecto”, añade Andrea Duane, investigadora de la Universidad California Davis (UCD). “A mucha gente le choca que sea particularmente susceptible de quemarse esta zona donde llueve más, pero es que esta lluvia produce mucha biomasa y, por lo tanto, más combustible para quemar, además de unas condiciones en verano que te pueden convertir rápidamente todo eso en un gran incendio”.

Un “latigazo hidrometeorológico”

A estas circunstancias favorables, se sumó un elemento diferenciador, que fueron unas condiciones meteorológicas extraordinarias, asociadas al cambio climático, que desataron el infierno localidad tras localidad y serranía tras serranía. “Ha sido una combinación de catastróficas desdichas de las que veníamos avisando desde marzo, desde que se veía que la vegetación iba a crecer desmesuradamente y que en verano iba a ser una catástrofe”, asegura Francisco J. Tapiador, catedrático de Física de la Tierra en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).

Francisco J. Tapiador — Catedrático de Física de la Tierra en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM)

“La clave de esto es lo que llamamos un latigazo hidrometeorológico”, detalla Francisco Martín León, meteorólogo de Meteored y coordinador de RAM (Revista del Aficionado de la Meteorología). “Se ha dado en otras partes del mundo, como California, y se trata de un periodo de lluvias abundantes y extraordinarias en un clima relativamente seco”. En este caso, se sucedieron dos meses y medio de lluvia intensa, por encima de la media, que hacían anticipar un aumento del peligro.

Evolución de la vegetación en la zona noroeste de la península de marzo a junio de 2025, desde el satélite. NOAA/NASA

“El calor empezó a asomar a finales de mayo y junio”, explica el meteorólogo. En concreto, se trató del junio más caluroso medido en España y la temperatura media estuvo 3,6ºC por encima de la media. “En ese momento ya hubo un primer escalón de sequedad del suelo, pero el verdor se mantuvo” dice Martín León. “El problema vino cuando agosto dio la cara. Las plantas se agostaron, se secaron”.

La ola de calor, que con sus 16 días es la tercera más larga del registro, puso la guinda. “Este anticiclón de bloqueo que hemos tenido durante estos días ha tenido una entrada de aire africano en su vertiente occidental, justamente en la zona que va desde Huelva hasta Galicia”, asegura el especialista. “Y se han batido los récords de temperatura máxima en lugares como Zamora, Mieres o Ribadavia, en Ourense, a lo que se añade una proliferación de las tormentas secas”.

Terreno propicio al fuego

A estas circunstancias climáticas y meteorológicas extremas se suman otros elementos que hacen que este triángulo geográfico sea especialmente sensible a los fuegos. Entre ellos, una orografía intrincada y especies vegetales particularmente inflamables como el brezo, la retama y los pinos reforestados durante décadas. “También influye el tipo de suelo”, comenta Martín Azcárate. “En general, los suelos menos fértiles suelen dar lugar a vegetación que tiene una proporción mayor de carbono en sus tejidos, es más leñosa y, por lo tanto, arde mejor”.

En cuanto a los pinos, una buena parte se plantaron en el siglo XX, cuando se tenía una idea errónea de los ecosistemas. “Con los ojos de hoy, generar superficies tan continuas y extensamente forestadas es un poco una bomba de relojería”. Durante mucho tiempo se pensó que la vegetación ideal siempre eran los bosques y el resto se consideraba terreno degradado. “Hoy día tenemos muy claro que el territorio deseable no es un bosque continuo, sino que más bien un mosaico con espacios más abiertos”, apunta. “Lo que hay que hacer ahora es no reforestar para volver a generar el mismo paisaje tan tremendamente inflamable, tenemos que aprovechar la oportunidad para mostrar un paisaje más abierto, más resiliente”.

Sin gente ni herbívoros

El otro gran factor clave que ha agravado la situación es la despoblación de una amplia región, desde Galicia hasta Huelva. “La zona de la penillanura salmantina y zamorana está cada vez más despoblada, y eso hace que sea difícil mantener los usos tradicionales que evitaban los incendios”, señala Tapiador. Hay menos agricultura y menos ganadería, por lo que la biomasa no tiene contrapeso. “Toda esta zona está muy abandonada, es una zona con una población bajísima, y como consecuencia no hay suficientes herbívoros silvestres y domésticos como para mantenerlo a raya”, subraya Martín Azcárate.

Imagen de las zonas afectadas en infrarrojo desde el satélite en marzo de 2025 (izquierda) y tras los incendios (agosto). NOAA/NASA

Todo esto no quiere decir que este triángulo sea la única zona en la que se producen megaincendios descontrolados, aunque sí la que tiene más papeletas en determinadas circunstancias. Portugal, en su conjunto, reúne muchas de las características, incluido el clima mediterráneo y la constante alimentación de la biomasa por las lluvias que trae el Atlántico.

“Podríamos trazar más triángulos de este tipo en otras regiones, pero esta es quizá la de mayor contraste, es una cuestión de probabilidades”, comenta Martín Azcárate. “El año que viene, o el siguiente, puede ocurrir en la sierra de Albarracín. O en los Pirineos, donde empieza a ser un problema también”, advierte Tapiador. Todo dependerá de si políticos, técnicos y ciudadanos en general hemos sido capaces de aprender las lecciones que nos ha dejado este verano.

Fuente: El Diario.es 21 de agosto

Ilustraciones: El Diario.es 21 de agosto

Portada: Alba Cambeiro en El Salto, 19 de agosto

Para leer más

Javier Ayuso  “Los pinares de Burgos y Soria: la gestión comunal de los bosques que previene grandes incendios”

El Diario.es Castilla, 24 de agosto

Jorge Armesto. (…) Diez días después de que el dispositivo contraincendios autonómico, completamente superado y exhausto, no hubiese logrado apagar ni uno de los fuegos que asolaban la provincia descubrimos la razón. ¿Fue por la falta de previsión, la precariedad y la carencia de medios? No. Medios había más que suficientes, a decir de presidentes y consejeros. Pero faltaban bulldozers. Vaya por dios. Cientos de miles de hectáreas quemadas por la falta de unas palas aquí y allá. De haber estado, ni una hectárea habría ardido parecen decir. Pensará algún picajoso: ¿y no tendrían que haberse ocupado los gobiernos autonómicos de haberse dotado de esos vehículos de tan portentosos efectos apagalotodo? Y, si no es así, ¿quién debía proporcionárselos? Pues, ocioso es decirlo: el Ministerio de Bulldozers. Ese organismo clandestino del maléfico Sánchez que atesora, acapara y oculta cientos, miles, millones de bulldozers para que nadie más pueda disfrutarlos (…)

Jorge Armesto.”La agonía de León y los bulldozers”, El Salto 21 de agosto


Jordi Amat (…) Es descorazonador reseguir la palabrería grandilocuente de planes, iniciativas o cursos impartidos que se han sucedido en Castilla y León para prevenir lo que se sabía que podía pasar. Y ha ardido sobre quemado. Las claves estaban en Los rescoldos de la culebra de Juan Navarro García, un gran reportaje sobre los incendios de 2022. En una escena los bomberos se mofan del consejero cuando presume del aumento de la superficie forestal, que es, precisamente, una de las causas primeras de la situación de riesgo permanente que vive la provincia. Frente a ello sería necesario un operativo que trabajase durante todo el año. “Es absurdo y un despilfarro”, afirmó en su día. Y en su día dijo también que el consejero tenía un chivo expiatorio para explicar la tragedia de la Culebra: “El ecologismo radical”. En noviembre pasado, tras una comparecencia más bien triunfalista en las Cortes para exponer cómo sería la campaña contra los incendios, el sindicato de funcionarios advirtió que no se cumplía con lo pactado y que la suerte de los bosques no podía apostarse a la climatología. Más que a la innovación, se ha jugado a “la lotería”.

Jordi Amat. “Castilla y León lidera la innovación forestal de Europa”, El País  25 de agosto


 

Emmanuel Rodriguez (…) Hay, no obstante, un dato que merece la pena considerar. En el caso español, y especialmente de las provincias de León y Zamora, la parte mayor de lo quemado son montes comunales. Es decir, se trata de montes de los vecinos, no del Estado o de los ayuntamientos: las juntas vecinales administran una propiedad que es del común de los residentes. Si durante siglos está tierra ha sido aprovechada de este modo es porque sus vecinos sabían explotar estos recursos en común, repartido a “suertes”, de donde extraían leña, pastos y otros productos forestales. Esta ha sido secularmente la mayor barrera contra el fuego. Y también la mejor expresión de que “solo el pueblo salva al pueblo” gestionando y explotando precisamente los montes del pueblo. La memoria de esta gestión comunal es lo que ha permitido a muchos organizarse y acometer las tareas para defender casas y terrenos del fuego. Una capacidad que no se debería delegar en ninguna administración y que parece haber sido exitosa en la insumisión al mandato de desalojo. De hecho, si la población quiere mantener sus casas y sus montes tiene que tener la capacidad para limpiar y explotar por sí misma el monte. Esto tiene mucho menos que ver con las trabas burocráticas (que las hay, y algunas veces son pertinentes y otras no) para explotar los montes, como con el hecho de que haya población que haga uso de los mismos. La falta de población es, en definitiva, el problema.

Ahora bien, pensar que estas comarcas, con sus vecinos envejecidos y con buena parte de sus jóvenes transitando a las economías urbanas, van a ser capaces de hacer lo que hacían sus bisabuelos es una quimera. Igualmente confiar en que las administraciones autonómicas y estatales van a hacer algo más que intervenciones quirúrgicas frente a un problema de transición climática de magnitud gigantesca, enterrando millones de euros en limpieza de unos montes con rendimientos marginales (al menos para las empresas y los intereses que en realidad cuentan), es realmente confiar mucho en nuestra clase política, incluida obviamente a los populistas agraristas de Vox, que conocen ese territorio despoblado (como todos sus compañeros de poltrona) desde su chalet suburbano….

Emmanuel Rodriguez.  “Fuego. Solo el pueblo salva el pueblo”, CTXT, 26 de agosto de 2025


Joan Romero Cambiar la forma de entender la política para luchar contra los incendios. Podcast Cadena Ser  20/08/2025

lundi 21 juillet 2025

Dionísio Pereira: “A represión adopta un carácter de clase nas Frieiras”

 


Dionisio Pereira (A Coruña,1953) é un das grandes referencias nos estudos da memoria na Galiza. Autor dunha abondosa bibliografía arredor dos movementos sociais e político no período republicano e sobre a represión franquista, achegámonos nesta conversa a súa investigación sobre os vitimarios na comarca das Frieiras.
Pereira Verín

A dinámica da etapa republicana remata condicionando o proceso represivo após o golpe militar de 18 de xullo de 1936, cal era a realidade social e política das terras das Frieiras nos anos anteriores ao levantamento franquista?

As obras do camiño de ferro Zamora-Ourense, coa conseguinte concentración de milleiros de “carrilanos” procedentes quer da contorna galaico-portuguesa, quer doutras zonas do Estado, deron lugar a unha importante conflitividade sociolaboral na zona. Neste contexto, no eido municipal a presión dos traballadores da vía conforme avanzaba o mandato da Fronte Popular, comezou a mudar tanto a composición dos concellos como a súa orientación ao servizo das elites locais, tradicionalmente debedoras de vellas reminiscencias caciquís a penas agachadas tras o 14 de Abril por unha aparencia de republicanismo. A conflitividade laboral, asemade, tomou outra dimensión a partir da frustrada Revolución de Outubro de 1934, tras a cal os “destajistas” das obras pretenderon substituír cadros sindicais por obreiros afíns ás dereitas. Un mes antes do golpe militar, a totalidade dos sindicatos operativos na vía entre A Pobra de Seabra e Vilar de Barrio, con maioría da CNT e presenza destacada do PCE, declararon a folga xeral para acadar a readmisión dos despedidos en 1934, incremento do xornal, semana de 44 horas, roupa de traballo a cargo da empresa, horas extras valoradas un 25% máis, despedimentos indemnizados e o recoñecemento dos delegados sindicais por parte dos contratistas. No transcurso do conflito, a empresa concesionaria MZOV considerará como revolucionarias unhas peticións tan sinxelas, apostando por converter un conflito laboral nun de orde pública. Daquela, a intervención da Garda Civil tivo unha resposta contundente por parte dos “carrilanos”, chegándose á confrontación armada. Neste clima, ten lugar o golpe de Estado de xullo de 1936.

As Frieiras é unha das comarcas da Galiza que máis tarda en caer en mans dos franquistas, cales son as razóns que explican esa capacidade de resistencia?

Penso que é a que máis tarda. A columna de soldados, gardas civís e de asalto, carabineiros e milicianos ao mando do capitán da Garda Civil Juan Ros, entra na Vilavella o 29 de xullo: é a última localidade galega de certa importancia en caer en mans dos facciosos. E a columna do comandante Reyna, que avanzaba na parte zamorana das Portelas, aínda é tiroteada no Padornelo ao día seguinte. A capacidade de resistencia estivo baseada na multitudinaria concentración operaria e a súa organización nunha ducia de sindicatos entre Requeixo de Seabra, Campobecerros e Portocamba, xa no municipio de Castrelo do Val; daquela, os “carrilanos” tiveron acceso á dinamita empregada a eito nas obras do tendido e ás camionetas de servizo que aseguraron a coordinación dos resistentes deste amplo territorio. Mais tamén foron determinantes a lealdade á República por parte dos carabineiros de A Gudiña, A Mezquita e Padornelo e a actitude dalgunhas autoridades municipais, caso dos alcaldes de A Gudiña e da localidade zamorana de Lubián, Felicísimo Pérez Ortega e Emilio Silva, respectivamente, que tentaron organizar a defensa dende os concellos.

Sinala no seu traballo que algúns dos responsábeis das milicias fascistas foron encargados das obras do camiño de ferro, até que punto isto non é un síntoma do carácter de clase que toma a represión?

Na Gudiña, os primeiros xefes de Falanxe e os responsábeis das milicias que se crean de contado por parte da Garda Civil, adoitan ser contratistas, capataces e, mesmo, responsábeis da empresa concesionaria das obras. Logo, as milicias teñen un aporte moi significativo de “carrilanos” de dereitas recrutados en outubro de 1934 e, logo, despedidos dos traballos tras a Fronte Popular. Todo isto tamén acontece noutros lugares do tendido ourensán, caso de Amoeiro ou Campobecerros. Semella claro que estamos diante dunha consecuencia da loita de clases que, conforme avanzaba a República, foi a máis debido á combatividade e organización dunha boa parte dos “carrilanos”. Coa súa participación directa e singularmente cruel na represión, cuxas principais vítimas foron os protagonistas tanto das loitas societarias como da resistencia ao golpe, capataces e “carrilanos” de dereitas amosaban ás claras as motivacións que os asimilaban á patronal e, ao tempo, os confrontaban cos seus compañeiros de clase. Sobre isto, quixera facer unha reflexión. Hai quen critica os traballos que, maiormente fora da Universidade, se están a facer no eido dos vitimarios, presentando aqueles como simples listaxes de individuos cuxas prácticas noxentas se explican botando man tan só de argumentos morais. Se acaso, esta visión reducionista puido primar nun primeiro intre, debido, máis que nada, ás propias dificultades que este tipo de investigacións levaban de seu nos anos 80 e 90 do século pasado. Grande parte dos traballos que compoñen este coleccionábel d´Os Nomes do Terror demostran que esa fase ficou superada, pois presentan os verdugos como “suxeitos históricos” inseridos nun contexto sociopolítico determinado, actuando en defensa de intereses moi concretos mediante mecánicas represivas pautadas. O cal non exclúe, ás veces, un descontrol máis aparente que real, onde imperan os abismos da condición humana.

Un dos actores da represión que aparece no seu traballo é a Falanxe de Verín, que destacaría da súa actuación nas terras das Frieiras pero tamén noutras comarcas galegas e do Estado?

Eu non investiguei as actividades dos verdugos falanxistas de Verín, tan só dou fe da súa presenza nas Frieiras en diversas accións de inhumana brutalidade, caso do asasinato do mestre alaricán José Luis Bouzas, cuxo cadáver foi queimado en Pentes, ou do estarrecedor calvario que debeu pasar Anuncia Casado nas Reverdeitas de Viana. Nestes e noutros episodios acontecidos na contorna das Frieiras, repítense os nomes de Fernando Salgueiro, fillo dos propietarios de Cabreiroá e a quen no exilio mexicano se lle atribuían oitenta asasinatos, Antonio Sanguino médico daquel Balneario, ou de Antonio Aguirre “O Churro” de Vilaza, axustizado mediados os anos 40 pola guerrilla. A crueldade da Falanxe de Verín espallouse, polo que se pode saber, por Monterrei, polas Terras de Viana, por Valdeorras, polas Frieiras e, mesmo, por Villablino, onde Verín esperta aínda lembranzas desgraciadas. É urxente unha investigación a fondo sobre a Falanxe de Verín, cuxa pegada chega até os nosos días; de feito, o actual estadio de fútbol da vila do Támega leva, de xeito incomprensíbel, o nome de José Arjiz Salgado, “camisa vieja”, alcalde na Ditadura de Franco e director en 1936 do periódico da Falange local “España Nueva”, onde se describen algunhas daquelas atrocidades.

Sinala un crego, José Fernández Rivada como organizador da milicia falanxista de Campobecerros en Castrelo de Val, cos dados dos que dispón que panorámica fai sobre a participación da igrexa no operativo do terror das Frieiras?

Aínda que de pouca importancia, durante a Fronte Popular as axitacións operarias no tendido do camiño de ferro tamén deron lugar a algún episodio antirrelixioso. Por exemplo na Gudiña e Requeixo, respectivamente, onde a igrexa parroquial e a capela da Guadalupe foron asaltadas polos “carrilanos” coa pretensión de convertelas en locais para os sindicatos, ou en Campobecerros onde a parroquial foi obxecto dun atentado. No intre do golpe militar o crego Rivada estaba perto da capital ourensá, en Palmés concretamente, visitando a un seu tío que era o párroco da localidade. E alí ambos salvaron a vida debido á intervención do mestre anarquista Luis Bazal. Aos poucos, cando a columna Ros controlou Campobecerros, Rivada retornou á súa parroquia, onde organizou con permiso de autoridades civís e militares unha garda de protección persoal, que pronto se converteu en milicia de acompañamento á devandita columna nas tarefas de “limpeza” que, con resultados sanguentos, se levaron a cabo polos montes do Invernadoiro e proximidades. En diante, a ascendencia de Rivada na contorna de Campobecerros, converteuno en peza esencial para o control social dos seus habitantes, algo que a memoria colectiva conserva aínda hoxe con singular énfase. Aparte de Rivada, houbo outros cregos nas Frieiras comprometidos coa represión, caso do párroco de Chaguazoso, Francisco Pérez Anta, primeiro xefe da Falanxe local e destacado polo seu aquel delator. Mesmo entre a manda salvaxe de falanxistas procedentes de Amoeiro que durante tres días de agosto matou, roubou e violou con total impunidade na Gudiña, figurou un sacerdote. Pola contra, malia as tirapuxas que tivo cos “carrilanos”, o párroco da Gudiña, Primitivo San Román, defendeu varios veciños que foron obxecto de consellos de guerra, algo que tamén fixo o crego de Tameirón. En definitiva, o “lusco fusco” do clero non xerárquico verbo da represión franquista, fica mais unha vez ás claras.

"Os que mataban, que eran falanxistas todos, non sei si eran mandados por ese da Gudiña"

 FONTE: https://www.nosdiario.gal/articulo/memoria/que-mataban-que-eran-falanxistas-todos-non-sei-eran-mandados-da-gudina-polo-camba

Ponte Arandos
Ponte dos Arandos, no concello da Mezquita, na comarca de Viana, onde as milicias falanxistas da Gudiña asasinaron a Francisco Sánchez Guerra. (Foto: Adriansito Estévez Iglesias)

O 29 de agosto de 1936 un grupo de falanxistas da Gudiña (comarca da Viana) paraban o seu coche da morte nas proximidades da Ponte dos Arandos, no concello da Mezquita, na comarca de Viana, co obxectivo de asasinar mediante a aplicación da Lei de fugas a dous militantes de esquerda.

Un deles, o veciño da Gudiña e obreiro dos camiños de ferro, Francisco Sánchez Guerra, rematou morto alí mesmo polos milicianos fascistas. O outro, tamén residente na Gudiña, operario do ferrocarril e dirixente da CNT, José Martínez Saquete, popularmente coñecido como Jacinto, logrou librarse dos falanxistas e fuxir.

Unha testemuña daqueles feitos, Josefa Pérez, parella durante toda unha vida do guerrilleiro Cándido Losada Malvavisco, contou, canda o seu compañeiro, décadas despois  ao etnógrafo José Rodríguez Cruz  o acontecido naquela xornada. Precisamente, o historiador Dioniso Pereira divulgou esta semana parte das conversas nas súas redes sociais.

Josefa e Cándido lembraron que "trouxérono a matar aquí, nun camión. Que din, que aínda dicían que o puidera salvar o chofer, e o chofer aínda lle axudou. O Jacinto escapou e o outro, se non é polo chofer, creo que tamén escapaba, pero o chofer axudoulle aos outros. Iso foi aí, entre a Canda" (concello da Mezquita) "e a "Vilavella" (concello da Mezquita), "pero máis cerca da Vilavella ca da Canda, aí mesmo onde vai o cruce para Vilanova, nas Hortas".

"Ese que mataron aquí", continuaron Josefa e Cándido, "me parece que lle chamaban Paco aínda sería noviño, tiña unha camisa branca, levaba... e se coñece que lle andaron e levábaa toda rota; nós estabamos na estrada..., subimos á camioneta, e despois a Garda Civil rifounos. Eles engarráronse cos que ían a matalos e si o tal Jacinto puido escapar, pero o outro como ía preso non puido,...non sei que pasou".

A parella sinalou que "hai quen di que foi o chofer o que lle pegou un tiro, o que o matou. El ao que o levaba, dominábao. Iso foi aí, onde aparta a estrada para Pías, ao lado de abaixo da estrada....., e os que  mataban, que eran falanxistas todos, non sei si eran mandados por ese da Gudiña, polo Camba. O Camba foi un asasino...".

"Os Rebidos"

Dioniso Pereira, un dos pioneiros na investigación dos vitimarios na Galiza e o mellor coñecedor do aparato represor na comarca de Viana, explica a Nós Diario que "Manuel Camba Peñuelas, comerciante de A Gudiña, fixo parte segundo a documentación que chegou da época da partida falanxista dos Rebidos".

A acción deste grupo represor chegou mesmo a Portugal. A este respecto, Pereira recuperou un documento en decembro de 2020 do gobernador civil de Bragança que advertía que este grupo "fora quen de invadir territorio portugués, entre O Seixo e Cisterna, e andar a tiros con algún cidadán lusitano simpatizante das esquerdas". Precisamente, o informe sinala a "Manuel Camba, Carlos e Carlos (sic), coñecidos pelos Rebidos, residentes na Gudiña".

Pereira, partindo da información que custodian os arquivos portugueses, sitúa entre os membros da partida fascista da Gudiña que actuou en Portugal ao "propietario Manuel Camba Peñuelas, ao estudante Carlos Pliego, ao dono dunha ferraría na Barxa e xefe local da Falanxe da Gudiña, Pedro Barxa e, se acaso, ao fillo do sarxento da Garda Civil de Erosa, Graciano Barxa Vázquez".

"As milicias da Falanxe Española da Gudiña, nas que salientou algún capataz do camiño de ferro", sinala Pereira, "tiveron tamén a súa participación nos asasinatos e abusos padecidos na vila e na súa contorna". A este respecto, o historiador significa o asasinato en Pentes (A Gudiña) o 21 de agosto de 1936 do mestre nacionalista de Flariz en Monterrei, José Luis Bouzas.  

"Tras atalo a un poste e pegarlle un tiro, queimaron o cadáver"

"No caso de Bouzas", continúa Pereira, "si acreditamos no protagonismo do somatén daquela pequena localidade encabezado por dous veciños apelidados Ameneiro e Feixoo, que o detiveron diante dos seus alumnos, o ingresaron na cadea de Verín  e, ao cabo, conducírono até Pentes, onde tras atalo a un poste e pegarlle un tiro, queimaron o cadáver".