El Sáhara Occidental es un tema de descolonización que no sólo
afecta a la región del Maghreb. Hay muchos países pendientes de cuanto
sucede en este conflicto por los daños colaterales que puede suponer.
La Agencia Central de Inteligencia americana compartió varias fotos de
soldados saharauis lanzando misiles y otros marroquíes capturados por
las fuerzas saharauis.
La decisión de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, CIA,
de abrir el acceso a más de 10 millones de páginas de más de 900.000
documentos desclasificados permite conocer lo que sucedió exactamente a
partir de marzo de 1979.
La agencia de inteligencia americana revela que Marruecos estaba
perdiendo la guerra contra el Frente Polisario. Según el documento,
Marruecos estaba perdiendo la batalla hasta que países europeos y Árabes
intervinieron para ayudar a la dictadura de Hassan II.
''La anexión del Sáhara Occidental por Marruecos en 1975 fue por la
fuerza y desembocó en una guerra'', según los documentos
desclasificados, la guerra del Sáhara que estuvo muy disputada entre el
Frente Polisario y Marruecos, fue determinante la ayuda que recibieron
los marroquíes por parte de Estados Unidos, Francia, España y Arabía
Saudí gracias a las relaciones de Hassan II con Henry Kissinger,
entonces consejero de Seguridad Nacional de EEUU y con los Saud de
Arabía Saudí.
PERO QUE HA HECHO JUAN CARLOS CON EL PUEBLO DEL SÁHARA OCCIDENTAL?
El 21 de agosto de 1975, el Departamento de Estado norteamericano da luz
verde a un proyecto estratégico secreto de la CIA, financiado por
Arabia Saudí, para arrebatar la antigua provincia del Sahara (270.000
Kms cuadrados) a España. Un territorio vital desde el punto
geoestratégico, rico en fosfatos, hierro, petróleo y gas, que EE.UU no
está dispuesto a dejar en manos de España dada la situación en que se
encuentra el régimen de Franco.
El 6 de octubre de 1975, los servicios de Inteligencia del Ejército
español informan a Franco, ya muy enfermo, de los planes de EE.UU en
relación con el Sáhara Occidental y le piden que actúe en consecuencia.
El 16 de octubre de 1975, la Marcha Verde es anunciada por Hasan II, al
mismo tiempo que el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU rechaza
las pretensiones de Maruecos sobre ese territorio. Hassan II declara
sin vergüenza ninguna: ''Tenemos que iniciar una marcha verde desde el
Norte de Marruecos hacia el Sur y del Este al Oeste. Tenemos, querido
pueblo, que levantarnos como un solo hombre, con orden y organización
para dirigirnos al Sahara y encontrarnos con nuestros hermanos allí.'
El 21 de octubre de 1975, el príncipe Juan Carlos de Borbón, heredero
del dictador, se niega a aceptar la jefatura del Estado con carácter
interino. Quiere plenos poderes para poder actuar en el Sáhara
Occidental.
El 22 de octubre de 1975, el presidente del Gobierno español, Arias
Navarro, con conocimiento de Franco, manda al ministro José Solís a
Rabat para tratar de parar el órdago marroquí prometiendo negociaciones
sobre el tema en cuanto la situación del dictador mejore.
El 26 de octubre de 1975, da comienzo la Marcha Verde en
territoriomarroquí. Toda la planificación operativa y la organización
logística del plan ha corrido a cargo de técnicos norteamericanos.
El 31 de octubre de 1975, Juan Carlos de Borbón se hace cargo de la
jefatura del Estado español. Mostrándose muy preocupado por la situación
en el Sahara, pues tiene muy presente el caso portugués. No quiere que
la situación le desborde.
Finalmente el monarca español asumió oficialmente la jefatura de Estado
el 31 de Octubre después de negarse a hacerlo una semana antes. Ese
mismo día convocó un Consejo de Ministros y se puso manos a la obra. Sus
contactos con su homólogo marroquí fueron constantes. Hasta entonces,
según transmitió Stabler, "el Gobierno seguía vacilante" ante la falta
de liderazgo y, sobre todo, el aumento de las presiones marroquíes.
Rabat envió el primer grupo de "marchadores verdes" al Sáhara el 30 de
octubre, y no el 6 de noviembre, fecha oficial del inicio de la Marcha
Verde, para bloquear una posible intervención de Argelia contra la
invasión.
El 31 de octubre de 1975, el príncipe preside un Consejo de Ministros en
La Zarzuela. Cuestión prioritaria: el Sahara. Juan Carlos manifiesta su
férrea determinación de ponerse al frente de la situación. Sin embargo,
no les dice a los reunidos que él ya ha enviado a su hombre de
confianza, Manuel Prado y Colón de Carvajal, a Washington, para
solicitar la ayuda de Henry Kissinger. Es consciente de que una guerra
colonial con Marruecos en aquellos momentos podría precipitar los
acontecimientos al estilo de lo acaecido en Portugal y que podría perder
su corona antes de ceñirla.
El Secretario de Estado norteamericano acepta la mediación solicitada
por el nuevo jefe del Estado español, intercede ante Hassan II y en las
siguientes horas se firma un pacto secreto por el que Juan Carlos se
compromete a entregar el Sahara español a Marruecos a cambio del total
apoyo político americano en su próxima andadura como rey de España.
El 2 de noviembre de 1975, Juan Carlos de Borbón visita las tropas
españolas en El Aaiún en un viaje sorpresa. Está en tratos secretos con
los americanos para la entrega del territorio, pero no tiene ningún
reparo en aparentar con los militares (a los que traicionará en las
siguientes horas igual que al pueblo español, a los saharauis y a la
propia ONU) En este centro, en el curso de una bien regada amistad con
los militares, hasta se permite decirlesa los oficiales de las tropas
allí destacadas: “España no dará un paso atrás, cumplirá todos sus
compromisos, respetará elderecho de los saharauis a ser libres” y
también, dice “No dudéis que vuestro comandante en jefe estará aquí, con
todos vosotros, en cuanto suene el primer disparo”.
El 6 de noviembre de 1975, la Marcha Verde invade la antigua provincia
africana española. En virtud del pacto secreto (alta traición) entre
Kissinger, Hassan II y el traidor nuevo jefe del Estado español. Los
campos de minas de la frontera han sido levantados y los legionarios
españoles prudentemente retirados. España hasta se permite la
desvergüenza de enviar al ministro de la Presidencia para que gire una
visita de cortesía a los campamentos marroquíes de la Marcha Verde. La
ONU, incómoda y sin saber qué sucede, urge a Hassan II a retirarse y a
respetar la legalidad internacional. Mientras España mira hacia otro
lado porque bastante tiene el principe con asegurar su corona y el
monarca alauí no hace el menor caso.
El 9 de noviembre de 1975, Hassan II da por alcanzados todos sus
objetivos en el Sahara y en espera de las conversaciones de Madrid,
retira los campamentos de la Marcha Verde a Tarfaya. Argelia protesta y
retira su embajador en Rabat. Los saharauis, traicionados por España, se
aferran a la lucha armada.
El 12 de noviembre de 1975, comienza la Conferencia de Madrid entre
España, Marruecos y Mauritania, dirigida y controlada por EE.UU en la
sombra.
El 14 de noviembre de 1975 se produce la famosa Declaración de Madrid
sobre el Sahara (acuerdos tripartito de Madrid). Por ella se entrega a
Marruecos toda la parte norte de la antigua provincia española:
200.000 Kms cuadrados de gran importancia geoestratégica, muy ricos en
toda clase de minerales, gas y petróleo (descubierto por petrolíferas
norteamericanas y en reserva estratégica). A Mauritania (que los
abandonará enseguida en beneficio de su poderoso vecino del norte) se le
transfieren 70.000 Kms cuadrados del sur, los más pobres e
improductivos.
Las Cortes y el pueblo español no saben nada del asunto. Todo se ha
tejido entre bastidores, con la CIA, el departamento de Estado
norteamericano y los servicios secretos marroquíes como maestros de una
ceremonia bochornosa en la que el príncipe Juan Carlos ha movido sus
hilos a través de sus hombres de confianza: Armada, Mondéjar y Torcuato
Fernández Miranda.
Mientras el Gobierno del anonadado Arias Navarro, con Franco moribundo y
su porvenir político acechando, se limitó a ejercer de convidado en la
mayor vergüenza política y militar de España en toda su historia.
Porque, efectivamente, este país nunca jamás había traicionado de una
forma tan perversa a sus propios ciudadanos (los saharauis lo eran en
1975), se había humillado de tal manera ante un pueblo más débil que él
pactando en secreto su rendición, y abandonado cobardemente el campo de
batalla sin pegar un solo tiro y después entregando a su enemigo
acuartelamientos y armas. |