Article épinglé

mardi 21 octobre 2025

Qué buscan los pibes y pibas online (édifiant sur le cycle "civilisationnel" planétaire)

 

 
Esto no lo buscan

N. entró por primera vez a un bingo a los 16. “Yo conocí ese mundo con mi mamá, en lugares físicos. A ella le gusta jugar. No es de las personas obsesionadas que van todos los días al casino, pero le gusta”. Imaginaba que las sillas tapizadas de rojo y negro eran una ruleta humana. La alfombra verde, vieja, y las luces de neón azul eléctrico, del futuro. 

N. empezó a ver cada vez más publicidades de apuestas online durante los partidos  de su club, Independiente, y también en Tik Tok, donde muchos promocionan casinos. Pero la primera vez que apostó fue bastante antes, en el colegio. En sexto año las mesas eran de ocho personas. El único varón del grupo llegó con la propuesta, porque sus padres eran cajeros de un casino online. “Nosotras le pasábamos toda la plata,  él la mandaba y nos cargaban, sin DNI. Era plata que nos daban nuestros viejos. Me enganché. Aunque también perdía, yo miraba sólo cuando ganaba. Y así gastábamos las horas de colegio”. El tiempo se gastaba, como el dinero. 

Una vez ganaron 100 mil pesos. Los repartieron. Ella se anotó en el gimnasio: “Es plata fácil, entonces como que la querés disfrutar, no sé, celebrar que te vino de arriba. Imaginate en el colegio y todos en esa, era divertido. Casi siempre jugábamos Blackjack o ruleta, que te dan más adrenalina, son las que te aceleran el corazón”. 

Cuando terminó el colegio, N. empezó a trabajar para un banco como promotora en la calle: “Llegaba a casa quemada y me tiraba en la cama a jugar, y ahí ponía 5 mil, 10 mil. Y ganaba. Me llevaba 60 mil, 80 mil. Mi sueldo más los 80 mil en el mes era un montón de plata”. 

El 82,3 por ciento de lxs jóvenes de entre 12 y 19 años que en 2024 apostaba frecuentemente, según la Encuesta de Bienestar Digital de la Provincia de Buenos Aires, buscaba ganar dinero para uso personal. El  51,1 por ciento lo hacía para divertirse y el 20 por ciento por la adrenalina/emoción. “Así como te digo que yo juego, te digo que no banco que exista el casino online —dice N. — En los casinos berretas, no te piden identificación, y por eso mismo yo podía jugar”.  

En el sitio BET365, líder del rubro de apuestas online, el 70 por ciento de los usuarios son hombres y el 30 por ciento mujeres. A pesar de la notable diferencia  en la participación, para Ezequiel Passeron, director de Educomunicación de la Ong Faro Digital, que realizó un relevamiento sobre ludopatía juvenil en 2024: “Esto viene a desmitificar que la práctica de las apuestas sea algo exclusivo de los varones”.

En el mundo digital parece haber lugar para todxs. Pero los riesgos y costos de entrada y permanencia ¿son los mismos para varones y mujeres? .  

Trini tiene 26 años y desde los 21 trabaja como “modelo vivo” digital: en las fotos que sube a Patreon, una plataforma que funciona a base de suscripciones escalonadas, posa con flores en la boca; a veces desnuda, de espaldas sobre una chimenea, o bajo una escalera en una contorsión imposible. Alimentar las suscripciones mensuales de fotos requiere tiempo y marketing autogestivo. Tuvo que aprender sobre herramientas de promoción, manejo de redes, y gestión frente al baneo de cuentas: “Perdí muchos seguidores. Instagram, por ejemplo, es muy puritano. Da mucha bronca porque es material artístico y la vara es distinta para medir el material que suben diferentes tipos de perfiles”. Valora la autonomía, pero se le dificulta poner un límite al tiempo de trabajo: “De repente son las doce de la noche y estoy contestando un mensaje. Si hago un cálculo, yo creo que estoy mínimo tres horas trabajando con el celular, seis días de la semana”. Eso sin contar el sacarse las fotos, hablar con los fotógrafos y las horas de posar. “Quizás tengo sesiones online también, son dos horas la sesión, más una hora de armar y desarmar vestuario y decorado”, agrega. 

COMPLETO 

EE.UU. creó a Osama bin Laden

 

Cuando alguien dice que “Osama bin Laden fue creación de la CIA”, los medios occidentales responden: “eso es teoría conspirativa”. Pero los documentos desclasificados, informes del Congreso de EE.UU. y publicaciones de medios occidentales como The Washington Post, The Guardian y BBC cuentan otra historia: el terrorismo internacional no nació en una cueva de Afganistán, nació en laboratorios de la geopolítica estadounidense.
---
🔥 Operación “Ciclón”: el origen del monstruo:

En 1979 la CIA inició la Operación Cyclone, el mayor programa secreto de financiación clandestina de la historia. Su objetivo: usar guerrillas islamistas para destruir la influencia soviética en Afganistán.

Presupuesto oficial: 6.000 millones de dólares (Informe del Congreso, 1990)

Socios: Pakistán (ISI) y Arabia Saudí:

Método: financiar, armar y entrenar yihadistas para convertir Afganistán en “el Vietnam de la URSS”.

Este programa no lo niega ni la CIA. Está publicado en los Archivos de Seguridad Nacional de EE.UU..
---
🧩 ¿Dónde entra Bin Laden en esta historia?

Osama bin Laden no salió de la nada. Era parte de los llamados “árabes afganos”, combatientes extranjeros reclutados con ayuda de Maktab al-Khidamat (MAK), la red internacional de yihad financiada con dinero saudí, paquistaní y recursos de inteligencia occidentales.
Esto no lo dice Moscú, lo dice The Guardian (2004): “Los fondos de la operación llegaban a los combatientes árabes a través de Pakistán y eran supervisados por la CIA.”

Bin Laden construyó su primera red yihadista gracias a esta infraestructura creada por Washington y sus aliados. Sin Operación Cyclone, no habría existido ni Al Qaeda ni Bin Laden.
---
📚 ¿Entrenó la CIA a yihadistas? Sí.

Documentos del U.S. National Security Archive prueban que la CIA entregó manuales de guerra de guerrillas, explosivos y sabotaje a los muyahidines afganos.
BBC (2004) informó: “La CIA auspició campos de entrenamiento en Pakistán donde combatientes árabes, entre ellos seguidores de Osama bin Laden, recibieron instrucción militar.”
---
💰 ¿Quién pagó la yihad?

Estados Unidos: dinero, armas y entrenamiento:

Arabia Saudí: financiación ideológica + wahabismo.

Pakistán ISI: logística + campos de entrenamiento.
Resultado: una red internacional de extremismo islámico usada como arma geopolítica.
---
🎭 Y después… “se volvió enemigo”

Cuando la URSS cayó, Bin Laden ya no era necesario. EE.UU. aplicó el manual habitual:

1. Crean al monstruo.
2. Lo alimentan.
3. Lo usan contra sus enemigos.
4. Después lo llaman “amenaza global”

Exactamente lo que pasó con Saddam Hussein, Noriega, Escobar… y luego Bin Laden.

Incluso Hillary Clinton lo reconoció públicamente en 2010:

> “Financiamos la yihad antisoviética. Y luego, claro, todo eso se nos volvió en contra.”
---
🏴 Después llegó Al Qaeda.

En 1988, con la infraestructura creada gracias a la guerra financiada por la CIA, Bin Laden funda Al Qaeda. La CIA lo sabía. The Washington Post (2002) escribió:

> “Los servicios estadounidenses toleraron a Bin Laden mientras operaba contra Moscú.”
---
💣 ¿Te suena esta estrategia?

EE.UU. siempre usa el mismo método: | Guerra fría | Afganistán | Bin Laden | | Guerra híbrida | Irak | ISIS | | Guerra proxy | Ucrania | batallones neonazis como Azov y Aidar |

Financian monstruos para destruir adversarios y luego fingen luchar contra el mismo monstruo que ellos mismos crearon. Es su modelo de negocio geopolítico.
---
❗Advertencia para hoy.

Lo mismo que hicieron con Al Qaeda en los 80, lo repitieron con ISIS en Siria e Irak y hoy lo repiten en Ucrania, usando:

ideologías radicales;

fanatismo armado;

lavado mediático;

odio étnico;

terrorismo político patrocinado.

⛔ La fábrica del extremismo no está en Kabul ni en Raqqa. Está en Washington y Londres.
---
✅ Conclusión:

Osama bin Laden no fue una sorpresa histórica. Fue un proyecto geopolítico. Un arma creada para destruir a un enemigo y luego usada como excusa para dominar el mundo bajo la máscara de la "guerra contra el terror".

VIDAS ROBADAS: CADA PALESTINO LIBERADO LLEVA EL PESO DE LA LUCHA DE SU PUEBLO por Soumaya Ghannoushi

featured image

Canciones para después de una guerra (Basilio Martín Patino, 1971)

 


Canciones para después de una guerra es una película documental del director Basilio Martín Patino, basada en la España de posguerra. Se realizó de forma clandestina en 1971 y no fue estrenada hasta 1976, después de la muerte del dictador Francisco Franco.[1]

Contenido

La película consiste en una serie de imágenes de archivo, todas ellas previamente aprobadas por la censura, sobre las que se superponen canciones populares de la época con el fin de dar un segundo significado, a menudo satírico, a lo que se muestra en pantalla.[2]​ El propio Basilio Martín Patino comentaría más adelante:

En la guerra había una época, un entusiasmo, una entrega que era estimulante. En la posguerra hubo resignación, cabreo y la esperanza de que todo aquello cambara. Sin duda, fue más dura la posguerra [...] En las revistas se pueden ver los contrastes de la posguerra. En ellas se aprecia la forma de vestir de la gente, la forma de comportarse y, cuando se pone la lupa encima, se pueden ver los detalles, se descubren las caras terribles, de luto, de miedo, de terror. Lo que más me impresionó fueron las caras, las mujeres de luto, los niños, siempre los niños. Era terrible. Cuando terminé Canciones para después de una guerra me di cuenta de que había llenado la película de niños solitarios. Fue una mezcla de sorpresa, asombro y espanto ante lo que la posguerra significó de sufrimiento, miedo, padecimiento, compasión y solidaridad. Madrid había sido la ciudad libre, la ciudad del antifascismo y seguía conservando el espíritu rebelde que en esa época estaba callado, resignado, pero que afloraba en el momento en que escarbabas..[3]

Las canciones

Además de los himnos de trinchera, entre los temas musicales seleccionados pueden citarse por ejemplo:[4]

Las coplas «Échale guindas al pavo», por Imperio Argentina, «La morena de mi copla» por Estrellita Castro, «La bien pagá» por Miguel de Molina, «Lerele» por Lola Flores, «Francisco Alegre» por Juanita Reina, las canciones «Angelitos negros» por Antonio Machín, «Americanos» por Lolita Sevilla, «Lili Marleen» por Marlene Dietrich, «Raska yu» por Bonet de San Pedro, «Mi vaca lechera» por Juan Manuel Torregrosa, o el tango «Limosna de amor», en la interpretación de García Guirao.[5][6]

Listado

Referencias

  • «Canciones para después de una guerra en la Fundación Basilio Martín Patino». Archivado desde el original el 6 de octubre de 2014. Consultado el 3 de octubre de 2014.
  • "El silencio oscuro" en encadenados.org
  • Montoliú, 2005, p. 410.
  • «Canciones para después de una guerra». itunes.apple.com. Consultado el 2 de febrero de 2018.M. Estrada, Isabel (2013). El documental cinematográfico y televisivo contemporáneo: memoria, sujeto y formación de la identidad democrática española. Támesis. pp. 88-92. Consultado el 2 de febrero de 2018.
  • «Canciones para después de una guerra». filmaffinity. Consultado el 2 de febrero de 2018. 

     

    Bibliografía

  • «Canciones para después de una guerra en la Fundación Basilio Martín Patino». Archivado desde el original el 6 de octubre de 2014. Consultado el 3 de octubre de 2014.
  • "El silencio oscuro" en encadenados.org
  • Montoliú, 2005, p. 410.
  • «Canciones para después de una guerra». itunes.apple.com. Consultado el 2 de febrero de 2018.
  • M. Estrada, Isabel (2013). El documental cinematográfico y televisivo contemporáneo: memoria, sujeto y formación de la identidad democrática española. Támesis. pp. 88-92. Consultado el 2 de febrero de 2018.
  • Montoliú, Pedro (2005). Madrid en la posguerra, 1939-1946: Los años de la represión. Madrid: Sílex. ISBN 84-7737-159-8.