Article épinglé

dimanche 13 avril 2025

80 años de la insurrección victoriosa del campo de concentración de Buchenwald (y pinturas del vecino insurrecto Taslitzsky)

FUENTE: https://insurgente.org/el-campo-de-concentracion-de-buchenwald-fue-liberado-por-prisioneros-comunistas/

Hace 80 años, el 11 de abril de 1945, unidades de la 4ª División Blindada del general George S. Patton, de las fuerzas armadas estadounidenses, se dirigieron hacia la ciudad de Weimar (Alemania), donde se encontraba el campo de concentración de Buchenwald. Finalmente, las tropas de Patton tomaron el control del campo, pero los testimonios de los soldados, recogidos más tarde por historiadores, sugieren que no fueron los tanques estadounidenses los que liberaron Buchenwald: el campo ya había sido tomado por la organización y el coraje de los prisioneros, quienes aprovecharon la huida de los soldados alemanes ante el avance aliado.

Las personas prisioneras políticas en el campo de concentración de Buchenwald se habían organizado en Kampfgruppen [grupos de combate]. Utilizaron un arsenal de armas ocultas para promover un levantamiento dentro del campo, desarmar a los guardias nazis y tomar la torre de entrada. Desde allí, izaron una bandera blanca y formaron un anillo alrededor del campo para informar a las tropas estadounidenses que ya lo habían liberado. Das Lager hatte sich selbst befreit, dijeron: “el campo se liberó a sí mismo”.

No fue solo en Buchenwald donde hubo rebeliones. En agosto de 1943, lxs prisionerxs de Treblinka se alzaron en una rebelión armada y, a pesar de ser acribilladxs, obligaron a los nazis a cerrar este repulsivo campo de exterminio (en el que fueron asesinadas casi un millón de personas judías).

El Ejército Rojo de la Unión Soviética y las fuerzas estadounidenses también liberaron varios campos, la mayoría de ellos horrendos centros de exterminio del Holocausto. Las tropas estadounidenses liberaron Dachau en abril de 1945, pero fue el Ejército Rojo quien abrió las puertas de la mayoría de los peores campos, como Majdanek (julio de 1944) y Auschwitz (enero de 1945) en Polonia, Sachsenhausen y Ravensbrück (abril de 1945) en Alemania.

Dominik Černý (Checoslovaquia), K.L. Dora: Bydlení ve štole [K. L. Dora: Viviendo en el túnel]), 1953.

En julio de 1937, el régimen nazi trasladó prisioneros desde Sachsenhausen a una zona cercana a Weimar (ciudad natal de Johann Wolfgang von Goethe y Friedrich Schiller y también lugar donde se firmó la Constitución alemana de 1919). Lxs prisionerxs despejaron casi 400 acres de bosque para construir un campo de concentración con capacidad para 8.000 personas, a quienes el comandante nazi Hermann Pister (1942–1945) utilizó para experimentación médica y trabajo forzado. Al momento del cierre del campo, ocho años después, casi 280.000 personas habían pasado por allí (en su mayoría comunistas, socialdemócratas, pueblos romaní y sinti, judíxs y disidencias cristianas). A fines de 1943, los nazis fusilaron a cerca de 8.500 prisioneros de guerra soviéticos en el campo y asesinaron a muchxs comunistas y socialdemócratas. Se estima que el régimen nazi asesinó en total a 56.000 prisioneras y prisioneros en este campo, incluyendo a Ernst Thälmann, dirigente del Partido Comunista de Alemania (KPD), quien fue ejecutado el 18 de agosto de 1944 tras pasar once años en confinamiento solitario.

Sin embargo, Buchenwald no fue un campo de exterminio como Majdanek o Auschwitz. No formó parte directa de la abominable “solución final a la cuestión judía” (Endlösung der judenfrage) de Adolf Hitler.

Dentro de Buchenwald, comunistas y socialdemócratas establecieron el Comité Internacional del Campo para organizar su vida cotidiana en cautiverio y llevar a cabo actos de sabotaje y resistencia (incluidos, de manera notable, ataques a las fábricas de armamento cercanas). Con el tiempo, esta organización evolucionó hasta convertirse en el Comité del Frente Popular, creado en 1944, con cuatro dirigentes: Hermann Brill (Frente Popular Alemán), Werner Hilpert (Demócrata Cristiano), Ernst Thape (Socialdemócrata) y Walter Wolf (Partido Comunista de Alemania). Lo más notable de esta iniciativa fue que, pese a encontrarse en condición de prisionerxs, el comité ya había comenzado a debatir el posible futuro de una nueva Alemania, completamente desnazificada y basada en una economía cooperativa. Mientras estuvo en Buchenwald, Walter Wolf escribió A Critique of Unreason: On the Analysis of National Socialist Pseudo-Philosophy [Una crítica de la sinrazón: Sobre el análisis de la seudo filosofía nacionalsocialista].

Nachum Bandel (Ucrania), Block 51. Buchenwald. Small Camp [Block 51. Buchenwald. Campo pequeño], 1947.

Una semana después que lxs prisionerxs liberaran Buchenwald, colocaron una escultura de madera cerca del campo como símbolo de su resistencia antifascista. Querían que el campo de concentración no fuera recordado solo por las muertes, sino también por su resiliencia durante el encarcelamiento y por su auto-liberación. En 1945, las prisioneras y prisioneros ya habían formulado el Juramento de Buchenwald, que se convirtió en su credo: “Solo abandonaremos la lucha cuando la última persona culpable haya sido juzgada por el tribunal de todas las naciones. La destrucción total del nazismo, hasta sus raíces, es nuestra consigna. La construcción de un mundo nuevo, de paz y libertad, es nuestro ideal”.

El campo de concentración, ubicado entonces en la República Democrática Alemana (RDA o Alemania Oriental), fue convertido en una prisión para nazis que esperaban sus juicios. Algunos de ellos fueron ejecutados por sus crímenes, entre ellos, el alcalde de Weimar, Karl Otto Koch, quien había organizado el arresto de judíxs en la ciudad en 1941. Mientras tanto, al otro lado de la Cortina de Hierro, la República Federal de Alemania (Alemania Occidental) incorporó rápidamente a ex integrantes del régimen nazi en la burocracia estatal, al punto que dos tercios del personal superior de la Bundeskriminalamt (Oficina Federal de Policía Criminal) estaban compuestos por ex nazis. A medida que el proceso de juicios y castigos llegaba a su fin, los restos de Buchenwald pasaron a formar parte del proyecto de memoria pública en la RDA.

Ilse Häfner-Mode (Alemania), Portrait of a Woman in Front of a Wooden Door [Retrato de una mujer frente a una puerta de madera], s/f.

En 1958, Otto Grotewohl, socialdemócrata y primer ministro de la RDA, abrió el campo para que cientos de miles de trabajadoras, trabajadores y escolares lo visitaran, recorrieran sus instalaciones, escucharan los relatos, tanto de las atrocidades como de la resistencia y se comprometieran con el antifascismo. Ese mismo año, el ex prisionero Bruno Apitz publicó Desnudo entre lobos, novela que narra cómo el movimiento de resistencia en el campo escondió a un niño pequeño, asumiendo un gran riesgo y cómo más tarde ese mismo movimiento tomó el control del campo en 1945. La novela fue adaptada al cine en la RDA por Frank Beyer en 1963. La historia se basaba en el testimonio real de Stefan Jerzy Zweig, un niño que fue ocultado por lxs prisionerxs para evitar que fuera deportado a Auschwitz. Zweig sobrevivió al horror y falleció en Viena en 2024, a los 81 años.

La RDA forjó su cultura nacional en torno al tema del antifascismo. En 1949, el Ministerio de Educación Popular instó a las escuelas a construir un calendario de actividades centrado en la lucha antifascista, en lugar de en las festividades religiosas. Por ejemplo, se promovía el Día Mundial por la Paz en lugar del Fasching [Martes de carnaval]. La antigua Jugendweihe [ceremonia de iniciación juvenil] fue transformada, dejó de ser únicamente un rito de paso para convertirse en una afirmación del compromiso de las y los jóvenes con el antifascismo. Las escuelas organizaban salidas pedagógicas a Buchenwald, Ravensbrück y Sachsenhausen, donde el estudiantado podía conocer de cerca la atrocidad del fascismo y cultivar valores humanistas y socialistas. Fue una poderosa práctica de transformación social para una cultura que había sido arrastrada al nazismo.

Herbert Sandberg (Alemania), We Didn’t Know [No lo sabíamos], 1964.

Cuando Alemania Occidental anexó a la República Democrática Alemana (RDA) en 1990, comenzó un proceso de desmantelamiento de los avances en materia de antifascismo desarrollados en la RDA. Buchenwald se convirtió en el epicentro de este ejercicio. En primer lugar, la dirección del campo se volvió objeto de controversia. La doctora Irmgard Seidel, quien había asumido la dirección tras el ex prisionero del KPD Klaus Trostorff en 1988, se enteró por un artículo de prensa de que había sido destituida (investigando archivos de las SS, la doctora Seidel había descubierto que hubo 28.000 mujeres prisioneras en Buchenwald que trabajaron como mano de obra esclavizada, en su mayoría en fábricas de armamento). Fue reemplazada por Ulrich Schneider, quien más tarde también fue removido, luego de que se revelara que había sido miembro del Partido Comunista en Alemania Occidental. A él lo sucedió Thomas Hofmann, suficientemente anticomunista como para complacer a las nuevas autoridades políticas.

En segundo lugar, la orientación antifascista de la memoria pública debía ser modificada para promover el anticomunismo, lo que incluyó minimizar el memorial dedicado a Ernst Thälmann. Se puso un nuevo énfasis en el uso que hizo la Unión Soviética de Buchenwald como prisión para nazis.

Historiadores provenientes de Alemania Occidental comenzaron a publicar relatos que sostenían que fueron los soldados de Patton y no lxs prisionerxs, quienes liberaron el campo (esta es, por ejemplo, la interpretación del influyente libro de Manfred Overesch Buchenwald und die DDR. Oder die Suche nach Selbstlegitimation [Buchenwald y la RDA, o la búsqueda de la autolegitimación], publicado en 1995). En junio de 1991, el canciller alemán Helmut Kohl presidió una ceremonia para instalar seis grandes cruces en memoria de las víctimas de “la dictadura del terror comunista” y se refirió a los crímenes nazis como si fueran equivalentes a las acciones de la Unión Soviética.

Entre 1991 y 1992, el historiador alemán Eberhard Jäckel encabezó una comisión para reescribir la historia de Buchenwald, lo que incluyó acusaciones contra prisionerxs comunistas de haber colaborado con los nazis y la conmemoración de las “víctimas” de la prisión antifascista. Esta reordenación oficial de los hechos históricos tuvo por objetivo elevar a los fascistas y deslegitimar a quienes los resistieron. Este tipo de revisionismo histórico ha alcanzado nuevas dimensiones en los últimos años: representantes diplomáticos de Rusia y Bielorrusia —dos antiguas repúblicas soviéticas— han sido excluidos de los actos conmemorativos anuales. En los discursos pronunciados en el memorial, se ha equiparado a los campos de concentración nazis con los campos de trabajo soviéticos. Mientras tanto, las banderas de Israel se exhiben abiertamente en Buchenwald, pero se ha prohibido la entrada a personas que usan la keffiyeh y se ha reprimido cualquier mención del genocidio en Palestina.

Hilde Kolbe lleva a su clase de estudiantes vietnamitas de la Escuela Médica Dorothea Christiane Erxleben Quedlinburg, RDA, a Buchenwald, 15 de abril de 1976.

En la década de 1950, artistas comunistas colaboraron para erigir memoriales en Buchenwald que conmemoraran la lucha antifascista. Los escultores René Graetz, Waldemar Grzimek y Hans Kies crearon estelas con relieves, en cuyos dorsos grabaron un poema de Johannes R. Becher, primer ministro de Cultura de la RDA:

Thälmann vió lo que un día ocurrió:
Desenterraron las armas que habían escondido.
De la tumba se levantaron lxs condenadxs,
Miren sus brazos extendidos como un llamado.
Miren el memorial que de mil formas grita,
evocando nuestras luchas presentes y pasadas.

Los muertos advierten: ¡Recuerden Buchenwald!

En este boletín, las pinturas son obra de ex prisionerxs de Buchenwald y la fotografía muestra La revuelta de los prisionerxs, escultura en bronce de Fritz Cremer —militante del KPD desde 1929— que representa la autoliberación del campo.

Vijay Prashad


***

La insurrección victoriosa de Buchenwald del 11 de abril 1945, por Boris Taslitzsky

 Boris TASLITZKY, Peintures, Témoignages 2Boris TASLITZKY, Peintures, Témoignages 2Boris TASLITZKY, Peintures, Témoignages 2

vendredi 11 avril 2025

Historias de la Galicia mora

 

 Este documental se centra en la presencia musulmana en Galicia y en la colonización forzosa de las Alpujarras por los gallegos. Además expone las similitudes entre tradiciones comunes, hoy casi olvidadas.

 

dimanche 6 avril 2025

Dérive informelle, nº478 (Camille BRYEN, 1967)

 

  100x80cm

Les artistes DEVANT les guerres mondiales (en dérivant dans ma bibliothèque et ailleurs)

 
 
Dès la veille de la Première Guerre mondiale, les premiers conflits dans les Balkans avaient laissé entrevoir l'apocalypse qui s'annonçait. Parmi d'autres, les "prophètes" du Blaue Reiter avaient anticipé le chaos et promis une destinée messianique aux artistes. Partagés entre l'attente de "l'homme nouveau" et la peur de la destruction, ils s'étaient résolus à prendre part au grand bouleversement. Beaucoup d'artistes ont alors partagé la volonté de s'emparer des armes nouvellement forgées par la politique, avec l'espoir de prendre part au combat et de regagner par là la légitimité sociale dont l'art pour l'art les avait privés.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ce n'est toutefois qu'après la guerre que le combat symbolique, devenu réel et éprouvé pour certains dans les tranchées, prit la forme organisée de groupes constitués sur le principe des formations politiques radicales. A Berlin, Dada s'était emparé des armes, et promettait dès ses débuts par les voix de Richard Huelsenbeck, Raoul Hausmann, Jefim Golyscheff, la formation d'une "union internationale et révolutionnaire de tous les hommes et femmes créateurs et intellectuels fondée sur un communisme radical".  











 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
À COMPARER AVEC AUJOURD'HUI,
notamment après la visite à la foire d'art contemporain Art Paris au Grand Palais. Il semblerait que tous les artistes se sont donnés pour mot d'ordre d'éviter le réel. C'est de l'art qui ressemble aux acheteurs, de l'art macronien. Le bâtiment est beau avec ce soleil, mais l'esprit l'a d'autant plus déserté. Un temps maussade, parigot, m'aurait rendu mélancolique, mais là c'est ce vide qui frappe: une serre à rien.
 



Brigitte Macron y a fait son petit tour samedi 5, elle est dans la ligne de ses ouailles: le savoir-vivre bidon, bidonné. Je retiens le travail de Marcos Carrasquer, peintre d'histoire contemporaine. Il le voit le réel, et celui de 2020 ressemble beaucoup à celui qu'annonce 2025. Ça sent la guerre, toujours plus vrai et spectaculaire, avec ses personnages qui s'entretuent pour trois rouleaux de papier-cul: c'est le struggle for life du ventre mou vraiment totalitaire, celui de l'occident terminal croqué et recroqué dans chacune de ses peintures. Les critiques de la foire et d'ailleurs disent de sa peinture qu'elle est grotesque, ironique, sarcastique, etc. Que l'humour soit une singularité, parmi le concours permanent des subjectivités spectacularisées, en dit suffisamment sur le nouveau désert, car l'humour a toujours été capture du réel (le "spectacle" est une socialisation et notamment par l'image: les séries de Netflix et d'autres plateformes similaires ont plus de poids dans la socialisation des nouvelles générations aux quatre coins du monde que d'autres, plus régionales, comme l'école - une socialisation globale devenue le règne de la séparation achevée).
 
On pouvait acheter dans la foire du vieux Bretécher, du vieux Wolinski, de l'humour de gôche, cette gauche qui voulut "changer la vie" avec le cagoulard Mitterrand mais surtout pas les rapports de production. De l'humour bien mort donc, mais toujours revendable à un autre mort-vivant à écharpe colorée (il faisait 24º). Et effectivement, c'est le réel qui s'amenuise quand toutes les stratégies l'évite. 

                   Marcos Carrasquer, The 2020 toilet paper rush, 2021

 

jeudi 3 avril 2025

Les Villes vollantes de Georgi Krutikov (projet de diplôme VKhUTEMAS, 1928)



Russia Beyond (Photo: S. Khan-Magomedov/Éditions de la fondation «Avant-garde russe», 2008)

 

En 1928, un diplômé de l'Institut supérieur d'art et de technologie (ou VKhUTEMAS – en russe, ВХУТЕМАС est l'acronyme de Высшие ХУдожественно-ТЕхнические МАСтерские, « Ateliers supérieurs d’art et de technique »)  de Saint-Pétersbourg s'apprêtait à défendre sa thèse de diplôme. Sa présentation est devenue la première étape théorique de la migration humaine vers l'orbite terrestre.

Gueorgui Kroutikov a commencé son travail scientifique avec une idée simple : chaque type de société devrait avoir une conception unique des villes. Par exemple, les sociétés féodales ont tendance à construire leurs cités autour de forteresses et à les disposer de manière circulaire, tandis que les sociétés capitalistes tendent à disposer les rues de manière rectangulaire.

Domaine public   

Kroutikov a donc fait valoir que la nouvelle société communiste méritait d'avoir son propre arrangement urbain. Dans sa thèse, il a proposé sa vision d’une ville volante destinée à devenir la norme dans l'URSS du futur. Son travail a fait grand bruit à l'époque.

L'architecte proposait de déserter la Terre, en ne laissant à la surface que des usines et autres installations de production, et de reloger définitivement les humains dans des villes communautaires flottant dans les airs: au sol, un centre de production avec des usines, et au sommet, des immeubles résidentiels de grande hauteur. Kroutikov a développé plusieurs variantes. Dans l’une d’entre elles, huit immeubles résidentiels étaient reliés par un anneau inférieur, dans lequel se trouvaient des espaces publics. Une autre était un bâtiment cylindrique avec des logements de type hôtelier et une cage d’ascenseur au centre.

L'image ci-dessous montre la vision générale que Gueorgui Kroutikov avait de la ville nouvelle. Les tours habitables sont disposées en cercle sur une plateforme en forme d'anneau où, selon le plan de l'architecte, se trouveraient les locaux et installations techniques.

 

S. Khan-Magomedov/Éditions de la fondation «Avant-garde russe», 2008

 

L'architecte a suggéré d'utiliser de petites cabines volantes autosuffisantes – quelque peu similaires aux véhicules volants présentés dans le blockbuster Oblivion (2013) d'Universal Pictures – pour transporter les humains de la surface de la Terre à la ville volante et inversement.

Contrairement au film populaire, cependant, les cabines volantes de Kroutikov ont été conçues pour être également utilisées comme des logements à court terme, une partie autonome de plus grands bâtiments stationnaires.

S. Khan-Magomedov/Éditions de la fondation «Avant-garde russe», 2008

Les cabines avaient une forme aérodynamique. Il était prévu qu'elles soient remplies de meubles modulables qui changeraient en fonction des circonstances et des besoins du pilote. Les cabines seraient également capables de s'amarrer à l'habitation principale, selon le plan de Kroutikov.

Outre l'architecture, il était fasciné par les zeppelins. Il pensait que, dans un avenir proche, les scientifiques allaient découvrir ou inventer de nouvelles formes d'énergie, faisant de sa cité volante une réalité. Il s’inspirait, entre autres, des idées de Constantin Tsiolkovski, le fondateur de la cosmonautique, et correspondait avec lui. Kroutikov pensait que ses immeubles pourraient flotter au-dessus du sol grâce à l’énergie atomique, et que les capsules individuelles seraient chargées à partir d’elles. En outre, ces dernières devaient être contrôlées par le champ magnétique – un simple geste de la main suffirait.

Par conséquent, Kroutikov pensait que la mise en œuvre de son plan futuriste était une question de futur proche.

S. Khan-Magomedov/Éditions de la fondation «Avant-garde russe», 2008

Les partisans de son projet le considéraient comme une étape importante de l'avant-garde architecturale. Au contraire, ses opposants le critiquaient comme étant excessivement fantastique et irréaliste.

Malgré les critiques, Kroutikov a défendu avec succès son travail devant un panel d'académiciens et a reçu un diplôme professionnel. Il a construit sa future carrière dans l'architecture, bien que ses nouveaux projets aient été plus réalistes que sa ville volante. Par exemple, Kroutikov a conçu des bâtiments administratifs et résidentiels à Moscou.

S. Khan-Magomedov/Éditions de la fondation «Avant-garde russe», 2008

L'architecte et visionnaire est décédé en mars 1958.